Enséñame que el infierno no se compara contigo.

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Me removí entre sus brazos y mis ojos inevitablemente volvieron a cristalizarse, mis recuerdos se mezclaban con lo que aún no había sucedido y mi cabeza dolía como el infierno. Blake estaba a mi lado rodeando mi cuerpo con sus brazos mientras leves suspiros se deslizaban por sus labios, se había dormido luego de lo que sucedió, luego que mi corazón apareciera entre nosotros.

No sabía que era capaz de sentir tanto, que mi corazón lucharía contra mi sentido común, que mis palabras se ahogarían en los recuerdos y que sus ojos guiarían mi voz entre mi atontada mirada.

No sabía que podía amar, que podía gritar su nombre en mi mente en busca de aferrarlo a cada rincón de ella, que mis manos buscarían con desesperación las suyas, que mi piel extrañaría el calor de la suya, que todo de mi, lo extrañaría.

Pensé que ser su Shakam, solo lo afectaba a él como lobo, que yo al ser un ángel, no podía tener eso, no podía amar, no podía sentir. Era un soldado, se me había arrebatado la posibilidad de sentir.

Éramos devotos al propósito mayor, a la protección del cielo, a la protección de la Luz.

Todo el resto, era ficción.

Pero ahora estaba entre sus brazos, rodeado de su calor, sus suspiros inundaban mis sentidos y la delicadeza de sus rasgos me hacían querer delinearlos con mis labios.

Todo este tiempo, a pesar de los besos, del sexo, de todo. Jamás había estado tan cerca suyo, no me lo había permitido, lo había empujado tan malditamente lejos..que hasta llegué a creerlo..

Que no era capaz de amar, de amarlo.

Pero todo este tiempo, lo amé, cada parte de mi corazón llevaba escrito su nombre, mi corazón latía al compás de su voz, mis pasos seguían los suyos, mis alas solo buscaban volar cerca suyo, él era mi cielo, él era mi infierno.

Él lo era todo.

No podía evitar pensar qué hubiera sucedido si no lo evitaba, si realmente lo elegía a Erick, si él regresaba al infierno, si lo perdía.

¿Qué hubiera pasado si renunciaba a amar?

Porque joder, no podría volver a amar, no luego de él, no luego de que sus ojos grises me hayan hecho creer que el infierno no era más que un cuento para niños. Porque él logró eso, que la oscuridad luciera débil si era contada por su voz.

Él logró que yo, un ángel, pudiera amar.

Lo miré apoyando mis codos a cada lado de su cuerpo, me incliné encima suyo levemente sin querer despertarlo y las lágrimas acariciaron la piel de mis mejillas, se veía tan jodidamente hermoso.

No sabía en qué momento comencé a llorar, pero no podía evitar desarmarme entre sus brazos, todo lo que había vivido, solo, en mi mente, lo que ví, lo que hice, a pesar de haberlo cambiado, saber que pude haberlo roto así, que pude haber destruido a el hombre que dormía abrazado a mi cuerpo como si nada más existiera en el mundo.

Liam estuvo a nada de hacerle cosas horribles a Erick. Por mi, porque sabía que yo le haría daño a Blake, sabía que yo no lo merecía, incluso un lobo, una bestia, pudo ver lo que yo no veía.

Erick..

Estaba tontamente enamorado de mi, yo lo había dejado enamorarse, me había acercado sabiendo que no sentía lo que le hacía creer, sabiendo que jamás podría elegirlo.

No podría poner a nadie por encima de Blake, ya no era sobre especies, no era sobre nuestros mundos, no podía, mi corazón ya lo había elegido. Un corazón que conocí por él.

Estuve por perderlo...yo..renuncié a él..

Mordí mi labio inferior intentando que los sonidos no salieran por mi boca, con una de mis manos rocé la piel de su pecho y su energía respondió a mi toque, estaba igual de cálido que siempre.

Sam - Entre sangre y cenizas. (Entre mundos parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora