Capítulo 14

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Al otro día...

Temprano, salió a hacer unos trámites al centro de la ciudad. Me pidió que me quedara en la casa y que lo esperara. Así yo lo hice.

Aún triste por lo de mi máquina, salí a pasear un rato al jardín, cuando de pronto, mi madre me llamó al celular.

Dudé de contestarle, o no, y sin más, le contesté.

_ Hola, mamá.

_ Hola, Constanza ¿Cómo estás? ¿Te ha hecho algo ese hombre? – fruncí el ceño.

_ No madre. Al contrario, Joey ha sido muy bueno y atento conmigo. Es el mejor. – dije por último con una sonrisa y suspiré al pensar en él.

_ ¡Tonterías! ¡¿Cuándo desistirás de seguir en esa casa y con él?! Constanza, todos aquí en el condominio están hablando de ti.

_ Eso a mí no me interesa. Jamás me ha importado lo que diga esa gente y lo sabes.

_ Pues debería importarte. – me enfadé.

_ Tú jamás aprobarás nada de lo que yo quiera, haga o deje de hacer. Estoy harta de que no me tomes en cuenta y no me valores por quién soy.

_ Porque nunca has sido una hija correcta. Siempre me has desobedecido y si sigues empecinada en continuar en esa casa, con ese hombre, lo seguiré reafirmando.

_ Entonces sigue reafirmándolo, porque yo no me iré de esta casa. – ella se alteró.

_ ¿Así que te haces la valiente? No creas ciegamente que ese sujeto te va a defender, porque nosotros te sacaremos de esa casa, sea como sea.

_ Adiós mamá...

Solo le dije y colgué la llamada y apagué el celular.

No creí en sus amenazas...

Miró con atención un centenar de máquinas, de coser, tras la ventana del mostrador y pensó en mí con anhelos.

Buscó la misma, que yo tenía, y se acercó a consultarle al vendedor por ella.

El vendedor se la enseñó y él sonrió al reconocer que era la misma máquina que yo tenía.

_ Es perfecta. La quiero...

La cargó en sus manos y volvió a sonreír con anhelos.

<< Solo quiero verte feliz, amor mío y sé que con esto lo serás. >>

Sentada en el pasto, escribía la continuación del capítulo de mi nueva historia, cuando de pronto, Joey llegó.

Me vio en el pasto, y yo metida en lo que escribía, sonrió perdidamente enamorado.

Sin dejar de sonreír, se me acercó.

_ Hola, niña mía. – escuché su suave voz y levanté rápidamente la cabeza. Le sonreí con alegría.

_ Hola, cariño. Ya regresaste. – él más me sonrió.

_ Si y te tengo una gran sorpresa. – me entusiasmé.

_ ¿Una sorpresa? ¿Qué es? – me tomó de la mano.

_ Ven conmigo. Vamos a verla.

Me dijo y yo feliz de que haya vuelto, me le lancé a sus brazos y comencé a besarlo.

Joey vibró y se volvió loco al yo abrazarlo, y besarlo, y me cargó en sus brazos y siguió besándome.

_ Mi mejor felicidad es que siempre regreses y que estés a mi lado.

_ Te amo, amor mío.

_ Y yo te amo a ti.

Entramos a la casa y Joey volvió a sonreírme.

_ ¿Dónde está la sorpresa, cariño?

_ Está allá en tu dormitorio. – le sonreí.

_ ¿En mi dormitorio?

_ Si, ven. Vamos allá...

Joey abrió la puerta de mi habitación, yo entré y me llevé las manos a la boca de la sorpresa y alegría al ver mi querida máquina de coser.

No cabía de la felicidad y miré a Joey. Él me sonrió.

_ ¡Es mi máquina de coser! ¡Mi Joey!

_ Si, así es, niña mía. Ahí la tienes. – lo miré perdidamente.

_ ¿Tú me la compraste? A eso saliste hoy. – me miró con ternura.

_ Quería darte una sorpresa y salí con la excusa que tenía que hacer unos trámites en el centro. Necesitaba que creyeras en eso.

_ Oh mi Joey. Mi Joey. – lo abrasé fuerte, con todo mi amor y él me miró todo enamorado.

_ Quería verte feliz, niña mía.

_ Eres tan bueno y tierno conmigo. Te quiero mucho. – me sonrió.

_ Yo te adoro. Te adoro más que a mi vida.

_ Joey, amor mío.

Le dije embelesada y comenzamos a besarnos sin parar.

Joey me abrazó fuerte y yo acaricié su cabello.

Nos miramos perdidamente enamorados y luego nos sonreímos.

_ Ve, anda a probarla. A ver cómo funciona.

_ Si. – le dije más que entusiasmada y me acerqué a encenderla.

Joey contento, me acompañó a verla.

Coloqué la hebra en el tira hilos y la encendí.

Amé aquel reconocido sonido de encendida y le sonreí más que feliz a Joey. Él me sonrió.

_ Funciona increíble. Está demasiado increíble. Me encanta. – me sonrió con ternura.

_ Me alegro mucho que te guste. Ahora podrás seguir haciendo todos tus lindos vestidos, que tanto te gustan. – le sonreí perdidamente.

_ Esto significa mucho para mí, Joey. Muchas gracias. Me has hecho tan feliz con esto. – acarició mi mejilla.

_ Es lo que quiero, cariño. Que seas feliz.

_ Te amo, mi Joey. – me miró embelesado.

_ Y yo te amo a ti, niña mía. Te amo mucho.

Sin soltar mi mejilla, acercamos nuestras frentes, de una con la otra, y nos sonreímos muy contentos. Con felicidad.

&quot;Mi Joey&quot; (Fanfic Joey Tempest)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora