En los barrios mas bajos de la ciudad colmena había una gran fabrica antigua de donde venia música, algo ajeno para muchos ya que nunca escuchaban mucho, mas allá de un montón de sonidos mecánicos y gritos durante los enfrentamientos entre pandillas y mafias.
El Swing estaba sonando a toda potencia y se escuchaba a kilómetros a la redonda, en su interior algunos jóvenes revoltosos bailaban imitando a algunos seres extraños que seguían el ritmo de la banda, pensaron que eran gente con modificaciones corporales, las bebidas estaban por cuenta de la casa y había algunos alimentos que se ganaban en concursos y juegos varios.
Desde su oficina, Birsen estaba bebiendo tinta para imprimir libros religiosos, tras de él estaba una serie de maquinas colosales, pero nadie podria saber como funcionaban, ya que se veían polvorientas y descuidadas, pero lo que mas resaltaba no era el escenario surrealista o las fotografías que cuando las veías comenzabas a reír hasta que te ahogabas y quedabas morado como una uva.
Frente a él estaba una joven vestida de negro con símbolos de la iglesia imperial, con un sombrero negro alto, sus ojos eran fríos a simple vista, pero Birsen siempre fue bueno entendiendo esas cosas que se ocultaban bajo la piel, la joven ya no era la mocosa que se encontró en aquel calabozo, en su lugar estaba frente a él una mujer que parecía haberse endurecido en mas batallas.
Llevaba una armadura que aumentaba sus capacidades físicas, y ahora había un símbolo de lo que ella llamaba Inquisición, Inquisidora Birsen, era tan divertido cambiar su apariencia parcialmente y tomarse fotos a su lado, pero ya no estaba allí esa chica asustadiza contra el enemigo, habia aprendido muy bien a que existen cosas peores.
Aunque todavía se estremecía cuando lo veía tomar el brazo de algún cuerpo congelado y comérselo al integrarlo a su materia, lo consideraba un monstruo aberrante que debería haber sido destruido ya que con su sola presencia era un pecado, pero nunca lo dijo o intento atacarlo, sabia que seria infructuoso.
Además, estaba mejor usándolo como un arma destructiva que funcionaba a capricho, ya había soltado a Birsen en dos mundos llenos de Cultistas Caóticos, lo dejo solo por dos semanas, y siempre antes de mandar el Exterminatus escuchaba como el Swing sonaba en los altavoces de sus nave, cuando mandaba investigar al planeta encontraba un mundo devastado mas allá de cualquier guerra convencional.
Los Cultistas la mayoría de veces caían en combate, pero mas de una vez pidió capturas exactas, aunque tenia que ser muy exacta en que era lo que ser consideraba vivo, ya que mas de una vez le mandaba cubos de carne que gritaban en perpetua agonía, hechos de varios cuerpos y figuras extrañas, una vez uno de sus aprendices se metió un tiro cuando vio las figuras imposibles sin filtros cognitivos.
Ella misma fue a los Backrooms para equiparse con una nueva arma que le mostro, ella tenia dos armas bastante peligrosas, una pelota de goma que nunca dejaba de rebotar, acumulando mas y mas energía hasta que tenia que ser atrapada en un campo de estasis, y un cuchillo, que le permitida asesinar a alguien, incluso en publico, y nadie reaccionaria.
Birsen: ¡Hola mocosa! te extrañe mucho últimamente, escuche que tenias un aumento en tu posición, algo asi, no se —Le saludo de nuevo con el movimiento de cuatro manos que aparecieron en el aire y se esfumaron de inmediato— ¿Qué tienes para mi? estoy ansioso por una aventura
La Inquisidora entonces busco entre sus ropas y saco un sombrero bastante grande, con una pluma roja, también mostro un pañuelo y al final un documento impreso en un pergamino especial, diseñado para ser resistente a los años, Birsen lo tomo y su sonrisa de abrió cuando vio algo que no esperaba.
Una licencia para ser un Rogue Traders, aunque vio como ella había agregado una nota en papel con la palabra "Pirata", Birsen extendió su mano, todavía carmesí por su comida, y acepto la encomienda, prometiendo organizar un viaje lo antes posible a donde ella fuera, ya que seria su labor ir tras ella para completar misiones de exterminio.
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Warhammer 40K: Era Carmesí
FanfictionEn el futuro siniestro del milenio 40, solamente existe guerra, el amor no existe, la piedad es para débiles y la paz ya ni siquiera es una opción porque la paloma de la paz la asaron y se la comió algún dios del caos. Este es el patio de juegos que...