Lobos y Vampiros (Paul Lahote)

Cap 22: Fogata

Fecha: 19/5/2009 Washington, Forks/Reserva.
NARRA LUCY:
Bajo de mi camioneta y camino por unos minutos hasta plegar a la fogata donde estaba toda la manada comiendo una parrillada al parecer. Paul al verme se acerca y me saluda con un beso en la mejilla, sonrió algo arqueada por el sabor a carne que expulsaba su boca.

Paul: ¿que pasa?
Lucy: hules a carne.
Paul: comi recién tres hamburguesas.
Lucy: ¿no es un poco mucho para un ser humano?
Paul: te recuerdo que como por mi y por un lobo tamaño caballo.
Lucy: buen punto.
Sue: hola Lucy.
Lucy: hola a todos. Buen provecho, lamento no poder comer con ustedes.
Paul; ¿tu ya...?
Lucy: no, comí hace tres días.
Billy: ¿no necesitas más?
Lucy: no. Tengo bastate autocontrol. Puedo llegar a no comer en una semana entera.
Seth: yo no podría.
Lucy: ¿tu o tu lobo?
Seth: am...

Reí por lo nervioso que se puso, me senté en uno de los troncos que servían como sillas, Paul a mi lado seguía comiendo y charlaba con sus amigos, cada tanto mirando en mi direccion y sonriendome. Yo en cambio miraba el fuego con algo de inquietud. El fuego y los vampiros no nos llevamos bien.

Emily: dime Lucy, ¿te gustan las historias? Debes tener muchas que contar.
Lucy: pues, tengo demasiadas. Con los años se acumulan.
Kim: me imagino. Soy Kim, por cierto, impronta de Jared.
Lucy: Lucy, un placer.
Kim: los chicos dicen que eres bastate... como lo dijeron...
Lucy: ¿extraña?
Kim: ¡si! Pero, me pareces interesante.
Lucy: gracias.

Sonreí en dirección de la muchacha y ella después de devolverme la sonrisa comenzó a hablar con Emily y Sue. Yo en cambio, al ver como el fuego se movía por el viento, no pude evitar trirrme para atrás.

Embry: ¿pasa algo Lucy?
Quil: pareces tenerle miedo al fuego.
Lucy: no. Solo que no me gusta el fuego.
Abuelo Quil: ¿por qué será?

Lo mire divertida y el sonrió en mi dirección, para después mirar como Bella y Jacob llegaban juntos y hablando.

Paul: ¿estas bien?
Lucy: si.
Paul: bien, te toca conocer más de mi.
Lucy: ya lo estoy deseando.

Seth se levantó y se acercó a ellos dándoles una cálida y divertida bienvenida, los tres se acercaron y el pequeño se sentó a mi lado dedicándome una sonrisa traviesa y tierna

Solo puede sonreir en respuesta, pero muy adentro esa sonrisa me recordó a un pequeño niño, que alguna vez quise mucho...

Seth: estoy emocionado de que escuches las historias Lucy.
Lucy: yo igual Seth... yo igual.
Billy: los Quileutes han sido una tribu pequeña desde el comienzo. Pero en nuestra sangre, siempre a habido magia. Éramos grandiosos espíritus guerreros, capaces de transformarnos en el poderoso lobo. Eso nos permitia ahuyentar a nuestros enemigos y proteger a nuestra tribu.

Un día, los guerreros se encontraron con una criatura. Parecía un humano, pero era duro como una piedra y frío como el hielo.

Los filosos dientes de los guerreros lo hicieron pedazos, pero solo el fuego era capaz de destruirlos. Vivían teminedo que el hombre frío no estaba solo. Y tenían razón.

Ella se vengo de la aldea. Nuestro viejo jefe, Taha Aki, era el uncio espíritu guerrero que quedaba para salvar a la aldea, después de morir su hijo.

La tercera esposa de Taha Aki, sabía que el perdería. La tercera esposa no era un ser magico. Sólo tenía un poder especial...

El valor.

El sacrificio de la tercera esposa, distrajo a la mujer fría, lo suficiente para que Taha Aki la destruyera. Ella salvo a la tribu.

Con el tiempo nuestros enemigos han desaparecido. Pero quedan algunos, los fríos.

Nuestra magia despierta cuando se acercan. Y lo sentimos ahora, sentimos su amenaza en la sangre.

Billy: algo terrible se aproxima. Y debemos estar listos. Todos nosotros.

Solo pidia ver el fuego danzar con la poca brisa que había. Sentía la mirada de algunos sobre mi y la mano de Paul apretar la mía. Claro que, no conocía esta historia, al igual que no conozco ni la mitad de las historias de la manada.

Pero a decir verdad, son atrapantes y te llevan por el tiempo. Me gustan, pero, por claras razones, nos ponen a mi y a mi especie en el lugar de los villanos.

Lucy: es una bella historia, Billy.
Billy: gracias Lucy. Si serias tan amable, ¿te gustaría contarnos alguna tuya? Tu ya sabes algo de nosotros.
Lucy: pues... tengo muchas, pero hay una en especial.
Sue: estaríamos muy agradecidos si nos cuentas.
Lucy: a ver... por donde empiezo...

Era el año 1628. El invierno en Inglaterra recién se estaba llendo y el calor poco a poco se hacia presente en el ambiente. Fue, el 15 de abril de 1628.

Una joven de 20 años corría fuera de una casa, ingresando al bosque y refugiándose en la oscuridad de este mismo. Tres hombre la seguían con escopetas y un perro bastate salvaje.

La joven tenía miedo y más, porque sabía que dentro de ella había vida, una vida tan pura e inocente, tenía miedo de que aquella vida fuera perjudicada por aquellos hombre malvados. Tenía miedo de jamás conocer a aquella vida pura.

La joven estaba adelantada por casi 3 metros, pero dejó de escuchar las pisadas de los hombre y del perro y en cambio, sintió una corriente de aire pasar por su lado.

Sintió aún más miedo.

Unos ojos rojos penetrantes ma observaban penetrantemente. La piel del individuo era tan pálida como la misma nieve y lo sentía tan cerca que juraría que era tan fría como esta misma. De sus labios rosados, resultaban unos relucientes colmillos.

La muchacha no sabia quienes eran aquellos hombres que la rodeaban, pero por algún motivo el miedo había desvanecido momentáneamente. Al escuchar más palabras de aquel sujeto.

"¿Lista para ser una mas?"

En ese instante, la joven no comprendió de que estaba hablando. Pero al sentir el frío tacto en su cuello y una horrible sensación recorrer todo su cuerpo, sabía que en ese preciso momento aquella vida pura en su interior, jamás floreceria y que su vida cambiará 180°.

El fuego había dejado de danzar y la intriga en el aire se hacia presente. La voz del más joven de la manada se hizo presente, interrumpiendo mi competencia de miradas con la gran fogata enfrente mio.

Seth: ¿y que paso?
Quil: ¿quien era la chica?
Leah: ¿que paso con aquella vida pura?
Lucy: ella murió. La vida pura, también.
Paul: ¿y la pregunta de Quil?
Lucy: esa chica...

Era yo.

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