Los Turner decidieron que pasáramos mi finde semana libre, en la playa.
Ya el viernes por la mañana, Irish, que era la primera en despertarse, obligó a sus padres a levantarse para que le hicieran el desayuno, ya que ella se pensaba que llegaríamos tarde. Acabó entrando en mi habitación, metiéndose debajo de mi edredón, dándome ligeras patadas hasta que abrí los ojos.
Al observar la hora en el móvil, comprobé que tenía bastantes llamadas perdidas de Grace.
Va a terminar llamando al FBI creyendo que me ha pasado algo serio.
Tras conseguir estar un rato a solas, ya que me costó bastante que Irish se fuera, marqué el número de mi amiga.
-¿Por qué tienes un teléfono si no lo escuchas nunca?
-Entiende que llego cansada-Dije buscando una camiseta de manga corta-Luego intento ayudar a Meadow...total, que se me pasan las horas y así hasta el día siguiente.
-¡Y lo que te callarás con el doctor ese!
Sentí como mis mejillas iban enrojeciendo.
Carlisle había vuelto a desaparecer, pero dejando por escrito las pautas de lo que quería que hiciese durante su ausencia.
Por fin, desde que llegué, el sol salía, calentando con sus rayos durante más de cuarenta y ocho horas seguidas; por lo que la gente aprovechaba para sacar la ropa de verano y así intentar inútilmente ponerse morenos.
Supuse que el buen tiempo no era algo que le gustase a Carlisle Cullen, razón por la que prefería irse con sus hijos a explorar lugares, según las enfermeras del hospital.
-¡Vamos a lo importante!-Continuó Grace-¿Es follable?
Abrí los ojos al máximo.
-¡No pienso en él de ese modo!
-¡Pero le tienes en tus pensamientos!-Contraatacó-Por lo que, cielo, aunque lo intentes negar, te has fijado en él.
-¡Trabajo con él! ¡A su lado!
-¿Es el típico hombre al que le arrancarias la ropa con los dientes si hiciese falta?
-Te aseguro que algo te lo impediría-Respondí terminando de vestirme-Tal vez su mirada...
-¡Mándame una foto para saber cómo es!
-¡No voy a hacerle fotos a escondidas sin su permiso!-Vociferé-El doctor Cullen no se compara con nadie que haya conocido hasta ahora.
Pude oír como Grace se partía de risa.
En cambio, Meadow si se llevó la cámara, obligándonos a su hija y a mí a posar juntas.
No me importa tener a la pequeña sobre mis hombros o con sus brazos alrededor de mi cuello, me divertía verla feliz y lo bien que se lo pasaba.
Jugaba haciendo castillos de arena que al rato se le derrumbaban, se enfadaba y volvía otra vez a intentarlo. Enterró a su padre en arena que se negaba a meterse en el agua y no le quedó más remedio.
Incluso, faltó poco para que corriese por toda la playa desnuda con sus padres detrás de ella. Ambos prometieron llevarla al cine, junto con un amigo. Algo que a Dan, no le hizo mucha gracia. Observé por el rabillo del ojo como Meadow le daba un ligero manotazo a su marido, por lo que este, fingió sonreír.
En ese instante me acordé de mis padres; si yo hubiese echo lo mismo que Irish, de un buen castigo hasta los treinta no me habría librado ni el genio de la lámpara mágica.
Ya tuve que aguantar seis meses, de casa al colegio y viceversa por una broma de mis hermanos que obviamente pagamos los tres, a pesar de que yo no había tenido mucho que ver.
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El dulce sabor de La Sangre
RomanceDicen que el amor es un crimen, lleno de locura, que no puede realizarse sin un cómplice, que tenga el mismo problema mental que tú. Y eso me pasó a mí. ᚓᚓᚓᚓᚓᚓᚓᚓᚓᚓᚓᚓᚓ Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer, excepto algunos que me invento yo...