Más Que Por Los Siglos De Los Siglos. (Más Que Compañeras 3)

Capítulo 31: Mostrándonos.

Carla me postuló lo mismo de siempre, ¿te quedas o vas tú al supermercado y yo me quedo? Entonces me quedé en casa.

Maxine se había dormido en el sofá, Gino había salido con sus amigos no me dijo a dónde y Gio cuelga de mí. Lo llevo dentro de un fular en lo que acomodo los closets, hay demasiada ropa para doblar y guardar. Y a él le encanta estar así, además de que estamos escuchando música. Días antes de que naciera preparé una playlist con las canciones más lentas de Måneskin.

La verdad estos momentos así con él me encantan, si bien es más inquieto de lo que era Max, vive moviendo las piernitas, o los bracitos, o sonriendo. El contacto tan cercano le encanta, y a mí también, ya que siento ese olorcito adictivo de bebé pequeño.

Estaba bajando las escaleras luego de haber terminado de acomodar la ropa de Max en su closet. Ella acababa de despertar con ganas de tomar leche con chocolate, así que aproveche para preparar una taza de eso para ella y prepararme una taza de café para mí.

Pero en eso suena la puerta de casa. Abro y me sorprendí totalmente, ya que me había olvidado de que era viernes, y la persona del otro lado de la puerta era Virginia.

-Hola.

-Hola. Mira, Gino salió, ahora mismo lo llamo para que vuelva, no sé si quieres pasar y esperarlo o volver luego.

-Lo esperaré unos minutos. Permiso.

-¿Gustas café?

-Te lo agradecería.

-Voy llamando a Gino mientras tanto. -Nos adentramos a la cocina. -Max, tráeme la carriola de tu hermano por favor. -Comencé a sacarlo del fular, tengo miedo de que se queme con café o algo de eso.

-Lo tengo si quieres.

-Gracias.

Le entregué a Giovanni y tomé mi celular para llamar a Gino.

-Maddie.

-¿En dónde estás?

-En la pista con Alison, Lucas, Michelle, y Gabriel. -Han inaugurado una pista de saltos a unas cuadras de casa.

-Ven urgente que tu madre vino a buscarte.

-Dile que me espere diez minutos, y veme armando la valija.

-Ponme dos hoodies, los dos negros. Cuatro pantalones, mi pijama, escúchame bien, quiero que me pongas estas camisetas.

-No, no. si quieres que te prepare la ropa pondré lo primero que encuentre, si quieres algo específico la preparas tú.

-Gracias por nada.

-Y apúrate.

Corté la llamada.

-Tendrás que esperarlo está con sus amigos y ni siquiera preparó lo que necesita para irse.

-No hay problema. La verdad me quedo admirada, es muy parecido a Enzo, solo que con ondulaciones en el cabello.

-Sí, eso fue lo primero que pensé. ¿Estabas trabajando aquí?

-Sí, me surgieron dos casos así que estoy viniendo algunas veces por semana desde hace un mes. ¿Siempre es así de inquieto?

-Sí, es bastante inquieto, desde que estaba en el vientre. Gino me contó que estuviste en la sala de espera cuando Gio nació.

-Así es, acababa de revisar a uno de los pacientes que tengo en la ciudad. Tú te has vuelto una celebridad dentro del hospital, varias enfermeras me han contado que permanecieron diez días al lado de Carla sin salir. ¿Y ella?