Muy lejos de allí, Angelique estaba furiosa y adolorida.
Camila estaba haciéndola pagar por algo que no era su culpa... Al menos no en su totalidad. Todo en su plan estaba saliendo mal, desde que el idiota de Kal la había descubierto en la mansión Tholos.
No se suponía que él fuera al rescate de la esposa de su hermano, y menos que Eros Tholos se apareciera en el lugar, destruyendo los planes de Victoria... Ahora ella era la única que estaba pagando por los platos rotos.
—¡Tendríamos una carta bajo la manga si tú no te hubieses entrometido en lo que yo no te había llamado! —le gritó Victoria furiosa, antes de propinarle una bofetada con fuerza.
Angelique soportó el dolor.
—¡Yo no sabía que él se aparecería en la mansión Tholos! —exclamó sintiendo cómo le hormigueaba la zona adolorida. Deseaba soltar sus manos para masajearla.
—He gastado tiempo y recursos en ti, Angelique. Se suponía que ibas a ser mi cartilla secreta, mi As de la suerte... Pero, lo único que has resultado es ser una simple zorra que le mueve el rabo a cualquier idiota que se acerque a cortejarla. — escupió Victoria con enojo.
Angelique quiso gritarle y defenderse, pero como siempre no lo hizo. No podía rebelarse en contra de la mujer que la había criado sin pedir nada más que algunos favores a cambio.
Además, ella tenía bien claro el nivel de locura que tenía Victoria.
Sabía que rebelarse contra a sus órdenes era prácticamente igual que firmar su propia sentencia de muerte.
La forma en la que Victoria le había cobrado la crianza que le dio, había consistido en favores totalmente espeluznantes, que rayaban en lo enfermizo.
Gracias a Victoria, Angelique tenía un pasado oscuro... Pero al final, sin Victoria, ni siquiera habría tenido un pasado. No tendría nada, porque lo más seguro es que estuviera muerta.
—Kal estaba totalmente enamorado de mí. Lo vi llorar el día que descubrió que yo me encontraba en la mansión Tholos... Lo prometo. Sólo es cuestión de que yo me invente alguna coartada que sea lo suficientemente convincente como para que él acepte regresar conmigo. Estoy segura de que, si hago las cosas bien, Kal volverá a mis brazos y podré convencerlo para que trabaje a nuestro lado. —indicó Angelique con seguridad.
Ella estaba muy confiada en lo que Kal sentía por ella, había hecho un gran trabajo convirtiéndose en la mujer perfecta para él y había caído redondito.
Él necesitaba alguien con quien compartir, alguien que lo escuchara y que le contara sus cosas, una persona que lo hiciera sentir como alguien importante.
Era obvio que Kal necesitaba atención, pues siempre había sido un títere que su abuelo manipulaba. Para Angelique, fue el hombre perfecto de cazar y estaba segura que podía ser muy fácil volver a su vida.
—No sé por qué demonios Luchzt casó a su hija con ese imbécil, pero de ahora en adelante debes considerar ese problema como tú problema. No descansarás hasta que consigas la manera de meterte en medio de esos dos. No debería de ser difícil, pues eres hermosa y toda una mujer en comparación con la piltrafa de hija que tiene Midas Luchzt... Usa tus encantos. Necesito que vuelvas loco a Kal Vasileiou. Quiero que lo alejes de su familia tanto que no haya vuelta atrás. — gruñó Victoria al tiempo que le ajustaba las esposas a Angelique.
—¿No vas a soltarme?—preguntó ella adolorida. Tenía las muñecas en carne viva.
—No. Creo que ha sido suficiente castigo de mi parte, estoy segura de que con esto aprendiste la lección. —agregó y Angelique frunció el ceño al ver que la puerta de la habitación se abría y alguien más entraba. —Toda tuya. —dijo Victoria al tiempo que el hombre se acercaba a Angelique y le levantaba el rostro tomándola de la barbilla.
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ESPOSA RECHAZADA (Saga Vasileiou II)
RomanceEl heredero de los Vasileiou no podía creer que su abuelo lo había vuelto a hacer. No podía creer su mala suerte. Casarse con una mujer a la que ni siquiera conocía era el menor de sus males cuando se tenía el corazón roto... Habían muchos secretos...