—¿Puedes cambiar esa cara por favor?—Lo siento, no tengo otra así que confórmate, te dije que no quería venir.
Aron puso los ojos en blanco y continuó tomando su helado tranquilamente. ¿Cómo podían estar tan tranquilos? ¿Es que no ven la cantidad de personas que hay aquí?,
Este lugar apesta a humanidad.Lamentablemente tú eres la única antisocial aquí cariño.
Aron toma mi mano intentando atraerme hacia él pero no estaba de humor así que me suelto lentamente.
—¿Bueno y qué les han parecido sus primeros días cómo universitarios? —dice Julie intentando sacarme conversación, la verdad no había hablado mucho desde que llegamos a la heladería.
—Pues si te soy sincera esto de ser independiente y alejarte un poco de tus padres y de tu casa no está tan mal como creía, de no ser por la cantidad de clases y responsabilidades que tenemos diría que la vida universitaria es lo mejor.
—Concuerdo con Nan, la vida de universitario es muy alocada, me gusta —dice Aron sonriendo y mostrando sus hermosos hoyuelos.
Entablamos una charla interminable y se puede decir que un poco interesante sobre la vida alocada de los universitarios. La verdad si fue divertida la idea de Aron de salir a tomar helado, dejando de lado a la humanidad que nos rodeaba claro.
Era demasiado lindo el momento para ser real.
La puerta de la heladería se abrió, escuchamos sonar la campanilla y vimos entrar a una chica alta, pelirroja, con unos ojos azules preciosos y un cuerpo perfecto al cual no parecía caberle una cirugía más. A mi lado Aron se tensó al ver a la pelirroja, no sé por qué pero no me daba buena espina.
La chica pronto nos divisó, más bien divisó a Aron y se encaminó hacia nuestra mesa moviendo sus caderas como si la vida le fuera en ello.
—Hola bombón, ¿qué haces aquí? Me quedé esperándote toda la noche —dijo la chica sin siquiera voltear a saludar a los demás.
¿Bombón?¿Me quedé esperando toda la noche? ¿En serio escuché bien?
Aron apretó los puños y se tensó aún más.
—Hola Vicki, ¿qué haces aquí?
—¿Te sorprende que tu novia también venga a tomar helado sola? Aunque veo que tú no estás solo, pareces estar muy bien acompañado.
—¿Novia? —pregunto perpleja por la situación, ¿como así que novia?
—Sí niñata, soy su novia, ¿algún problema? ¿y tú quién eres?
—Soy... —no podía hablar, las palabras se me habían quedado atascadas en la garganta, ¿exactamente qué soy?
Esto es demasiado para mí, ¿por qué Aron no me dijo que tenía novia?
—Es una amiga —dice él al ver mi estado de shock.
—Oh ya veo, ¿y tú desde cuándo tienes muchas amigas cariño? De esta mesa solo conozco a Steven.
Había olvidado por completo que Julie y Steven estaban con nosotros, Julie me miraba tan perpleja como yo y Steven parecía asustado por la situación.
—Vicki no creo que este sea lugar para hablar de eso.
—Sí que lo es. A ver querida —dice mirándome de arriba abajo con una cara que en serio da miedo —¿Ya te metió en su cama? ¿Ya te dijo cosas bonitas al oído para llevarte hasta su habitación? Ah no, espera, cambió la táctica primero te trae a tomar helado, qué romántico. Pues lamento decirte esto, bueno en realidad no lo lamento. No te sientas especial querida, no eres la primera chica que cae ante los encantos de este don Juan, no eres la primera que trae a tomar un helado para luego llevarla a su cama y fingir que no te conoce después de hacer lo que quiera contigo.
—Victoria te estás pasando, ya para —dijo Aron apretando aún más los puños bajo la mesa y tensando la mandíbula.
—¿Lo dices porque te lo hizo a tí y estás dolida? ¿Es eso?
—Oh cariño que ingenua eres. Espera... me presento de nuevo: soy Victoria Wensley la novia de Aron, ¿ahora si lo entendiste?
¿De qué me suena ese apellido?
—¿Acaso no te invitó Aron a la fiesta de mi hermano ayer? Típico de él invitar a las chicas que conoce por ahí a una fiesta para después dejarlas tiradas, no los vi por allí.
O sea que de eso me suena, la fiesta del tal Luke Wensley a la que me había invitado Aron.
—¡Victoria basta!
—¿Te dijo de que iba la fiesta?
—¡Victoria!
—Tranquilo Aron no seas así, la chica tiene derecho a saber, ¿a que sí? Todos debían llevar una nueva conquista a la fiesta y que crees, tú eras la nueva conquista de Aron querida, su nuevo juguetito. ¿No es divertido?¿A que ya no te sientes tan especial? Lo que no entiendo es que hace aquí contigo —dijo desviando su mirada a Aron— el juego terminaba ayer y él no se presentó.
—¿E-eso... Es cierto Aron? —dije sintiendo como me temblaba la voz, las lágrimas comenzaban a amenazar con salir.
—Nan déjame explicarte, no es del todo así.
—Entonces es cierto.
—Claro que es cierto querida, a diferencia de tu amiguito yo no miento.
Aron agachó la mirada y ahí lo supe, esa chica tenía razón. Aron solo estaba jugando conmigo.
¿Cómo pude ser tan ingenua?¿Cómo pude confiar en él?¿Cómo pudo Aron, el único amigo que tenía hacerme esto? Tenía razón, él ya no era el mismo chico que conocí hace años.
—Mariana déjame explicarte por favor...
—¿Qué quieres explicar, que esto no fue más que un estúpido juego desde que hablamos por primera vez? Pues ahórrate las explicaciones porque ya lo entendí, muchas gracias Aron por usarme como tu juguete me siento muy alagada, ahora por favor no me vuelvas a buscar nunca más. ¡Game ower querido!
Dicho esto tomé mis cosas y salí de ese lugar seguida de Julie. Tomamos un taxi y llegamos a la residencia.
—¡Es que aún no me lo puedo creer! Parecía un buen chico, llegué a creer que en serio le gustabas.
—Pues ya ves Jul, no todo es lo que parece.
—¡Madre mía! Pero que imbécil.
—Imbécil yo por caer en sus mentiras, cómo fui tan ingenua.
—Lo siento mucho Nan.
—Tranquila Jul, no te preocupes, si ya estoy acostumbrada a las decepciones y al dolor, mi vida se basa en eso.
—En serio lo siento cariño. ¿Quieres que hagamos algo? ¿Te apetece salir esta noche?
—Muchas gracias en serio, pero solo quiero quedarme aquí en esta cama arrepintiéndome de mi existencia.
—Pues como quieras, nos vemos luego vale, tengo que salir Steven me espera abajo. Cualquier cosa que necesites me llamas.
—Está bien Julie, nos vemos.
Al salir Julie no aguanté más y solté todas las lágrimas que había estado conteniendo, aún no puedo creer que mi amigo, la persona que me había dicho que me quería me hubiese hecho esto. Es demasiado para mí.
Sentí toques en la puerta así que me levanté para abrir sin perder tiempo en arreglarme.
—¿Y ahora qué olvidaste Julie? Para qué tienes llaves de esta habitación si no las usas.
Al abrir la puerta me encontré a la única persona que no deseaba ver nunca más en mi vida.
—¿Tú? ¿Qué haces tú aquí Aron?
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Guerrero silencioso
Teen FictionSi de dolor se trata Mariana tiene un doctorado en ello. Lleva años cargando con el peso de la culpa de no poder salvar a los que más quiere. Vive perdida tratando de sonreír cuando en realidad está muerta por dentro, los sentimientos y las emocione...