Ángel del Emperador

58 7 60
                                    

El emisario del dios de la sangre contra el padre de los Angeles sangrientos, un combate que llevaba cinco milenios esperando, el Gran Demonio estaba esperando a su enemigo al final de un mar de demonios mas débiles, sabia que llegaría, tarde o temprano el ángel lo podria alcanzar, pero quería saber si seguía siendo el rival que conoció en el pasado.

Veía como la gente estaba adorando la imagen del Primarca, como el salvador que llego para preservar sus vidas, él se encargaría de que vieran su debilidad, los demonios seguían llegando, con un portal a la disformidad su tiempo era casi indefinido, estaban llegando mas refuerzos de Khorne y parecía estar con la victoria en el bolsillo.

Pero el Ángel del Emperador seguía avanzando, con una escuadra de exterminadores parecía que estaba logrando avanzar, pero después llegaría el combate mas duro, Ka'Bandha estaba listo para combatir mientras que Sanguinius tuvo que enfrentar antes legiones interminables de demonios, luchar en el camino hacia ese mundo minero y ahora era pelear de nuevo para llegar a un oponente nuevo.

Aun con todo esto Sanguinius no flaqueaba ni temía de alguna manera, ese era el momento para devolver cada daño que le causo a su Legión, la maldición que pesaba sobre ellos en parte por culpa de ese ser que estuvieran malditos, por lo que ahora buscaría activamente destruirlo, no dejar nada y asegurarse de que no pudiera volver a causar daño.

Choco de frente contra los demonios de la vanguardia, cortando y lacerando, volaba entre los enemigos y abría todo lo que estaba en su camino, la ira del ángel estaba causando que la Sed Roja, avanzando sin parar ni por un segundo, cortando con su espada a los Berserker de Khorne, a los demonios que estaban llegando allí.

Fue entonces que llego al fin a su oponente, estaba frente a frente, el gigantesco ser lanzo un ataque con un látigo, Sanguinius lo vio todo en cámara lenta, mientras todos peleaban sentía como si su energía aumentara a cada momento, no se cansaba, al contrario, sentía que estaba volviéndose mas poderoso con la lucha.

Aunque quizás no era de esa manera, todas las personas que vieron el milagro de la llegada del Ángel estaban levantando plegarias al dios Emperador para pedir por el Primarca y sus hijos, para que recibieran fortaleza y el poder contra los demonios para ganar la batalla, la Inquisidora estaba dando ordenes de ejecutar a quien no estuviera realizando su labor, aunque no parecía necesario, ya que todos estaban convencidos de que estaba funcionando.

Desde la distancia, en el Vacío del espacio se veía una estela de luz avanzando por el espacio, el espacio se deformaba a su alrededor y por momentos desaparecía de la vista para reaparecer e ir aun mas rápido, hasta que parecía que estaba sobre ellos.

Allí sobre el planeta estaba Astrea, una de las creaciones mas poderosas que tenia Yamato, enviada para combatir al lado del Primarca, a su alrededor se formaron cuatro grandes pilares de energía azul, que tomaron forma física en cristales de poder, desenvaino su espada y miro al mundo, dañado por la corrupción del caos, rodeada de tantos peligros, ella entonces lo limpiaría junto al ángel del Emperador.

Tomo su espada con las dos manos y la levanto sobre su cabeza, la realidad comenzó a ser deformada hasta que parecía un vórtice que destruiría el velo entre la realidad y los planos de existencia, entonces frente a ella aparecieron 314 espadas que miraban hacia abajo, imbuidas de energía hasta el punto en que quemaban como soles.

Astrea: A quien ambiciona poder y descontrol, a los traidores y complacientes, solamente les espera la Espada de Damocles —El comando de voz materializo frente a ella una cuerda de energía tan fina como un cabello, el cual se rompió con solo soplar sobre él— 

En tierra Sanguinius estaba a menos de quinientos metros de su objetivo, pero había sido rodeado por sus oponentes, el podria salir con vida, pero estaba siendo retrasado por sus hijos, quienes estaban ya muy heridos y necesitaban ser relevados de su posición, se quedo atrás protegiendo al maestro de capitulo que había caído herido y estaba en descanso.

Warhammer 40K: Era CarmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora