[ XXIX ]

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Despues de lo que fue una no muy comoda situacion que implico a un tercero, junto a una vision dentro de su loca cabeza que tambien tuvo que ver con alguien ajeno a el, finalmente estaba solo.

Salio de la fabrica, a karl mucho no le importo, ademas de que era obvio, valentino no huiria dejandolo tirado ya que sonaba a una ridicula idea que no serviria para nada.

Asi que simplemente fue a dar una vuelta.

Caminando por esa llanura de cesped marron el veia todo a su alrededor, no podia decir que no era un paisaje calmado, con las montañas alla a lo lejos, la brisa suave abrazandolo y el olor de la naturaleza.

Lejos ya de la fabrica, lejos de toda presencia tangente simplemente camino por un bosque, sin un rumbo fijo el castaño veia todo a su alrededor.

Arboles, arboles viejos, algunos mas jovenes, con muchas historias que contar, el cesped meneandose por el viento, pudo jurar que escucho algun pajarito por ahi cantando.

Se detuvo en mitad del bosque al que entro y aspiro largamente el aire libre.

La calma que habia en ese lugar donde solo el estaba parado fue suficiente para calmar un poco su mente, que estaba turbulenta y disonante mientras era devorada lentamente por su contraparte que involuntariamente el tuvo que recibir.

Mientras hacia esto, a su mente llego la imagen de una mujer, una que el amaba, el queria todo de ella, era perfecta.

Con sus hermosos ojos amarillos, dos orbes similares a una luz al final del tunel de su tormentosa cabeza cuando el soñaba por las noches, tan poco tiempo paso y el no podia evitar pensar en su bella cara jovial, sus labios negros tan flamantes, su bonita sonrisa, su infantil personalidad, su cabello rojizo cayendo como una cascada lisa.

Daniela, en tan poco tiempo ella le hizo saltar el corazon, sonrio inconscientemente cuando vio su rostro en su mente.

Esto se sentia estar enamorado, el jamas pudo saber del amor hasta que la conocio a ella, aun si tuvieron un comienzo algo...inusual podria ser la palabra, el se alegraba de haberla conocido.

Ella traia felicidad a sus momentos siendo una niña caprichosa a veces, tierna en otros momentos y muy entusiasta cada que el hacia algo que a ella le gustaba.

No podia dejar de lado tampoco a bela, aquella mujer que el en un principio veia como una doncella con corazon de piedra, termino por dejar ver la delicada flor en medio de una tierra muerta que siempre estuvo ahi tapada por el velo de su estoicismo y su negacionismo a develar su sufrimiento.

El la ayudo a liberarse de esa pesada carga mental sobre ella, y a cambio ella le ofrecio proteccion, le ofrecio cuidado y mas aun, su amistad y confianza.

A veces se jugaban bromas entre ambos, se gastaban entre si burlandose del otro y mas.

En cuanto a cassandra, bueno, no podria decir que estaba realmente feliz de recordar las mil y una que le hizo pasar cassandra.

Pero algo le decia que su rol de verdugo y victima iba a tomar otro rumbo, quizas.

A lo mejor su locura le decia esto para evitar que el pensara mucho en cual seria la siguiente tortura que le tenia preparada la segunda doncella de dimitrescu.

-"pff...no se ni para que pienso tanto en eso...a lo mejor acabemos en las mismas otra vez"- su sonrisa seguia ahi, mientras miraba a cualquier lado, el cielo se estaba tornando de un color crema, diferente al color del cielo azul, indicando que habia pasado ya un largo tiempo.

Valentino bajo la mirada al suelo y se quedo asi unos segundos mientras tocaba el collar que recibio de parte de aquella mucama, ese colgante de madera que reflejaba la libertad, lo sujeto con fuerza.

𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 | Resident Evil: VillageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora