DIECISIETE

3.5K 241 25
                                    

Sandra

Recojo toda la ropa de mi niña que está estropeada, las lágrimas no han dejado de caer por mis mejillas, las tiro al cubo de basura. Estaba tan feliz cuando las vi por primera vez, ya me estaba imaginando a mi patito con su ropa nueva. Ahora no tengo nada para ella y todo está tan caro.

Dani me toma por el brazo.

Chiquita, deja que yo me encargue de esto, ve a la habitación, iré en un rato para irnos.

Asiento con la cabeza. Le entrego el cubo de basura. Subo las escaleras sin ganas, Cami viene detrás de mí. Me tumbo de lado en la cama. Cami me abraza por detrás.

—Yo te compraré todo lo que has perdido— me dice.

Un sollozo me atraviesa.

—¿Tienes tu móvil aquí?— le pregunto.

—Sí, ¿a quién quieres llamar?

—A alguien que les hará pagar caro lo que le han hecho a mi bebé.

Cami sonríe, me entrega su móvil.

Marco el número de mi hermano Mario, lo pongo en altavoz.

¿Sí?

Su voz suena destruida, peor que la otra vez.

¿Sandra?

—Sí, soy yo.

—¿Qué te pasa? ¿Por qué parece que has llorado?

—¿Me puedes prometer algo? Por favor.

—Lo que quieras, mi princesa.

—Prométeme que no vendrás a buscarme, necesito que hagas algo por mí y mi bebé.

Mi hermano suspira.

—Te lo prometo.

—Gabriel tiene en su poder a dos mujeres, una es la prima de Dani y la otra es su mejor amiga, ellas...— se me escapa un fuerte sollozo— Han quemado y roto toda la ropa para mi patito, me la habían regalado para ella, Melissa le había comprado un hermoso vestido de princesa, era amarillo pálido, ahora ya no lo tengo...

Cami me abraza, me derrumbo por completo sin poder terminar de contarle a mi hermano todo lo que me ha pasado.

Mario, soy Camelia, por favor no le digas a Bastian que estoy con tu hermana. Isabella y Emma le han hecho mucho daño a Sandra, han destrozado toda la ropa de la bebé.

Hay silencio en la línea.

—¿Mario?— pregunto.

—Estoy yendo a por Tadeo, hablaré con Gabriel ahora mismo y le diré que me las entregue, no te preocupes por nada, mi preciosa niña, tu papá va a vengarse de esas putas que han dañado la ropa de tu bebé. Las haré sufrir tanto que escucharás sus gritos desde donde sea que estés.

—Gracias.

—Te amo, mi niña, te amo mucho. Llámame mañana, te informaré de todo.

—Vale.

—Camelia.

—Dime, Mario.

—Cuida de mi niña, esa es mi condición para no contarle nada a Bastian.

—Eso está hecho.

Apoyo mi cabeza en el pecho de Camelia, los latidos de su corazón me relajan. Ahora sólo tengo que contarle a Dani que he llamado a mi hermano para contarle lo que ha pasado.

LA PRINCESITA #2.5 [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora