CAPÍTULO 2

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En la mañana Emir salió del departamento y fue a la oficina, hizo todo lo referente a su trabajo, luego llamó a su asistente.
— Zeynep.
— Si señor. — Respondió y enseguida entró al llamado de su jefe.
— Por favor, llama a la casa de modas más exclusiva de Estambul, y pide que envíen lo mejor que tengan a esta dirección.
Zeynep cogió la tarjeta, la miró, y luego a Emir.
— ¿Es todo señor?— Preguntó con un nudo en la garganta.
— Pide al joyero que traiga la nueva colección.
— Enseguida señor. — Respondió saliendo de la oficina, apretó la tarjeta en sus manos suspiró profundo y decidió hacer lo que su jefe le pidió.
El joyero llegó con las dos maletas Donde estaban las joyas que se usarán  para el lanzamiento de la nueva colección.
— Señor Aksoy, usted mano llamar, y aquí está lo que pidió.
— Si Mustafá, quiero la prenda más exclusiva.
— Señor, estos son los modelos más hermosos que lanzaremos esta temporada.
Emir miró cada uno de los diseños , y uno le llamó la atención, una gargantilla con piedras de rubí, en forma de corazón, a juego con un brazalete y anillo.
— Por favor, envía esta nota a esta dirección, y este anillo me lo envías en una caja especial.
— Enseguida señor, enseguida hago los envíos. Con su permiso.
Mustafá cerró, cogió las maletas y salió de la oficina.
Emir cogió el teléfono y llamó para pedir reservación exclusivamente para ellos dos.
— Si, decorada con todos eso por favor. Gracias.
Cerró la llamada y se dispuso a trabajar el resto del día.
Las horas pasaron,  Emir fue a la habitación que tenía anexada a su oficina, se duchó, vistió y salió en dirección al restaurante, sin antes enviar la limusina familiar por Genevieve.
Llegó al restaurante y vio que estaba como lo pidió.
— Señor, por aquí por favor.— Fue recibido por la anfitriona.

Lavinia y Waleska viendo cómo se enojó Genevieve con ellas se despidieron y salieron del departamento.
Las horas pasaron y ya estaba Genevieve parada frente al espejo viendo cómo le quedaba todo lo que Emir le envió.
— Imbécil,  — Susurró entre sí.
Dio su último retoque de maquillaje en los labios y salió.
Tomó el ascensor y dentro de el recordó cuando Donatello la hizo suya.
Flash Back
— ¡Hola! Don, venía a... — Sus labios fueron sellados por los de un Donatello despechado.
El beso se profundizó, era una mezcla de desesperación y pasión desbordada producto del alcohol que tenía en su sistema.
Las puertas del se cerraron, fue detenido a medio camino, los besos y la pasión fue desbordada por los poros.
Donatello agarró su cabello y lo llevó hacia tras dejando libre ese esbelto cuello, pasó su lengua por el, mientras las manos de Genevieve lo recorrían todo, sus manos abrieron la cremallera del pantalón, comenzó a masturbarlo, mientras Donatello abría los botones de su blusa y tomaba sus pechos uno a uno. Los lamió, succionó tan fuerte que un gemido de placer doloroso salió de la garganta de Genevieve.
Subió nuevamente por su cuello y fue a su boca, para luego llevarla hacia abajo, arrodillada la tomó nuevamente por sus cabellos y ordenó.
— Abre la boca. — Genevieve se dejó llevar abrió la boca y Donatello se deslizó en ella.
— Mírame a los ojos, —Ordenó Donatello, ella levantó la mirada.
Marcando el ritmo de aceleración que le daba Donatello, sentía arcadas y sus ojos  enrojecidos se llenaban de lágrimas.
Seguía entrando y saliendo de su boca, una mano de Genevieve a través del pantalón apretaban las duras nalgas de Donatello, mientras la otra estaba agarrada del miembro.
El cuerpo de Donatello se tensó, sentía que ya no aguantaba más.
La tomó de los hombros la volteó, levantó la falda de su vestido arrancó sus bragas y de una sola estocada la penetró, un grito salió de la boca de Genevieve, Donatello no se detuvo y siguió embistiendo la, se salió por un momento sacó el paquete del bolsillo y se lo colocó y nuevamente de una sola estocada se adentró en ese coño empapado de la excitación, que surgió en un momento desenfrenado.
El cuerpo de Genevieve se tensó, gemidos fuertes salían de su garganta
—¡Aaaah Diooos! Donatello. Ya siento que no aguanto más.
— Aguanta, no tienes permiso de correrte aún.
— ¡Aaaah! ¡Aaaah¡ ¡Mmmm!
— Ya, ya no aguanto. — Exclamaba con voz muy excitada.
— Córrete ahora conmigo, hazlo, hazlo Kiara ¡Aaaah!
El cuerpo de Genevieve se aflojó de una.
¿Como la había llamado Donatello?. ¿Kiara?
— Lo siento, pero esto no debió pasar.
— ¡Me llamaste Kiara!. Eso no te lo voy a perdonar  Don. — Gritó muy enojada.
Fin Flash Back.
Genevieve suspiró profundo y cerró los ojos.
— Si no eres mío, me las vas a pagar muy caro Donatello Rinaldi, tú y tu santurrona me las pagan muy caro.
Llegó al piso donde estaban esperando por ella, miró al chófer asignado a llevarla al lugar de la cita pendiente.
— Señorita Genevieve koslov, por favor acompañarme.
Genevieve subió a la limusina y fue trasladada al restaurante.
El trayecto fue en completo silencio, vio pasar el paisaje frente a ella, pero en sus pensamientos solo tenía una idea fija, conquistar como sea a Donatello Rinaldi.
La limusina se estacionó en la entrada, el chófer abrió la puerta y Genevieve salió del interior del carro.
Caminó hasta la entrada y fue recibida por la anfitriona que la guió a la mesa donde estaba Emir.
Este al verla tan hermosa se puso de pie y abrochando se su elegante chaqueta.
Se acerca a ella con una genuina sonrisa a la que fue fingidamente correspondido.
— ¡Estás hermosa Genevieve!
Esta sonrió y respondió.
— Tu estás igual Emir. Y el lugar que no se diga.— Respondió mirando con indiferencia a todos lados.
Emir la agarró por la cintura y unió sus labios a ella, dando un beso que luego fue profundizado muy apasionadamente.
— Ven, vamos a cenar.
Pasaron a la mesa y después la cena fue servida.
La cena pasó entre charlas y risa, Emir contando cosas sobre su vida y ella cinta di lo que deseaba que el supiera
Luego de cierto tiempo, emir la tomó de la mano y la invitó a bailar.
— Baila conmigo por favor. — Susurró entre sus labios.
Genevieve concedió la petición de Emir y se dispuso a bailar.
— Me encantas Genevieve, tanto que deseo arrancarte ese vestido, — Susurró a su oído, mientras sus. el succionaba el lóbulo de su oreja.
— Y tú a mí,  Emir me vuelves loca, esres único.
Unieron sus labios en un beso apasionado, sus lenguas se encontraban, Emir estaba cayendo en las redes de Genevieve sin ella proponérselo.
Emir acarició su espalda mientras ella enredaba sus dedos en sus cabellos.
En un impulso Emir cayó de rodillas ante Genevieve.
— Genevieve, eres la mujer de mi vida, y por eso hoy, esta noche quiero proponerte que seas mi esposa, cásate conmigo.
Sacó el anillo de la caja y lo colocó en el dedo de Genevieve.
Ella lo miró fijamente, quiso negarse, pero no lo hizo, no aún, tenía que lograr lo que deseaba tanto, entonces no le importó jugar a los novios.
— Acepto Emir, acepto ser tu esposa.
Emir se puso de pie, la cogió por la cintura y dió vueltas con ella.
— Me haces el hombre más feliz del mundo.
— Y tú a mí. — Respondió mirando a sus ojos.
— Mañana te llevaré a presentar a mis padres, mi hermana te va a adorarte.
— Espero caerles bien.
— Claro que si, eres encantadora mente hermosa.
Siguieron el resto de la noche entre conversas y risas hasta que llegó la hora de salir y marcharse.
Subieron al auto, Emir manejó llevando en su mano la de Genevieve, mientras ella en sus pensamientos, tenía a Donatello.
—  ¿Me escuchaste?
— ¡Ah! No, no te escuché, disculpa, estaba pensando en mis padres.
— Tranquila, después de hablar con los míos y hacer oficial nuestro compromiso, mandaré por ellos. ¿Te parece?
Genevieve lo miró haciendo un gesto de sonrisa y alegría que estaba muy lejos de sentir.
— Entonces los llamaré para que estén pendientes.
Llegaron al edificio, salieron del auto tomaron el ascensor y subieron al piso.
En el camino al departamento, Emir la atrajo a su pecho y empezó a besarla apasionadamente.
— Hazme tuya aquí. — Susurró entre los labios de Emir al momento de quitarle la chaqueta con desespero.
Emir desgarró su vestido dejándola completamente desnuda, apretó sus pechos, Genevieve abrió la camisa mientras Emir devoraba su boca.
Mientras Emir se adentraba en ella, nuevamente el recuerdo de Donatello llegó a su mente.
— ¡Aaah! Te amo, eres mío, solo mio, tómame, hazme tuya.—  Genevieve, susurraba entre gemidos y con los ojos cerrados, creyendo se poseída por Donatello
— Eres mía, y también te amo mi amor.
Las embestidas eran fuertes y profundas, tanto que en ese vaivén descargaban todo el deseo que sentían el uno por el otro en ese momento.
— ¡Aaaagh! Por favor, sigue no pares.
Emir devoraba sus pechos mientras ella acariciaba su espalda, y él se adentraba mucho más en ella.
— Ya no aguanto más, por favor. — Pedía Genevieve a punto de sentir desbordarse en u placentero orgasmo seguida por Emir que se vaciaba nuevamente en ella.
Muy despacio bajó su pierna mientras salía de ella, de trataban de recuperarse, medio arreglarse y salir del ascensor que ya estaba en el piso.
Emir la tomó en brazos y la llevó dentro del departamento, subieron a la habitación y se entregaron nuevamente al placer que sentían.

UN TRATO CON EL CEO (5to libro de la saga cielo eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora