Entre mundos.

3 0 0
                                    

Lo miré mientras restregaba la toalla sobre su cabello húmedo, algunas gotas de agua se deslizaban por su cuello hasta llegar a su pecho y parte de su abdomen. Me miró lanzando la toalla al tacho de ropa sucia y caminó hacia mi luego de colocarse sus bóxers.

Pero esta vez no se sentía dominante o posesivo, a pesar de estar semidesnudo y mirándome de aquella manera en la que me hacía querer rendirme a sus pies, se sentía más vulnerable que todas las veces anteriores.

— Sabes.. — susurró recostándose a mi lado, se acomodó sobre el respaldo de la cama ladeando su rostro para poder verme. — Te siento..lejos.. — dijo llevando una de sus manos hacia la mía deslizándola con lentitud por el colchón. — ¿Tú quieres estar conmigo?. — preguntó y por primera vez sentí la inseguridad en su voz.

— Eres mi Shakam, es decir estamos destinados a estar juntos. — lo miré confundido sin entender hacia dónde dirigía su pregunta.

Una mueca de desilusión atravesó su rostro y alejó su mano de la mía, jugó con sus manos con nerviosismo.

¿Acaso todo este tiempo fue Liam?

Nunca se había mostrado tan sensible conmigo, o quizás jamás lo había visto en serio.

— No te pregunté eso Sam.. — se escuchaba cansado, como si hubiese tenido esta conversación incontables veces en su cabeza y tan solo la estuviera repitiendo. — Te pregunté si querías estar conmigo.

— No tengo elección es decir.. — me arrepentí al ver como sus ojos se cristalizaron.

— Joder Sam.. — murmuró y su voz se quebró. — No estás obligado, ¿okey?, ve y corre a sus brazos si eso quieres, pero deja de..

Ignoré el dolor en su voz, ignore las lágrimas que amenazaba con deslizarse por sus mejillas, lo ignoré todo.

Fui el peor de los ángeles.

— Sí, estoy obligado. — lo interrumpí y la ira cubrió todo destello de control que pudiera albergar en mi. — Estoy obligado con tu maldita voz y esos ojos que pones cuando quieres algo, estoy obligado cada vez que me tocas porque no puedo controlarme, estoy obligado porque te pertenezco desde que me hiciste esta maldita marca y desde que acepté estar contigo. — dije todo con velocidad sin permitirme detenerme a pensarlo, joder debería haberlo pensado. — Estoy obligado a pasar la eternidad al lado de un puto monstruo, estoy obligado a estar lejos de Erick cuando es lo que más quiero en el mu..

Me detuve cuando supe que había ido demasiado lejos, lo miré al escuchar como un quejido de dolor se deslizó por sus labios, sus ojos parpadeaban en un débil rojo y sus mejillas estaban empapadas en lágrimas.

Su lobo lo estaba lastimando.

Un hilo de sangre se escurrió por su nariz y los sollozos se ahogaron en su garganta, a pesar de que luchaba por controlarse, podía verlo y sentirlo, él estaba rompiéndose.

Yo le había hecho eso.

— Blake yo..no sé porqué dije eso..todo es mucho y solo.. — intenté explicarle que no era lo que quería decirle, él me importaba, incluso más de lo que lograba admitir.

No sabía porqué lo alejaba, él me había protegido todo este tiempo, había sido bueno conmigo, luchó contra mis sombras cuando yo no pude, pero estoy eligiendo a Erick por encima suyo.

No era lo que quería, no estaba seguro de qué quería, pero lo quería en mi vida, a ambos.

— Está bien. — soltó en un jadeo de dolor, sus ojos se oscurecieron y un extraño negro dominó el gris de ellos, el símbolo ardió en mi cuello hasta que se detuvo. — Tú.. — cerró sus ojos con fuerza emitiendo un quejido de dolor

Sam - Entre sangre y cenizas. (Entre mundos parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora