Narra Carlisle.
Unas pequeñas manitas se posaron en mi mejilla.
Sus ojos me observaban con interés, sin perderse detalle alguno sobre mi rostro.
Pocas horas de vida que tenía, y ya me sonreía como si fuese lo más increíble de su existencia.
No lograba sacarle parecido. Aunque se inclinase más a la madre, pero aún así, era muy única.
Agité el biberón caliente lleno hasta arriba de leche, delante de ella.
Hambrienta, movió el bracito.
Mi mini-Sabionda.
Sentía su calidez contra mi piel fría. A ella, no parecía molestarle ese pequeño detalle.
Los había revisado a los dos detenidamente; el alivio me inundó cuando vi que tanto ella como él, estaban perfectamente sanos. Este último, un poco delicado, pero en salud, mejor que cualquier bebé con su mismo tiempo.
-¡Me rindo!-Se quejó Rosalie que andaba con él-¡Ha tirado el biberón dos veces!
-¡No le gustará lo que tiene en el menú!-Bromeó Emmett.
Alice le dio un manotazo a su hermano a la vez que Rosalie le lanzaba una mirada asesina.
-Prueba a darle sangre.-Dije tranquilamente.
Me pareció ver o tal vez eran imaginaciones mías, como Liam, asentía con la cabeza.
-¡Sangre!-Se escandalizaron Rosalie y Alice.
-Es lo más lógico, puesto que es un pequeño vampiro-Corroboró Jasper.
Alcé las cejas.
Mi idea no falló; su biberón fue reemplazado por uno lleno de sangre.
Bebió hasta la última gota, desanimandose después, porque no le querían dar más.
Ahí, me di cuenta, de que uno de los mellizos era muy humano y el otro, un espectro, como el padre.
Una vez que Sophia terminó, la tumbé en su cuna, rodeándola de peluches. Rosalie, prefirió cansar antes al hermano para ver si se quedaba tranquilo.
Edward, cantó una nana para ella, que no tardó en quedarse dormida.
Podía escuchar su corazón durante horas sin separarme de su lado.
Era un sonido que me gustaba y que solía disfrutar con su madre, apoyando la cabeza con cuidado contra su pecho.
-Es hermosa.
-¡Qué tiemblen los chicos porque su padre puede volverse muy violento!
Edward rió.
-Es una pena que los ojos de Lee, se hayan perdido.
Mis labios formaron una línea recta.
-Permanecerán siempre en mi memoria.
-¿Qué se siente al tener ahora, siete hijos?
-Soy el padre más afortunado del mundo.-Pasé un brazo por encima de sus hombros.-Gracias por no dejarme solo en ningún momento.
-¡No voy a permitir que cometas una locura!
-¿Cómo acabar conmigo mismo?-Pregunté de forma retórica.-No es tan fácil, Edward.
Cody, insistió en ver a su hermana pero sus palabras se perdieron cuando conoció a Sophia y Liam.
Terminé, mientras los demás se quedaban con los mellizos, yendo junto al cadáver de Lee.
Limpié todo aquel desastre de la cesárea, cosiendo el abdomen después, para que quedase más o menos presentable.
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El dulce sabor de La Sangre
RomanceDicen que el amor es un crimen, lleno de locura, que no puede realizarse sin un cómplice, que tenga el mismo problema mental que tú. Y eso me pasó a mí. ᚓᚓᚓᚓᚓᚓᚓᚓᚓᚓᚓᚓᚓ Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer, excepto algunos que me invento yo...