Capítulo 22

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¿Y si tienen razón esas historias de amor perfecto? ¿Y si estoy viviendo la mía?

Pues no lo sé, pero si es así quiero vivir al máximo cada segundo.

Lo observaba dormir, se veía tan lindo, tan inofensivo. Tenía mechones de su pelo negro en la cara y el ceño fruncido como si estuviese muy concentrado en su sueño.

Si esto es un sueño por favor no me despierten nunca porque ahora mismo en esta realidad alternativa soy completamente feliz.

Me cubro con las sábanas e intento levantarme pero me toma de la mano e instantáneamente una sonrisa se forma en mis labios.

—¿No estabas dormido?

—No, solo dejaba que disfrutaras de la vista.

—Idiota.

Me toma del brazo nuevamente llevándome contra su pecho, me alza el mentón y me da uno de esos besos que te deja sin habla.

—Necesito una ducha —sonrío sobre sus labios.

—¿Eso es una invitación?

—¡No!

—Tienes tres segundos para entrar y cerrar la puerta, sino entro contigo.

Me levanto y voy corriendo hacia el baño poniendo el pestillo a la puerta y sonriendo como una tonta. Tomo una larga ducha y cuando salgo ya está vestido sentado en la cama.

—¿Ya te vas?

—Tengo que irme Nan.

—O sea que a esto era a lo que se refería Victoria, huyes y olvidas mi nombre.

—Nan...

—Vete, si es que algo así me había imaginado.

—Oye ya cállate si, me voy porque tengo cosas que hacer, en unos días parto a casa de mis padres por una semana y tengo cosas por arreglar aún, no seas dramática.

—Oh, era eso.

Pone los ojos en blanco y comienza a  atarse los cordones, una duda surge en mi mente y quiero callar porque imagino que la respuesta no será agradable, pero necesito preguntar.

—Aron.

—Sí.

—¿Qué somos?

—¿Y eso a qué viene?

—Solo responde vale.

—Pues...

—Ya, no importa mejor no digas nada —le doy la espalda.

Se levanta y me toma de la cintura volteándome hacia él.

—Pues la verdad nunca me ha gustado ponerle nombre a nada ya que no quería compromisos con nadie pero tú... tú llegaste y volteaste mi mundo de cabeza, llegaste y con esa sonrisa apagada llenaste de alegría mis días, llegaste y sin darte cuenta me fuiste enamorando poco a poco y cada día más. Aunque no me creas fuiste y eres mi primer amor. Somos lo que el destino quiera que seamos, somos la viva imagen de que si existe el amor perfecto, el que espera años para encontrarse con su amor de adolescencia. ¿Qué somos? Pues por ahora yo tuyo y tú mía, tú mi pequeña insoportable y yo tu payaso.

Mis ojos se empañaron con lágrimas, nunca pensé escuchar algo así de boca de alguien y mucho menos del chico que amo.

—Te amo Mariana.

—Y yo a ti Aron.

—Ahora sí ya basta de cursilerías, me tengo que ir.

—Tenías que joder el momento.

Guerrero silencioso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora