Emilia le sirvió su plato con comida a Pablo y los dos a punto de comer, sonó el timbre de la puerta.
Ambos fruncieron el ceño.
— ¡¿Quién rayos se le ocurre venir justo cuando uno se dispone a almorzar?! ¡Ve a ver tu quien es el tarado que nos ha interrumpido! — dijo y ordenó Pablo a Emilia.
— Está bien...
En cuanto salió al jardín quedó sin aliento y perpleja. Joey la miró en seco.
— Hola, señora Emilia.
—... ¡¿Pero qué hace usted aquí en mi casa?! Le advierto, si viene a buscar a Constanza, pierde su tiempo porque ella se fue con Cristian.
—Deje de mentir, señora. Ese imbécil hace meses que está en la cárcel, tal como ahora les pasará a ustedes.
— ¡¿De qué rayos estás hablando?! ¡No te atrevas a amenazarnos en nuestra propia casa! ¡Pablo! ¡Pablo!
Su marido salió al jardín a ver qué pasaba por los gritos de su esposa y quedó tan petrificado como ella al ver Joey en la puerta.
—Pero si es...
—Que bueno también verlo a usted, Pablo.
—... ¿Qué hace usted aquí? Si viene por nuestra hija le digo de inmediato que...
—Se acabaron las mentiras, señores. Constanza está conmigo. Sé todo lo que ustedes, junto con ese imbécil le hicieron y no tendré consideración alguna con ninguno.
Ellos tragaron hondo y quedaron perplejos.
—... No sé de qué nos estás hablando.
— ¡Entonces, tú tienes a nuestra hija! ¡Te exijo que nos la devuelvas, si no quieres que te encerremos por secuestro!
—Señora, al parecer aún no han entendido nada, los que se van a ir presos por secuestro y maltrato son ustedes.
— ¡Nosotros! ¡Debes estar loco! ¡Nosotros nunca le haríamos daño a nuestra propia hija!
—Eso tendrá que decírselos al juez...
De pronto, apareció la policía y Emilia y Pablo pálidos, ella se desesperó; su esposo pretendió huir por la puerta de atrás, pero uno de los policías lo apuntó con la pistola.
— ¡Abra la puerta, si no quiere que le dispare! ¡Vamos!
Pablo horrorizado, cedió y abrió la puerta. La policía los apresaron a ambos rápidamente, y Joey frente a ellos, los miró con odio y rencor.
— ¡NO! ¡Esto es una equivocación!
— ¡Ese hombre miente! ¡El tiene secuestrada a nuestra hija! ¡Ella lo está encubriendo!
— ¡Nosotros solo queríamos su bienestar y el de nuestra nieta!
—Constanza nunca se mereció tener como padres a unos monstruos como ustedes.
— ¡Infeliz! ¡Ojala que esa mala agradecida y tú nunca sean felices!
—Me tienen sin cuidado sus malos deseos, pero yo me encargaré personalmente que los encierren de por vida por todo el daño que le hicieron a mi mujer y a mi hija.
— ¡Miserable!
La policía tomó y apresó a mis padres adoptivos y la ley les dictó una larga condena de muchos, y muchos, años en la cárcel por mi secuestro y maltrato.
Sin una gota de piedad vio a la policía meter esposados a mis padres adoptivos en la patrulla y esta se los llevó.
—Esto es por ti, mi preciosa y amada Constanza...
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"Mi Joey" (Fanfic Joey Tempest)
FanfictionConstanza, feliz e ilusionada, porque publicarían su primer libro, que estaba dedicado a su cantante y amor de toda de su vida, Joey Tempest, ignoraba que él lo leería y furioso porque ella había escrito de él, sin su consentimiento, decide ponerle...