El secuestro. :]

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Quackity odiaba ese maldito día, pues todavía  no comenzaba pero aún así era la boda de Roier y Cellbit. Mientras ellos dos eran felices Quackity agonizaba en un mar de depresión.

El menor, salió unos minutos para sacar sus lágrimas dulces y despejar su mente, cuando encontró algo entre los árboles.

Cucurucho... este lo mira muy fijamente con esa mirada cosida aterradora que siempre tenía

-acompáñeme porfavor.-
Pidió Cucurucho saliendo de entre los arbustos y árboles, a lo que Quackity decidió ignorar y solo siguió caminando.

Sin siquiera darse cuenta. Quackity comenzó a sentirse mareado y confundido, luchando por mantenerse en pie mientras su mente se nublaba.

Desesperado, buscó apoyarse en la pared más cercana, pero sus piernas no respondían como solían hacerlo. Intentó gritar pidiendo ayuda, pero sus palabras salieron entrecortadas y apenas audibles.

Cucurucho se burló desde la distancia, disfrutando de la agonía de Quackity. Era evidente que había planeado todo esto, había esperado el momento perfecto para atacarlo y dejarlo indefenso.

Quackity trató de poner resistencia, de luchar contra los efectos de la droga que invadía su sistema. Pero la oscuridad lo envolvió, y poco a poco perdió la conciencia.

Cuando finalmente despertó, se encontró en un lugar desconocido. Todo a su alrededor era oscuro y lúgubre, sin ninguna señal de vida. Estaba atado a una silla, sin posibilidad de moverse.

La desesperación comenzó a apoderarse de él, pero decidió mantener la calma. Tenía que encontrar una forma de escapar de allí y volver con sus amigos.

Justo cuando pensaba en eso, las puertas del lugar se abrieron de golpe, revelando la figura alta y amenazante de Cucurucho. Tenía una sonrisa retorcida en el rostro, como si estuviera disfrutando de todo esto.

-¡Por fin despiertas, Quackity! -exclamó Cucurucho con malicia-. Te tengo donde quiero, a mi merced.

Quackity apretó los puños, dispuesto a enfrentar a su captor. A pesar de estar en una situación desesperada, no iba a dejarse vencer tan fácilmente. Tenía que encontrar una forma de escapar y buscar ayuda.

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