Miré nerviosamente su camisa azul oscuro y sus pantalones de vestir negros, se veía tan hermoso, pero me aterraba que nos alejáramos por tanto tiempo.
Habían pasado dos años desde lo de Thomas y Aaron, aún dolía, las pesadillas se habían ido o eran menos dolorosas.
Intentamos que mis alas volvieran, hicimos todo para que mi lado celestial sanara, pero no lo hicieron, Blake cree que quizás sea un lobo en el futuro, pero no lo creo posible.
Él me entrenó, todo lo que pudo, me enseñó a luchar, a moverme como él, al principio lo creí imposible, realmente imposible.
Tenía entrenamiento, uno celestial. Pero su entrenamiento era más duro y más sangriento, iba en contra de todo lo que era.
Hasta que lo tuve por primera vez a mis pies, lo había derribado, cuando cayó sobre su espalda fui tan feliz, aunque luego me gruñó por semanas diciendo que era mi Alfa.
No volvimos a escuchar nada de la manada, o lo que solía ser, intenté buscar a Dylan, era peligroso que se quedara solo, pero no pudimos encontrarlo. Blake creía que estaba bien, pero yo no estaba muy de acuerdo.
Seguí entrenando y estudiando mis habilidades, entre sangre y sudor, entre recuerdos de lo que antes éramos y en lo que nos habíamos convertido.
Pero ahora, verlo parado con aquella vestimenta, su cabello se veía más oscuro y caía desordenado por su cabeza rozando por debajo de sus orejas, era ondulado en algunas partes. El gris de sus ojos se había oscurecido y combinaba a la perfección con su cabello.
— Es solo un trabajo Sammie..estaré bien. — dijo divertido al ver cómo palideció mi rostro.
— Lo sé, solo..te extrañaré.. — susurré y me acerqué a él pero luego retrocedí. — Solo será un mes, ¿si?. — recordé y el miedo atravesó mi voz.
— Es un mes, solo un mes. — asintió dando un paso hacia delante para rodearme con sus brazos. — Debo resolver los problemas en la frontera, es lo que los Alfas hacen. — acarició mi nuca y enredó sus dedos en mi cabello. — Prométeme que seguirás entrenando.
— Lo prometo. — dije en voz baja rodeando mis brazos alrededor de su cintura. — Llévame contigo.. — solté temeroso de su respuesta.
— No puedo y lo sabes.. — se quejó pero pude escuchar el dolor en su voz. — No podemos relacionarnos con celestiales, rompería los acuerdos.
— Sentirán mi olor en ti y ellos..
— No lo harán, estará todo bien. — me interrumpió besando mi frente.
Quise gritarle que no era cierto, que nada estaría bien, que vendrían por mi, por nosotros.
Que él vendría.
Pero no lo hice, rocé mi nariz por cada parte de la piel de su cuello queriendo grabarme su olor, queriendo conservarlo por todo este maldito tiempo.
No sabia de dónde sacaba la seguridad y calma que tenía ahora. Pero se veía tan seguro, o quizás era un perfecto mentiroso.
— Regresaré para tu cumpleaños. — prometió contra mi oído dejando un suave beso en la marca que nos unía.
Quería creerle, aferrarme a la idea de que él estaría allí, pero por alguna razón no podía evitar sentir que no sería el caso.
Los celestiales en el cumpleaños número veinte deben regresar al cielo, mi misión duraría hasta ese momento y debería regresar a casa.
Aunque no había nada para mi allí, nada.
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Sam - Entre sangre y cenizas. (Entre mundos parte II)
FantasiaContinuación de entre mundos. Este es el segundo libro de la saga. El primer libro está en mi perfil :) El día en el que el ángel finalmente cayó, aquel ser celestial, con tanta luz, que era incapaz de asesinar, cometió el peor de los pecados. ¿Pod...