☯️Capítulo 12☯️

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A la mañana siguiente, me desperté sola. El sol brillaba a través de las ventanas del dormitorio de Tristan, lo que indicaba una hermosa mañana de octubre, pero había un ligero frío en el aire, así que me puse la camisa desechada de Tristan de ayer antes de ir en su busca.

Lo encontré en la planta baja haciendo una llamada. Tenía un portátil que estaba apoyado en la mesa de café de la sala de estar, con papeles esparcidos alrededor, y el olor del café impregnando el aire. Tristan no me había visto todavía, así que lo admiraba desde el pie de la escalera, observando sus masculinos pies desnudos y todo el camino hasta su cabello despeinado atractiva. Estaba vestido con pantalones negros, pero sin camisa, mostrando los músculos bronceados de su pecho y abdomen.

Parecía estar como en casa, relajado, y en su elemento.
Con un latido de conciencia, supe que teníamos mucho de qué hablar.
Nada estaba dicho entre nosotros y la discusión del martes por la noche había quedado sin resolver. Cuanto más tiempo pasásemos sin hablar de ello, mayor se haría la brecha. Y no quería eso.

-Sí. Haré que lo firme esta mañana y luego te lo enviaré por fax hoy.

Fruncí el ceño, dando un paso adelante en la sala de estar.
Tristan sonrió cuando me vio, viéndose más descansado de lo que jamás lo había visto. Unos momentos más tarde, terminó su llamada y se acercó, me dio un beso de buenos días que hizo que mi corazón se acelerase.

-¿Ya trabajando? -pregunté, buscando en su mirada pistas sobre su llamada.

-Quería tenerlo todo terminado antes de que despertaras, así podría tener más tiempo contigo.

-Bueno, si no eres dulce -murmuré.
Sus palabras me afectaron, haciendo que las mariposas en mi estómago se animaran, pero necesitaba recordar que este era el mismo hombre que había dicho que no me podía dar una relación. Y no podía evitar preguntarme si había estado hablando de mí en este momento. Había una tensión entre nosotros. Tal vez era la única que la sentía porque Tristan parecía estar completamente a gusto. Me aclaré la garganta, alejándome de él-. Entonces, ¿cómo fue tu viaje? ¿Todo bien?

Me miró, tomando nota de mi tono.

-Fue largo. Pero sí, todo salió perfectamente. Espero no tener que volver el próximo mes, si las operaciones siguen yendo tan suaves como ahora. -Se dirigió a la cocina-. ¿Quieres café?

-Sí, por favor.

Me trajo una taza, dejando caer un pequeño beso en la parte superior de mi cabeza.

-¿Te sientes bien esta mañana? No fui demasiado rudo anoche, ¿verdad?

-No, no lo fuiste. Estoy bien.

-Entonces, ¿qué pasa? Pareces preocupada...

Tomé un sorbo de mi café, quemándome la lengua en mi prisa. Tristan podía estar metiendo algunas cosas bajo la alfombra, pero yo no. Ello no hacía una confrontación más fácil. Tomando una respiración profunda, le dije con sinceridad-: Creo que tenemos algunas cosas de las que hablar.

Dejó escapar un suspiro cansado, como si hubiera estado esperando mi respuesta, antes de pasar su mano por su nuca.

-¿Tenemos que hablar de esto ahora? ¿No podemos estar juntos hoy?

Mi garganta se cerró un poco ante sus palabras.

-No, porque eso hace que parezca que hoy es el día para nosotros.

-Eso no es lo que quería decir, Noelle. Quiero decir que acabo de volver y preferiría no pelear contigo hoy.

-Así que, ¿de qué iba esa llamada? La que acabas de tener. Sólo puedo suponer que estabas hablando de mí. ¿Qué se supone que tengo que firmar?
-pregunté, cruzando mis brazos sobre mi pecho.

❤Sr. Blackwell🪐  "En Proceso"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora