Kris pestañeó varias veces y se incorporó en la cama apoyándose en las manos.
Tenía la mano izquierda dormida y se dio cuenta de que había dormido encima de ella.
-¿Qué? ¿Qué pasa? -preguntó Lindy con la voz brumosa de sueño.
-¿Dónde está el señor Wood? -replicó Kris impaciente-. ¿Dónde lo metiste?
-¿Cómo? -Lindy se esforzó en abrir los ojos y vio a Slappy sentado muy tieso en la silla. Pero estaba solo.
-No tiene ninguna gracia -saltó Kris.
Salió de la cama, se bajó las faldas del camisón y se acercó corriendo a la silla.
-¿Es que nunca te cansas de gastar bromitas pesadas?
-¿Bromitas? ¿Cómo? -Lindy apoyó los pies en el suelo.
Kris se agachó para mirar debajo de la silla, se arrodilló para buscar bajo las camas...
-¿Dónde está, Lindy? -preguntó enfadada, todavía de rodillas-. No le veo la gracia.
-Ni yo -contestó su hermana, estirándose.
Kris se incorporó y de pronto vio al muñeco.
-¡Vaya!
Lindy siguió la mirada sorprendida de su hermana. El señor Wood les sonreía desde el umbral de la puerta. Parecía estar de pie, con
sus flacas piernas dobladas en un extraño ángulo. Tenía puesta la ropa de vestir de Kris: la falda de Betsey Johnson y la blusa de seda.
Kris se había quedado con la boca abierta. Se acercó corriendo a la puerta y vio que en realidad el muñeco no estaba de pie. Estaba colgado del pomo de la puerta,
que tenía incrustado en la abertura de la espalda.Kris agarró al muñeco por la cintura.
-¡Mi blusa! ¡Está toda arrugada! -exclamó, levantándola para que Lindy la viera-. ¡Esta vez te pasaste, Lindy! -dijo, mirándola furiosa con los ojos entrecerrados.
-¿Yo? -chilló la otra-. Te juro que no fuí yo, Kris. Estaba dormida como un tronco. No me moví, no me levante hasta que me despertaste tú. ¡No fuí yo, de verdad!
Kris la miró duramente y luego miró al muñeco.
El señor Wood, vestido con su blusa y su falda, le sonreía como si estuviera disfrutando de su desconcierto.
-Muy bien, señor Wood -dijo Kris-, supongo que te pusiste mi ropa y llegaste hasta la puerta tú solito.
Lindy fue a decir algo, pero la interrumpió la voz de su madre en el piso de abajo.
-¿Es que no van al colegio hoy? ¿Dónde estám? ¡Llegán tarde!
-¡Ya vamos! -gritó Kris, clavando una mirada furiosa a su hermana.
Dejó con cuidado al señor Wood sobre su cama y le quitó la falda y la blusa. Al alzar la vista vio que Lindy salía disparada por el pasillo para entrar la primera en el baño.
Kris suspiró. El muñeco le sonreía con malicia.-¿Qué? ¿Qué pasa? -preguntó la niña-. Yo no te vestí ni te moví,
y Lindy jura que ella tampoco.«Si no fuimos nosotras -pensó-, ¿quién fue?»
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La noche del muñeco viviente
HorrorLa historia y los personajes pertenecen a R.L Stine, yo sólo comparto su historia con ustedes. Lindy ha encontrado un muñeco al que llama Slappy, y cuando lo maneja se convierte en el centro de atención. Su hermana Kris le tiene envidia, por lo que...