Capítulo 26

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Joey encontró a mi padre en el living y este le sonrió.

— ¿Cómo está mi hija? — Joey le sonrió.

—Bien. Ya está más tranquila. Se quedó durmiendo.

—Pobrecita. Fue mucha emoción para ella — Joey volvió a sonreírle.

—Así es. Está preciosa — mi padre también le sonrió.

—Mucho. Mi hija te extrañó mucho, Joey. Ella te ama de verdad — él lo miró y su corazón brincó de dicha.

—Lo sé y es por eso que me la quiero llevar de regreso conmigo a mi casa. Sé que ella y usted hace poco que se reencontraron y que están aprovechando todo el tiempo perdido, pero solo anhelo tener a Constanza y a nuestra hija a mi lado. Fui un gran tonto en haber dudado de ella y no habrá día que no me arrepienta de ellos. Yo amo a su hija, señor Hernán. La amo con todo mi corazón.

—Mi padre le sonrió.

—Te creo muchacho. Solo te voy a pedir una cosa. Que la cuides mucho, mi hija se merece lo mejor, después de todo lo que he pasado.

—Se lo prometo. De ambas cuidare, siempre.

Ambos se sonrieron y se estrecharon la mano.

—Bienvenido a la familia — Joey le sonrió complacido.

—Muchas gracias.

— ¿Ella lo sabe?

—Sí, hace un momento se lo dije, así que mañana nos iremos.

—Perfecto.

—Eso sí, disculpe mi imprudencia, pero quería pedirle con todo respeto si podría quedarme esta noche con ella. No quiero irme sin Constanza, y bueno, se lo prometí —mi padre volvió a sonreírle — Prometo que no haremos nada y no escuchara ningún ruido — agregó por ultimo algo nervioso y con vergüenza, lo que a mi padre le sacó una carcajada.

—Tranquilo muchacho. No tienes que darme explicaciones. Está bien, con tal de ver a mi hija reír de nuevo, soy capaz de todo – Joey le sonrió agradecido.

—Se lo agradezco mucho, Hernán.

—Yo te agradezco a ti por querer tanto a mi pequeña.

Joey volvió a sonreírle y mi padre le tocó su hombro.

—Ahora ve con ella. Mi hija te necesita.

Él le sonrió y pensó en mí con anhelos.

Fue a estar conmigo en mi habitación; abrió con cuidado la puerta y la cerró.

Me vio dormida y sonrió perdidamente enamorado.

Se acercó a mí y se recostó suavemente junto a mí. Yo lo sentí, y sin abrir los ojos, sonreí al instante.

—Mi Joey.

Él me sonrió con destellos y besó mi hombro.

—Te dije que volvería — me susurró, lo que me derritió por completo y le sonreí toda enamorada.

—Amor mío — me vio intenso.

—Te amo.

—Y yo a ti.

Le susurré y nos besamos larga y apasionadamente.

Le sonreí amándolo con todo mi corazón y Joey contempló mi rostro. Acarició mi mejilla.

—Tus ojos tienen una luz muy especial. Me dicen con insistencia la felicidad que sientes de estar esperando esa bebe mía.

—Es verdad. Estoy tan feliz de que sea el padre de mi bebe — se derritió.

—Oh, niña mía — me abrazó con todo su protección. Amé que lo hiciera.

— ¿Estás cómoda así, hermosa? — lo miré risueña y me volteé un poco para estar a su altura.

—Si ¿Y tú? — me sonrió— ¿Vas a dormir cómodo aquí conmigo?

—Mucho. Solo quiero tenerte así como te tengo en mis brazos — igual me sentía insegura de que no pudiera dormir con comodidad.

—¿No te aplastaré?

—Para nada, mi hermosa. Tranquila y solo cierra los ojos y descansa, que mi hija y tú lo necesitan — sentí otra vez que los ojos me pesaban como bolsas de arena.

—Ok. Te amo, mi Joey — me sonrió.

—Yo también te amo, hermosa. Mucho.

—Quiero que me beses una vez más — le susurré ya con los ojos cerrados y Joey me vio, amándome con locura y me besó.

Ambos durmiendo en mi pequeña cama, Joey, feliz me tenía en sus brazos; de pronto, abrió sus ojos y vio que yo dormía. Se derritió por completo y soltó un suspiro.

—Amor mío.

Me jadeo, me miró intenso y acarició mi enorme barriga.

—Te amo, te amo tanto, Constanza — me susurró al oído, yo sentí su voz sexy y las tiernas caricias en mi barriga y esbocé una sonrisa. Él la vio.

—Mi Joey — me sonrió.

— ¿Estás bien? ¿Te desperté?

—Sí. Estoy más que bien y porque tú estás aquí conmigo y con nuestra bebe — me contempló con ternura.

—Te amo.

—Y nosotras a ti.

Me sonrió más que feliz y yo solté un pequeño suspiro, lo que a él le preocupó un poco.

— ¿Te sientes bien, mi amor? — le sonreí.

—Sí, tranquilo, es solo la bebe. Está muy feliz — sus ojos brillaron de ternura.

—Es muy inquieta, igual que su hermosa madre — lo miré embelesada.

—Mi Joey.

Me le acerqué a sus labios y lo besé con anhelos. Joey derretido por mi beso, me rodeó en sus brazos y me subió sobre él. Nos besamos largamente sin parar.

Lo abrasé con todas mis fuerzas y él sin dejar de besarme, acarició mi ensanchada cintura; luego me recostó de lado, y besándome, acarició mi barriga, lo que me volvió loca.

"Mi Joey" (Fanfic Joey Tempest)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora