⚜ CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO ⚜

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34. El bebé de papi

   

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HERMES


La situación en la empresa es tan incierta como el futuro que me depara al estar jugando con fuego. Pero, ya es tarde para retractarse, porque estoy ardiendo en llamas; ya me follé a Calum, ya lo hice mío, me gusta y no quiero que alguien más ponga sus manos sobre él.

Tengo que averiguar si ha pasado algo entre él y mi hermano. De ser así, no sé qué demonios hacer. Porque no pienso pelear a muerte con Helio por un chico que además de ser totalmente libre, es mi cuñado. Pero, aún así, tampoco tengo planeado dejarle el camino libre con Calum.

Tengo todas las de perder pero, soy de arriesgar.

Es claro que algo se traen esos dos. No saben disimular. Siempre que están en un mismo lugar, evitan mirarse o se dedican miradas furtivas como si se comunicaran en una clase de idioma secreto.

Ardo de los celos cada vez que los veo en ese plan

Respecto a Calum, juro ante la Santa Biblia que he tratado de hacerlo a un lado, de no pensarlo ni desearlo pero, me temo que lo que siento por él no es meramente físico, y me preocupa más aún. Y el hecho de que Anne Marie se mantenga tan distante, no me ayuda para nada.

No estoy excusándome. Mi prometida no merece que la esté engañando de una manera tan vil pero, el hecho es que ella me ha descuidado demasiado y parece que no le importa nuestro compromiso,  aunque lleva días planificando todo lo de nuestra boda que ya está bastante próxima.

¿Por qué tengo este sinsabor? ¿Por qué sigo pensando que nada con ella es cómo antes? ¿Qué es este vacío que siento?

—¡Buenos días! —Miguel entra a la oficina con su energía arrolladora. —Traje café bien cargado.

Me ofrece una taza humeante, la tomo y se sienta frente a mí recostándose en la silla mientras sopla para enfriar el líquido.

—Necesito novedades, ahora. —le digo tajante tecleando rápidamente un correo en el ordenador.

—Tengo novedades. —expresa largando un suspiro y pongo toda mi atención en él. —Una buena y una malísima, grave, muy grave. —hace su cara de tragedia y ruedo los ojos.

—Déjate de preámbulos y dramas misteriosos. Háblame directo. —demando.

—La buena es que la campaña Whisper está arrasando. Se han visto muy buenos números en esta nueva etapa. —asiento y le hago un gesto para que continúe. —La mala, es que usé mis dotes de informática para encontrar al culpable de los retiros y "el supuesto robo". —hace comillas con los dedos. —No fue fácil pero, cómo ya sabes, soy muy bueno...

Lo interrumpo botando humo por las orejas.

—Miguel, ¡al grano!

—Bueno, cálmate. —bufa. —Encontré en un vacío de la data fechas y horas de algunos retiros, —explica. —fui al banco, hablé con el gerente, el cual me dio información y casi que no. Tuve que sobornarlo con dinero.

Planto las palmas en el escritorio dando un golpe seco a la madera y da un respingo. Es insufrible, siempre se desvía del tema cuando involucran seriedad y urgencia.

—¡¿Y?! —presiono.

—Fue tu padre. —espeta. —El señor Richard es el "ladrón".

Quedo en blanco al escuchar esas palabras que para mí, son un completo disparate. ¿Padre se atrevería a robar su propia empresa? ¿A su propia familia? ¿Por qué? No tiene necesidad.

Oscura Tentación [ALPHA #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora