Capítulo 19

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El reflejo en el espejo me sonreía, verdaderamente Julie hacía magia con sus manos.

Me había atado el pelo en un moño alto dejando risos sobre mi frente, me había maquillado y había elegido un vestido rojo de escote en forma de v y hombros descubiertos, el cual se ajustaba perfectamente a mi cuerpo.

—Estás preciosa, vas a dejar a ese imbé... —tose aclarándose la voz— a Aron boquiabierto.

—Julie —digo mirándola con las cejas enarcadas.

—Lo siento, yo si soy rencorosa.

—Vale pues me voy antes de que intentes convencerme de que no vaya.

—Si te quedas cinco minutos más juro que te convenzo —me guiña un ojo.

Pongo los ojos en blanco sonriendo y dirigiéndome a la puerta, al tomar el pomo para abrirla se ilumina la pantalla de mi teléfono con el nombre de Aron.

—Hola —digo.

Hola —responde él y su tono de voz no me gusta para nada.

—¿Está todo bien?

La respuesta tarda en llegar.

Sí, todo está bien solo que no voy a poder llegar a la cena, —pinchazo en el corazón— tuve un problema pero juro que te lo compensaré.

Silencio.

Me quedo callada recordando todo lo que me dijo Luke. ¿Y si es cierto? ¿Y si Aron está drogado y por eso no puede ir a la cena?

¿Sigues ahí?¿Nan?

—Sigo aquí. No hay problema Aron nisiquiera me había vestido.

Miento descaradamente.

Prometo compensártelo, ¿vale?

—Vale, pero... ¿Está todo bien? ¿No quieres que vaya a verte? Tal vez te puedo ayudar en algo.

No, está todo bien tranquila.

—Ok.

Descansa princesa.

—Igual.

Cuelgo y me quedo pegada a la puerta, Aron está raro, no me gustó para nada su tono de voz. Y ni pensar en que me dejó plantada, vestida y maquillada.

—Nan cariño, ¿está todo bien?

—Sí Jul no te preocupes.

—¿Por qué no te has ido?

—Aron me dejó plantada.

—Te lo dije...

La miro molesta y se calla.

—No te puedes quedar aquí así de hermosa, no gasté mi tiempo poniéndote bien perra para que te quedes encerrada en casa. ¡Nos vamos de fiesta!

—Julie no estoy de ánimo para...

Me quedo hablando sola ya que ya ha comenzado a vestirse. Al poco tiempo termina y tomamos un taxi dirigiéndonos al bar más cercano.

El habiente me gusta, no hay demasiadas personas, además ya comencé a tomarle cariño a este tipo de lugares, tienen alcohol y este ahora mismo es mi mejor amigo.

Guerrero silencioso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora