☯️Capitulo 3☯️

111 23 0
                                    

-Tal vez deberíamos quedarnos en casa esta noche - murmuró Tristan, sus ojos verdes oscureciéndose de hambre cuando vio el vestido y mis tacones especialmente solicitados.

Acababa de abrir la puerta para revelarle de pie en pantalones oscuros y una camisa abotonada elegante con las mangas enrolladas hasta los codos, destacando su piel bronceada. Parecía recién duchado y afeitado, ni un cabello fuera de lugar. En otras palabras, delicioso.

- Estaba empezando a tener la misma idea, pues parecía lo suficientemente bueno como para comer.

Sus ojos recorrieron mi cuerpo, mirando el vestido de cóctel azul marino que había escogido para la noche, con la ayuda de Larene, por supuesto. Era un vestido sencillo, casi recatado, ajustado con una capa superior de encaje sexy y mangas de sisa. Pero cuando me di la vuelta para tomar mi bolso, escuché la respiración de Tristan y sonreí para mí. La parte posterior estaba cortada con hermosos bordes ondulados desde la base de mi cuello hasta la parte baja de mi espalda. Era sensual y un poco travieso, pero sería lo suficientemente apropiado para donde fuera que quisiera llevarme.

En cuanto a los tacones, bueno... eran un poco más que traviesos.
Sentí su calor en mi espalda desnuda mientras buscaba mi abrigo. Pasó un dedo por mi columna y jadeé, queriendo arquearme contra él, pero deteniéndome en el último momento. El calor juntándose en mi barriga.

Había estado excitada sólo por vestirme para él, imaginando todas las maneras en que podría hundir mis talones en él mientras me follaba.
Sentí su aliento, cálido y delicioso, junto a mi oído.

-¿Cómo voy a conseguir atravesar la cena ahora?

-No llevo nada debajo tampoco.

Dejó salir un suspiro y sentí sus dedos arrastrase por la pierna.

Gimiendo, mi cabeza cayó sobre su hombro.

-¿Nada en absoluto?

-No -susurré.

Tristan maldijo cuando sus dedos tocaron mi coño desnudo, pero rápidamente me alejé de él, poniéndome el abrigo. A pesar de que mi cuerpo zumbaba con el deseo y estaba segura de que mi excitación estaría goteando por mi pierna para cuando terminase la cena, quería esperar hasta más tarde.

-No me lo vas a hacer fácil, ¿verdad?

Sonreí ante su expresión torturada.

-Nunca.

-Vale -dijo, pasándose una mano por su pelo limpio-. Ven aquí y dame un beso al menos.

Eso con mucho gusto y entusiasmo lo hice. Fue un beso largo y casi furioso, que hizo alusión a lo que vendría después. Mis mejillas estaban encendidas para cuando acabamos.

-Tenemos que irnos -dijo Tristan, con voz ronca y profunda, enviando escalofríos por mi espina dorsal-. Reservé.

-Vale.

Mientras íbamos hacia su coche, tomó mi mano, acercándome a su lado. Me fundí ante su acción inesperada.

-Te ves hermosa, por cierto -murmuró a mi oído. El frío de la tardía noche estaba en el aire, pero apenas lo sentía junto a la calidez de Tristan.

Y sus palabras me calentaron aún más.

-¿Te gusta el vestido?

-Mucho.

-Bien. Éste es en realidad es mío -bromeé, refiriéndome a la noche en que nos conocimos.
Se echó a reír, apretando mi mano. Luego repitió las mismas palabras que había dicho aquella noche en el ascensor subiendo a su ático.

❤Sr. Blackwell🪐  "En Proceso"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora