-Tengo un aspecto horrible-Me quejé mirándome al espejo.
Rosalie, andaba ayudándome a prepararme para la fiesta de la revelación de los bebés.
-¡Estás embarazada!
-¡Hay embarazadas que hacen ejercicio y yo no puedo ni ir a la esquina con esta tripa!-Señalé mi vientre.
-Recuerda que no todas las humanas tienen un novio vampiro.-Me enseñó un vestido elegante liso-Te quedará bien.
-Yo no estoy tan segura. ¿Puedes buscarme otra cosa?
Asintió sacando un conjunto de dos piezas de mono tubo de color verde con el abrigo a juego.
-¿Crees que voy a entrar ahí?
Ella se encogió de hombros.
-¡Mejor no voy y ya me contaréis si son niños o niñas!
-¿Cómo no vas a asistir? ¡Son tus hijos!
-¡Cuándo sean mayores entenderán que yo no estaba para fiestas!
Suspiró sentándose a mi lado.
-El embarazo no es fácil pero no estás sola-Posó su mano sobre la mía-Tienes a siete personas dispuestas a hacer cualquier cosa por tí.-Les estaba agradecida a todos. Edward, solía insistirme en que me sentase en el sofá, rodeada de cojines, mientras él tocaba música clásica para los bebés. Según un estudio, era lo más recomendable mientras continuaban dentro de mí. Alguno ya se había manifestado dando patadas que me provocaban tal dolor que me dejaba reventada.-¡Además, piensa que dentro de poco, todo esto va acabar!
Carlisle calculaba que de ser un embarazo normal estaría de ocho meses aproximadamente, al ser dos, se quedarían antes sin espacio y es probable que uno exigiese salir.
Por lo que llegar a la semana cuarenta iba a ser un poco complicado.
Aparte sentía que no había disfrutado nada de la experiencia.
Entre dormir, comer, las náuseas, mareos, alguna estríay retención de líquidos que tenía los brazos y tobillos cual oso panda... Prefería taparme con una manta y que nadie me viese.
-¡Hermosa!
-Solamente eres optimista.
Carlisle siempre intentaba animarme de cualquier manera; mis cambios de humor eran más notables y a veces la pagaba con él sin motivo alguno. Aunque él no se lo tomaba a mal.
-Soy realista.
-La chica de la que te enamoraste está siendo devorada lentamente.
Él sacudió la cabeza.
-Tu cuerpo se está adaptando para desarrollar a nuestros hijos día a día.-Se inclinó pegando su mejilla contra mi piel y así escuchar los latidos de los bebés-La mujer me parece un ser maravilloso.
Sonreí, pasando mis dedos por su cabello rubio.
-¿Qué más modelos ha comprado Alice?-Pregunté poniéndome de pie.
Rosalie me miró atónita.
Sin embargo volvió a sacar más ropa del armario.
Desde un mono de pierna ancha holgado, bastante elegante con estampado de lunares, pasando por un vestido corto, con botones, gris, de manga larga, hasta sacar casi todo. Lo último, un peto beige largo, con una camiseta blanca de tirantes.
Alice, debía de haberse llevado la tienda entera de premamá o sino poco le faltó.
-¡No busques más, me pondré esto!-Agarré el peto.
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El dulce sabor de La Sangre
RomanceDicen que el amor es un crimen, lleno de locura, que no puede realizarse sin un cómplice, que tenga el mismo problema mental que tú. Y eso me pasó a mí. ᚓᚓᚓᚓᚓᚓᚓᚓᚓᚓᚓᚓᚓ Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer, excepto algunos que me invento yo...