—¡Ah!— gritó Pete. —¡Sí!— volvió a gemir, refugiando todas sus palabras en el oído de Vegas.
—Más alto babe, quiero escucharte— lo apretó más fuerte. El interior de Pete lo ceñía tanto, pero eso no hacía más que excitarlo más. Salió de su cuerpo para volver a entrar en él con mucha más fuerza.
—¡Vegas!— gimió, esta vez más fuerte, justo como él se lo había pedido. Le besó el hombro en un intento desesperado por demostrarle cuanto amaba lo que hacía.
Se metió más en su cuerpo, entregándoselo todo, bombeándole de puro placer a la velocidad que a el más le gustaba. Lento pero a la vez intenso. Suficiente para Pete. Una embestida más, Pete le besó los labios, Vegas le mordió uno.
—Te quiero— le susurró. Él le abrazó más la cintura, su miembro volvió a invadirlo completamente, cortándole la respiración. Era muchísimo. Cada cosa que sentía estando con él. La entrada de Pete lo apretaba tanto sentía que lo hacía llegar al paraíso, ese que ellos dos alcanzaba con los pies.
—You're so sexy, babe— le dijo soltando un jadeo, con inmensas ganas de que mas jadeos y gemidos salieran de la boca de su novio. —So sexy, I love you.
—¡Ve...Vegas! por favor— aquellas palabras le hicieron enloquecer más. Todo el le fascinaba. Todo, absolutamente. Pero había algo que lo hacía perder el control y era escucharle gemir mientras lo penetraba.
Un poco más. Y se acomodó mejor dentro de él. Cada embestida era superior a la otra. Le apretó las manos. Pete sintió la suavidad de ellas las entrelazó.
Sacó su miembro de entre la entrada de Pete, sin dejarlo respirar un momento, volvió a entrar con la misma fuerza de antes. Pete contrajo sus caderas. La velocidad aumentaba y el no dejaba de gemir al mismo ritmo. —Eso es puedo olerlo— entro de nuevo, esta vez suave haciéndole estremecer aún más, buscando el orgasmo.
Hasta sentir el cuerpo de Pete temblar entre sus brazos y soltando un gran jadeo, salió de su interior, Pete pudo respirar por fin, notó lo cansado que estaba, lo había dejado desecho.
Como todas las veces que anteriores. Lo sostuvo para él, sosteniéndolo por la poca fuerza que tenía en su cuerpo. —Amo hacerte el amor— le sonrió.
—Y yo..— respondió el, apenas con un hilo de voz. Le dedicó una bonita mirada que hizo estremecer a Vegas hasta los huesos.
—Era lo que quería ¿sabes? Eres la única persona a la que he traído aquí, este lugar es muy especial.
—Me estás mintiendo— ya fuera del agua, se inclinó para recoger las bragas, ahora completamente mojadas, se las puso.
—¡Que no!— él se subió el bóxer. —Tú nunca me crees.
—Claro que sí mi amor, es solo que...— le abrazó el cuello, Vegas le rodeo las caderas.
—Nada— le besó los labios. —Cada cosa que te digo es verdad, tenlo por seguro— Pete le miró con ternura. Podía ser un tipo peligroso, pero con el era completamente diferente. —Me importas y eso nunca va a cambiar.
ESTÁS LEYENDO
When you're gone •VegasPete•
Ficción General"When you're gone the pieces of my heart are missin' you... Segunda parte de Stockholm Syndrome. Adaptación