Capítulo 3: Un festivo diciembre.

13 2 0
                                    

Había estado en casa de mis suegros una buena parte de la tarde hablando con Sharon sobre la cena de navidad, cómo organizarnos.

Sinceramente no me gusta mucho esa casa, es la clásica mansión de ricos. Grande, con portón eléctrico, dos perros doberman, Ruffus y Teddy. Nombres demasiado tiernos para esas bestias que casi me descuartizan la primera vez que fui. Pero la casa por dentro es acogedora, aunque sí, tiene detalles muy lujosos.

Al volver a casa me llevé una gran sorpresa. Olivia y Zach estaban en el living de casa, junto con Madison y Maxine dormida en el regazo de su madre.

-¡Pero qué sorpresa! ¿Cómo estás Oli? Hace bastante no te veía.

-Más que bien, si todo sigue igual en enero comenzaré mis prácticas, quiero ver si consigo trabajo por aquí, porque quiero estar más cerca de Zach y mi familia.

-Te entiendo, me pasaría lo mismo si estuviera en su lugar. ¿Gino mi amor?

-Con mi hermana y una tal Virginia, están en Chelos. –Me contestó Olivia.

-Me olvidé de decirte que ella vino a buscarlo, estaba en la ciudad y quiso pasar una tarde con su hijo.

-¿Virginia sería su otra madre? –Preguntó Olivia.

-Sí, su madre biológica. Pero no entiendo qué hace Alison ahí entonces.

-Bueno, es algo que deberías preguntarle a él.

-Díganme qué saben. –Subí un poco el tono de voz.

-Es mejor que hables con él personalmente cuando vuelva.

-Dime Zach, ¿cómo está Charlotte? –Cambié de tema.

-Mejor. La próxima semana tiene cita con el médico para ver cómo sigue todo. En teoría o le quitan el yeso o le colocan otro, pero más chico, o por lo menos eso especula.

-Qué bueno entonces, ojalá que se lo saquen, ya que el próximo fin de semana le festejan el cumpleaños a Alejo.

-Sí, esa es la razón principal por la que quiere que se lo quiten.

Madison

Mañana es nochevieja, y este año organizamos una cena especial. Mis cuatro abuelos, mis padres, mis suegros, mis hijos y Carla, ya que Enzo decidió pasar navidad con sus suegros. Y el resto de mi familia decidió pasarla en lugares diferentes.

Por más de que mis abuelos están en el país hace veinte días, no he podido sentarme con mi abuela a platicar de un tema muy importante. O por lo menos no pude hacerlo hasta ahora. Carla salió con Maxine y Gino, por lo que puedo invitarla a hablar solas de esto.

Preparé el mate, compré croissants de su panadería favorita y me senté a esperarla. Cinco minutos antes de las tres de la tarde, el timbre sonó.

-Maddie, querida, ¿de qué asunto querías hablar conmigo?

-Recuerdas que estuvimos un mes en Argentina este verano ¿Verdad? Bien, cuando fuimos a Bariloche, y estuvimos en el Mountain Paz noté ciertas irregularidades.

-¿irregularidades de qué tipo?

-Evasión, e incluso sospecho lavado de dinero. Yo tengo un título, una carrera y un trabajo, no puedo perderlo todo por la avaricia del tío Gonzalo. No quiero seguir siendo dueña del treinta por ciento.

-Me dejaste impactada querida, pero sí, podrías estar en lo cierto, hace bastante que las reservas y la cantidad de ocupantes viene bajando misteriosamente. Lo bueno de eso, es que si tus sospechas están en lo cierto y lo descubren luego de que renuncies a tu parte solo él será indagado, ya que desde el dos mil tres el hotel dejó de ser parte de la cadena Paz Palace, así que el resto nos salvamos. Aunque tu renuncia ahora podría verse sospechosa si lo descubren pronto. Esperemos que no.

Más Que Por Los Siglos De Los Siglos. (Más Que Compañeras 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora