Triste, me levanté con cuidado de la mesa y dispuesta a irme a la que era mí tienda de vestidos, los que yo misma confeccionaba, mi madre me miró en seco.
— ¿Piensas seguir con esa tontería de los vestidos? — Fruncí el ceño.
—Sí, mamá. Es mi trabajo y por sí se te había olvidado, me encanta.
—Pues deberías dejar toda esa basura, al igual que lo de ese libro. Constanza, no tienes lo que se necesita para todo ese tipo de cosas — apreté los puños.
—Tú siempre me has mirado en menos pero ¿Sabes? Tus ridículos reproches ya no me afectan. Ya no más — ella me miró descolocada y luego frunció el ceño.
—...
—Es mejor que ya me vaya a la tienda...
Molesta, me levanté de la silla.
Era cierto, gracias a unos vestidos, que vendí, los que yo misma fabriqué, pude arrendar una pequeña tienda, con ese dinero, la que quedaba en esa ciudad. Ahí diseñaba y fabricaba mis tan queridos vestidos a mi estilo, los que se vendían muy bien.
Pero no era lo único que hacía, seguía escribiendo aquella historia. Nuestra historia, la que ahora era más triste por todo lo que había pasado.
Llegué a la tienda y me puse de cabeza a terminar de cocer el corcel de un vestido, el que tenía mucho tour.
<< Será un precioso vestido. >>
Eso pensé y volví a verlo con detenimiento. Miré su tela brillosa, de color celeste oscuro y recordé aquella tela tornasol, que compré ese día. Ese último día en que vi a mi Joey y que esas ruines personas me alejaron de él y me llevaron a la fuerza con ellos, para no saber nunca más de él por la cruel mentira que ellos le dijeron.
Por dolor y miedo, preferí no regresar a mi antigua ciudad, ya que Joey no quería saber nada de mí y eso me entristecía más día tras día.
Acaba de cumplir los seis meses de embarazo y su recuerdo era más latente cada día. Lo amaba y extrañaba con todo mi corazón.
El que apresaran a Cristián me alivió el alma, porque así jamás podría hacerle daño a Joey, pero sentía un rencor muy grande hacia él y a los que decían ser mis padres, ya que por su culpa, Joey y yo no volveríamos a estar juntos nunca más y él no sabría nunca de este hijo suyo que yo pronto tendría.
Jamás se los perdonaría...
Me dolía y afectaba que ellos se avergonzaran del bebe que yo esperaba de Joey. Solo les preocupaba lo que dirían sus amistades y el resto del condominio si se enteraban que yo estaba embarazada de un rockero famoso y mayor que yo.
Fue la razón porque me trajeron a la fuerza a vivir a aquella casa, alejada de mi antigua ciudad y de todos, en especial de Joey.
Eran tantos los reproches y criticas por lo de mi embarazo, que yo ya estaba cansada y deprimida. No tenía fuerzas de nada, solo quería estar tranquila para mi querido bebe. Su anhelado hijo.
Un poco triste, vi la hora y cerré la tienda, ya que esa tarde tenía hora con la ginecóloga. Sabría el sexo de mi bebe.
Deprimido y agobiado, conducía en su auto, cuando pasó frente a una librería y vio mi libro en la vitrina.
Se detuvo y lo miró con detenimiento; miró el título y mi nombre en él y se sintió ahogar.
—Amor mío. Mi amada Constanza. Fui un imbécil...
Nunca les perdonaré a esos sujetos lo que nos hicieron. Me las van a pagar...
Apretó los puños de ira y más ansió el encontrarme a toda costa.
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"Mi Joey" (Fanfic Joey Tempest)
FanfictionConstanza, feliz e ilusionada, porque publicarían su primer libro, que estaba dedicado a su cantante y amor de toda de su vida, Joey Tempest, ignoraba que él lo leería y furioso porque ella había escrito de él, sin su consentimiento, decide ponerle...