-Sí, cariño -gimió Tristan cuando roté mis caderas en un movimiento lento, circular.
Teníamos una excelente vista de la salida del sol sobre la ciudad desde las grandes ventanas de Tristan, pero ninguno de los dos prestaba atención. Lo que comenzó como un inocente beso de buenos días se convirtió en mucho más. Y después de la montaña rusa emocional de la noche anterior, me di cuenta de que necesitaba esto.
Desesperadamente.
Tristan estaba tumbado en la cama, sus ojos aún medio cerrados por el sueño. Se veía tan increíblemente sexy mientras le cabalgaba y con la presión añadida de sus dedos agarrando mis caderas sólo me estimulaba.
Estaba casi allí. El placer hacía que la cabeza me diera vueltas y Tristan estaba esperando verme correr, aunque no con mucha paciencia.
Di un grito ahogado cuando él sacudió sus caderas debajo de mí y nuestra carne hizo un satisfactorio sonido de golpeo.-¡Más por favor!
Hizo un sonido bajo en su garganta que sonó como un gemido y un gruñido.
-Bueno, ya que lo pides tan bien. -Su voz estaba ronca por el sueño y era tan caliente. Y entonces me movió ligeramente unos centímetros de manera que estaba suspendida sobre su polla... antes de meterse dentro de mí de nuevo. Una y otra vez hasta que mi cabeza cayó hacia atrás, mis labios se abrieron, y mis ojos se cerraron con fuerza.
Podía oír las sábanas moviéndose ligeramente, y un momento después, su boca estaba en mi pecho, sus caderas empujando debajo de mí.
Me corrí cuando él suavemente cerró sus dientes alrededor de mi pezón. Continuó entrando en mí mientras mis paredes internas se contraían con violencia a su alrededor. Su hombro estaba sólo a centímetros de distancia y mordí su piel suave y cálida. Dio un sonido de sorpresa y entonces jadeó, golpeando dentro de mí con más fuerza, y supe que me había seguido.
Tristan cayó sobre las almohadas después y caí con él, acurrucada contra su pecho, débil, pero feliz.
Cuando me había despertado esta mañana y recordé todo lo que le había confiado a Tristan ayer por la noche, me sentí aliviada. Tal vez no hubiera querido hablarle de Justin al principio, pero ahora que lo había hecho, estaba contenta. Fue catártico. No había hablado sobre Justin en un largo tiempo con nadie, pero nunca estaba demasiado lejos de mis pensamientos.Sonreí contra el pecho de Tristan, escuchando el rápido latido de su corazón.
-Mmm, preservativos, cariño -dijo con voz áspera.
Sus caderas se movieron ligeramente, recordándome que estaba todavía en el interior. Me gustaría poder permanecer allí durante un poco más de tiempo, pero poco a poco me bajé, asegurándome de que el condón no dejaba escapar nada. La primera cosa que haría el lunes iba a ser tener una cita para conseguir control de la natalidad.
Una vez que deshizo del condón, Tristan nos maniobró de manera que estuviéramos lado a lado, uno frente al otro. Arrastró sus dedos sobre mis labios, mirándome.
-¿Cómo estás esta mañana? -preguntó.
Mi corazón se calentó ante la preocupación que había oído en su tono.
-Estoy bien.
-¿Sí?
Asentí y mis ojos cayeron a su pecho.
-Lo siento por llorar anoche.
-Mírame -dijo, con la voz ronca. Su mirada quemando en mí-. Nunca lamentes nada así. Eres aún más hermosa para mí ahora.
Mariposas estallaron en mi estómago ante sus palabras. ¿Cómo era que Tristan Blackwell podía ser uno de los hombres más dulces?
-Quédate aquí conmigo hoy -murmuró, sus labios rozando la punta de mi nariz-. Y esta noche.
ESTÁS LEYENDO
❤Sr. Blackwell🪐 "En Proceso"
Teen FictionTristan era todo lo que había querido para una cita de una noche. Era un tipo que hacía que se te derritieran las bragas con un cuerpo esculpido por los dioses griegos y un amante de la charla sucia que me dejaba jadeando y rogando por más. Mejor aú...