CAPÍTULO 68

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Kal bajó de su auto después de asegurarse de que tenía lo necesario para su viaje.

Se iba a ver a su esposa, pero antes tenía algo qué hacer.

Tocó la puerta de la casa de la playa, y segundos después su hermano la abrió, mirándolo con cara de pocos amigos.

—Se suponía que a estas horas ya deberías estar tocando la puerta del departamento de tu esposa. —dijo como saludo. Keelan destilaba malhumor.

Por el cabello alborotado de Keelan, Kal supuso que había llegado en un momento inoportuno.

—Tuve que resolver unas cosas de la empresa antes de viajar y no podía irme sin despedirme de mi sobrina. —explicó y entró haciendo a un lado a su hermano.

En ese momento, Anastasia estaba bajando las escaleras... Y para mala suerte de Kal, lucía igual de despeinada que Keelan.

El rubio sonrió cuando vio que la pequeña Nyx movió sus manitos y piecitos emocionada.

—¡Alguien sí que estaba esperando a tío!—exclamó él usando la voz extraña que le salía cuando estaba con su sobrina.

Nyx volvió a mover sus pies y manos con fuerza, y soltó un gorgojeo de lo más lindo.

Anastasia lo miró con cara de pocos amigos y le entregó a la pequeña.

—Toda tuya.—murmuró y luego entró a la cocina. Su cuñada siempre estaba muerta de hambre.

Kal ignoró el mal humor de los padres y se llevó a su sobrina hacia la sala.

Le gustaba la vista que tenía de la playa. Jugó con la pequeña Nyx por unos minutos y luego se fijó en la hora de su reloj. Aún quedaba mucho tiempo para la salida de su vuelo.

—¿Ya desayunaron?—preguntó cuando vio cómo su hermano y su cuñada regresaban a la sala luciendo acicalados.—Puedo ir por algo para desayunar...—se ofreció y Anastasia lo miró como si fuera un ángel caído del cielo.

—¿Ya te dije antes que eres mi cuñado favorito?—preguntó ella y Kal puso los ojos en blanco.

—Soy tu único cuñado.—respondió él y justo en ese instante escucharon cómo el timbre advertía que tenían una nueva visita.

Anastasia miró a Keelan con la ceja arqueada, preguntándole si esperaba una visita.

Keelan negó con la cabeza, pero luego Kal pudo ver cómo su expresión facial cambiaba; como si de pronto hubiese recordado que sí estaba esperando una visita.

Anastasia caminó rápidamente a la puerta y Kal vio cómo Keelan suspiraba cerrando los ojos dramáticamente.

—¿A quien estás esperando?—preguntó en un susurro a su hermano.

—A Alexei.—respondió Keelan, también susurrando.

Kal frunció el ceño sin entender.

En ese instante Nyx volvió a sacudirse en los brazos de su tío y a soltar un gritito emocionada.

La pequeña traviesa sabía muy bien que su tío la consentía. Ya se había acostumbrado a él y fácilmente lo reconocía.

Desde su nacimiento había sido muy tranquila, pero últimamente estaba bastante activa. Siempre dispuesta a obtener algo de atención y juegos.

—Buenos días...—dijo Alexei entrando en la sala.

Anastasia venía detrás de él, con la cejas muy arqueadas en un cuestionamiento silencioso.

ESPOSA RECHAZADA (Saga Vasileiou II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora