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—Seguramente sigues ejercitándote— Tawan le acarició el brazo derecho. Era tan incomodo tenerle a su lado de esa forma. Tan apegado a él, y con intenciones de seguir hablando sobre su aspecto corporal. Pete solo los miró.

—No mucho— respondió Vegas. A su otro lado tenía a Pete. Intentó fijarse en lo que hacía, y aunque parecía tranquilo al igual que él, sabía que algo le molestaba. Y podía adivinar que era.

—¡No mientas!— se rio solo, golpeando el hombro de Vegas con amabilidad. Como si hubiera hecho o dicho algo super gracioso. Marie volvió a la mesa, después de haber colocado más comida en el plato de Korn. —Si te vez muy bien.

—¿En serio?— Vegas sonrió ligeramente. En un intento por seguir la conversación.

—Por supuesto— le respondió Tawan. Al igual que él esbozó una bonita sonrisa.

—Mi hijo tiene razón— sentenció Marie. La señora codeó a Korn, queriendo que este también diera su opinión al respecto. Pero él solo siguió comiendo. —Pero aquí el único que nos puede afirmar si eso es cierto es Pete.

Marie le miró con una sonrisa pícara, mientras que Tawan se aguantaba las ganas de decirle a Pete que se largara de su casa. Definitivamente lo detestaba. Las bonitas mejillas de Pete enrojecieron.

—En realidad no hace tanto ejercicio— mintió el. Pues Vegas podía pasarse todo el día ejercitándose.

—¿Estas hablando en serio?— Vegas levantó una ceja, mirando a Pete.

—Si, no te ejercitas tanto— volvió a decir. Esta vez mirándolo divertido. Vegas amaba sentir esa bonita química entre los dos.

Tawan se puso de pie. Observó que el plato de Vegas ya no tenía ni un rastro de comida por lo que se inclinó en su lado para recogerlo.

—Yo pienso que estás muy bien...— le dijo al estar cerca de él, para luego girarse y caminar para después menear un poco sus caderas, mostrando su trasero redondo y provocativo. Intentó no fijarse. No podía dejar de admitir que Tawan se veía realmente bien.

—¿En verdad?— fue lo único que se le ocurrió preguntar. Esta vez mirándolo volver.  Intento desviar la mirada de Tawan. Pero para su pésima mala suerte, Pete sí había notado lo que había atraído la atención de Vegas. Pete se puso de pie.

—Muchas gracias por la cena— agradeció una vez estando de pie. —Ha sido un gusto, conocerlos— observó al matrimonio. Después a Tawan "Pero a ti no, zorra"

Y de esa forma salió de la casa. Enojado. Celoso. Sí. Por supuesto. Esto le costaría muy caro a Vegas.

When you're gone •VegasPete•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora