El reloj marcaba las ocho y diez de la mañana. Ocho y diez de la mañana de un lunes seis de enero.
Carla me despertó gritando desde el baño que había roto fuente, el momento que la familia completa esperaba acababa de llegar. Así que llamé a mis padres, luego a mis suegros. Brianna pasó a recoger a Maxine, y nosotras fuimos hacia el hospital.
Yo estaba completamente nerviosa, y a su vez, súper feliz de que el sufrimiento que estuvo padeciendo Carla estas últimas semanas se iría de una vez por todas.
Apenas llegamos al hospital, a eso de las ocho y media nos hicieron pasar a una sala de partos y nos dijeron que tanto la doctora Montgomery como el doctor Thompson estaban atendiendo otros partos, que esperásemos unos minutos.
Esos minutos fueron media hora, hasta que Eugenia llegó a la sala.
-Bien chicas, treinta y ocho semanas, el parto está perfecto, solo voy a agregar unos esteroides para que los pulmones del bebé terminen de madurar por las dudas. La dilatación va bien, tenemos cinco centímetros. ¿Hace cuánto rompiste fuente? ¿Y hay mucho dolor?
-El dolor es fuerte, y mi fuente se rompió como a las ocho y diez.
-Bien, el parto va rapidísimo, déjame hacerte un ultrasonido para ver la posición del bebé y luego te inyecto la epidural. –Hizo el ultrasonido en silencio. –Hay un pequeño problema Carla, el bebé se ha movido, el hombro apunta hacia el canal de parto. Por lo que intentaré una maniobra para reposicionarlo.
Una enfermera entró a la sala, se acomodó sosteniendo las piernas de Carla y Eugenia posicionó sus manos en extremos de la barriga, para comenzar a girar. Carla gritaba de una manera que me erizaba la piel. Mientras tanto, mis padres y suegros llegaban a la sala de espera junto con Félix.
La doctora volvió a realizar el ultrasonido.
-No funcionó. La única alternativa es una cesárea.
-Está bien. –Tomé la mano de Carla fuertemente en lo que ella asintió.
-Organizaré todo y vendremos a buscarte.
Ambas salieron y volvimos a quedar solas.
-Está bien ¿Sí? Solo es otra alternativa de parto. Todo saldrá bien.
-Lo sé. Pero tengo frío Mad, aquí está frio, ¿no lo sientes?
-No. pero también hay una diferencia importante entre mi vestimenta y la tuya. Nos veremos en un rato, ¿sí? Y tendremos a nuestro pequeño en brazos. Te amo mucho.
-Yo te amo más.
-¿Estás nerviosa?
-Un poco, quiero que esto termine de una vez. Estar embarazada no es como lo muestran en las películas.
-Lo sé, pero ya pasará, es solo una hora más.
-¿Tú estás nerviosa?
-Bastante.
-No hace falta que lo estés, en una hora volveré a estar aquí.
-Aquí te esperaremos. Mis padres, Félix y los tuyos están abajo, en la sala de espera.
-Bien chicas, es hora. Mad, necesito que te quedes en la sala de espera y que nos den una muda de ropa para el bebé.
-Te amo.
-Te amo.
Besé a Carla antes de entregarle un conjuntito de ropa blanco, junto con un body y un gorrito.
Caminé hacia la sala de espera, mis manos temblaban y tenía un nudo en la boca de mi estómago. Me costó un poco visualizarlos, estaban cerca de la entrada de la sala de espera, los seis sentados enfrentados, tomando café. Apenas notaron mi presencia noté el semblante de confusión que tenían.
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Más Que Por Los Siglos De Los Siglos. (Más Que Compañeras 3)
RomantikTal vez no lo recuerdes, pero en una noche medio ebrias prometimos que estaríamos juntas por los siglos de los siglos. Creo que esto es el ejemplo de que estaremos juntas, más que por los siglos de los siglos. ______________________________________...