Capítulo 10

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Días después...

Concentrada en mi nueva falda larga, rosada, solo quería terminarla para que Joey me la viera puesta.

Me había acostumbrado tanto en aquella casa, su casa, que ya sentía que no podría irme nunca de allí, ni mucho menos alejarme de su lado.

A veces, cuando él trabajaba en su sala de estudio, yo me metía en mi habitación a coser y a crear ropa. Eso, además de escribir, me encantaba.

Las ventas de mi libro seguían en aumento, y más que emocionada, aún no me lo podía creer. A todos les gustaba mi libro. La tierna historia de amor que escribí de él y mía.

Un sueño que nunca creí que si pudiera hacérseme realidad.

Cociendo la pretina y los detalles de debajo de mi anhelada falda, pensé en Joey con amor y tuve una idea.

No me la pude contener y la apunté en una de mis libretas.

Contenta, no pude dejar de escribir y así comencé a escribir una nueva historia de amor de ambos.

En su sala de estudio, leía anhelante, y con ternura, mi libro...

Vibró de deseos y de amor al leer aquel capítulo en donde ambos habíamos vuelto a hacer el amor, y como consecuencia de aquello, yo había quedado embarazada.

Sonrió todo enamorado al cabo de leer aquello y lo imaginó.

_ Que tierna y dulce eres mi pequeña, Constanza. Ahora ya sé cuál es tu anhelo...

Me probé mi nueva falda, con pequeñas frutillas, y me la miré frente al espejo.

Satisfecha con el resultado, sonreí contenta y deseé con más fervor que Joey me la viera puesta.

Busqué con urgencia alguna playera, que le hiciera juego, y de pronto, encontré, entre todas mis cosas, una playera del mismo color rosa.

Volví a mirarme frente al espejo y esperé con anhelos a que Joey tocará a mi puerta y me viera.

Mientras tanto, me senté otra vez en el escritorio y seguí escribiendo...

Sintió de pronto que anhelaba solo verme. Con el corazón rápido y acelerado guardó el libro y fue a buscarme.

Se acercó y tocó a mi puerta.

Mi corazón vibró y se regocijó al oír el toque a la puerta, entonces, rápido me preparé y alisté.

_ Adelante...

Joey abrió la puerta y me miró anonadado.

Yo le sonreí, toda enamorada, y él hipnotizado en mí, se me acercó.

_ Que linda. – me sentí avergonzar.

_ Gracias.

Le sonreí con rubor y él me miró con destellos, locamente enamorado.

_ Quería invitarte a ir al estadio.

_ ¿Al estadio? – me miró coqueto.

_ Si. Tengo asientos para primera fila. – le sonreí.

_ Es cierto. Te encanta el futbol. Eres muy aficionado.

_ Tanto así que quiero ir contigo ¿Aceptas? – lo miré con ternura y recordé el capítulo, que escribí en mi libro, cuando fuimos los dos juntos al estadio a ver un partido de futbol.

Mi corazón vibró de alegría y le sonreí.

Él ya había leído aquel capítulo, e hizo alusión a aquello y me sonrió con destellos y amor.

_ Te amo, mi vida.

_ Y yo a ti, mi Joey.

Tomados de la mano, llegamos hasta el estadio. Nos sentamos en nuestros asientos de primera fila y nos sonreímos. Yo contenta, miré con asombro todo el inmenso estadio.

_ Es sorprendente.

_ ¿Te gusta?

_ Mucho. Siempre me lo imaginé así. – me sonrió con ternura.

_ ¿Cómo en nuestra historia?

_ Si. – le sonreí con vergüenza y él me miró con locura.

_ Tú libro es muy bonito y romántico. Me gusta mucho. – le sonreí con destellos y luego bajé la mirada con pudor.

_ Me alegra mucho que te guste. – me miró con destellos.

_ Eres una gran escritora, Constanza, la mejor entre muchos. – lo miré con emoción.

_ Joey.

_ Es la verdad, niña mía y espero que sigas escribiendo y te publiquen muchos libros más como este.

_ Te prometo que seguiré escribiendo muchas más historias como esa.

_ Te amo.

_ Y yo te amo a ti.

Nos dimos un pequeño beso, y el partido a punto de empezar, nos sonreímos.

El equipo favorito de Joey iba a jugar, y él expectante, yo no dejaba de sonreír y sentirme feliz y realizada.

De pronto, él tomó con cariño mi mano y yo lo miré, amándolo con todo mi corazón. Joey me sonrió.

Ambos concentrados en aquel partido, el equipo a favor de Joey llevaba la delantera y él los alentaba con entusiasmo.

Todos gritaban sin parar. El marcador indicaba dos de tres, lo que nos tensaba a todos, y nosotros sin cejar, solo queríamos que ganara nuestro equipo.

Los dos con unas salchichas, Joey me miró, y yo pegada en la cancha y en los jugadores, él sonrió y yo lo miré. Ambos nos pusimos a reír.

Gritamos con euforia y su equipo metió otro gol y todos gritaron contentos.

La verdad, para no agradarme mucho el futbol, con Joey me hacía verlo más entretenido.

Volvimos a levantarnos de nuestros asientos y aplaudimos a viva voz, pues nuestro equipo iba ganando cuatro de dos. Joey estaba tan feliz. Yo lo miré y me dio tanta alegría el verlo así de contento.

<< Mi Joey. >>

<< Me alegra tanto el verte feliz. >>

Él me miró y me sonrió.

<< Este es el primer partido de futbol que me acompañas, mi dulce Constanza. >>

<< Te amo. >>

Tomados de la mano, salimos del estadio más que contentos, ya que nuestro equipo había sido el ganador.

Joey, sin soltar mi mano, nos detuvimos. Yo le sonreí y él me miró con destellos y cariño.

_ La pasé increíble.

_ Yo igual.

_ Gracias por haberme acompañado a ver este partido. De verdad, tenía muchas ganas de verlo.

_ Para serte sincera, no me gusta el futbol, pero este me divirtió mucho. – me miró perdidamente.

_ Me encantó que me acompañarás. Me hizo muy feliz. – mi corazón se aceleró.

_ Mi Joey.

_ Te amo.

_ Y yo te amo a ti. – acarició mi rostro con ternura.

_ Ahora es tu turno de escoger un lugar, para que vayamos juntos. – le sonreí.

_ ¿Lo dices en serio?

_ Si, jejeje. Vamos, escoge uno.

Volví a sonreírle, y Joey derretido, me tomó por impulso de la cintura y me besó con anhelos.

&quot;Mi Joey&quot; (Fanfic Joey Tempest)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora