Capítulo 6: Aspiraciones al futuro.

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Parecía un día común de febrero, eran cerca de las diez de la mañana y estaba impartiéndole clases a noveno, en lo que recibo una llamada.

Fue casi predicho. Minutos antes estábamos hablando de Maxine y ahora me estaban llamando de su escuela. Pedí disculpas y salí del salón para recibir la llamada.

-¿Hola?

-Buenos días, ¿Madison Williams, verdad? La madre de Maxine. Del kínder.

-Así es, ¿todo en orden?

-Me temo que alguien tendrá que venir a retirarla, comenzó a sentirse mal, y al examinarla nos encontramos con que tiene fiebre, treinta y siete y medio.

-Bien, veré si puede ir su abuela a retirarla, estoy trabajando ahora. Gracias por avisar.

La verdad me sentía un tanto culpable, esta mañana la notaba rara, sabía que no estaba bien porque no tenía su energía matutina tan característica y que claramente heredó de Ben. Sin embargo, e ignorando mi instinto, la llevé a la escuela.

Entonces decidí llamar a mamá, ya que sabía que Carla estaba en clases hasta el final de la hora, como yo.

-Maddie, ¿quién murió?

-¡Ay mamá! Termínala con eso. Escúchame, acaba de llamarme la maestra de Maxine, está con fiebre, bueno, es una febrícula, pero quiere que igualmente la retire y ninguna de las dos puede ir a retirarla.

-Escúchame, yo puedo ir a retirarla, pero en una hora tengo reunión en el Sanderson Paz Palace. ¿Quieres que le compremos algún medicamento o algo?

-Sí, algún ibuprofeno, pregunta en la farmacia. Carla siempre se encarga de eso. Y tráiganla a la escuela, yo me encargaré.

-¿Segura?

-Sí mamá, gracias por todo.

-Nos vemos en un rato Mad.

-Adiós.

Luego de la llamada volví a entrar al salón, y les dije lo que pasaba, que Maxine vendría conmigo un rato, y se pusieron muy felices. En el momento olvidé avisarle a Carla que Maxine estaba aquí.

Media hora después de que le avisara a mamá, ella volvió a llamarme para avisarme que estaban en la puerta de la escuela, esperándome.

Al ir a la entrada estaba ella con su uniforme y su mochilita de la mano de mamá y papá. No se la veía bien, estaba demasiado quieta y callada.

-Hola mi amor. –Me puse a su altura, y pasó sus brazos por mi cuello en señal de que la tomara en brazos.

-¿Y mami?

-Ella está dando clases, ¿quiere venir conmigo y mis alumnos?

-Sí. Adiós Bela, adiós Belo.

-Chau pequeñita.

-Gracias.

Ellos volvieron a salir, y nosotras nos encaminamos hacia el aula.

-Bien, tanto que me pedían conocerla, ella es Max, mi hija. Así como la ven no es nunca, siempre es más inquieta y habla bastante, solo que ahora está enferma. –Ella los saludó con la mano, sin prestar atención en sus rostros, por lo que no reconoció a Pablo.

-Mad, es idéntica a ti. –Dijo más de uno.

-Y eso que no la escucharon ni la vieron comportarse cuando está bien. Pregúntenle a Carla.

-Son clones. –Dijo Pablo y reí.

-Bueno, Max, siéntate ahí. –Le señalé mi escritorio. –El resto sigamos con lo nuestro. ¿Entendieron el texto o quieren que se los explique?

Más Que Por Los Siglos De Los Siglos. (Más Que Compañeras 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora