CAPÍTULO 30

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Kaluh realizó la cirugía en la espalda de Adhara, los días pasaron convirtiéndose en semanas y ya estaba completamente recuperada.
— Muy bien señora Aksoy, está completamente recuperada y de  las heridas solo queda el recuerdo en su mente. Ya puede ir a casa con su familia.
— Gracias doctor, necesito ver a mis hijos, los extraño mucho.
—Ya están todos esperando en casa por ti. — Habló Emir mirándola con amor.
Adhara y Emir llegaron a la mansión, todos estaban ahí en la entrada con carteles y globos, bajó del auto y sus pequeños Ahmed  Iskander y Handan Deniz, corrieron a sus brazos.
— ¡Mamá! !mamá! — Gritaron los dos al unísono.
— Mis amores, los extrañe tanto, nunca más volveremos a separarnos.— Mami ya queremos volver a casa, no quiero estar aquí sin ti.
Esas palabras le causaron un mal sabor de boca a Emir, escuchar a su pequeña decir que no desea estar más en su casa, Adhara acarició sus cachetes regordetes y le habló cariñosamente.
— Mi amor, pronto estaremos en casa,  ¿Pero dime, por qué no te gusta aquí?
— No puedo ver a tío Daimon y a tía Yoris y tía Toria.
— Amor, ellos no pueden venir por qué están trabajando, pero pronto los veremos, te lo prometo.
Emir escuchó todo lo que Adhara habló.
La tarde pasó entre charlas y fue entonces que un recuerdo llegó a la mente de Adhara, miró a Ugür y luego a Emir.

Flash Back.
— Esta mujer es una estúpida, se creyó el cuento de qué Emir y yo teníamos un relación.
— ¿Que hicistes para separarlos?
—  Formar una confusión entre ellos.
— ¿ Que hicistes Lavinia?
— Utilicé a su gemelo, y ella cayó.
Lavinia contó a Alexey creyendo que Adhara estaba desmayada.
Fin Flash Back.

— Ugür, Emir, podemos hablar por favor.— Pidió y ellos caminaron a la oficina.
Adhara los miró suspiró profundo y empezó a decir la que ya había comprendido.
— Ugür, no solamente Emir y yo, fuimos victima de las locuras de Lavinia.
— ¿Que quieres decir Raphaella?
Adhara contó lo que sucedió aquel día que ella llegó a la oficina.
— Espera un momento Zeynep subió a ver algo que olvidó. — Recordó Emir.
— Zeynep me dijo que había visto a Ugür con otra mujer, y la obseción de Lavinia es Emir, ella quería que yo creyera que eras tú Emir,  Zeynep me dijo que tú Ugür tenías una relación con ella, entonces Lavinia  te drogó para utilizarte, din imaginar que Zeynep los vería.
Ugür recordó cuando despertó aturdido y con mucho dolor de cabeza.
— Maldita seas Lavinia, Zeynep, mi Zeynep creyó que yo.. carajo tengo que buscarla, creí que no me amaba. Ugür caminó de un lugar a otro desesperado.
— Ve a Londres Ugür, allá está viviendo, y que me perdone por no guardar su secreto, pero ella tiene que saber que las cosas no fueron como las imaginó,  pero tienes que ir pronto, Hande Nuray y Zeynep koscoglü, te esperan.
— ¿Hande Nuray? ¿Quien es Hande Nuray? Raphaella.
— Tu hija, Ugür, Zeynep y tú, tienen una hermosa princesa.
Ugür sintió un vuelco al corazón, tenia una hija, y no lo sabía, cogió su celular y llamó al piloto.
— Capitán, tenemos un viaje a Londres, lo más pronto es una emergencia.
Ugür salió de la oficina dejando a Adhara y Emir solos, el la miró y se acercó a ella muy despacio.
— Raphaella, mi Rafi cariño, perdóname, perdóname por ser un imbécil, te amo, y no dejaré que te alejes de mí.
— ¿Y quien dijo que deseo alejarme?
—  Nuestra hija, no desea estar aquí, y si ella desea irse me voy con ustedes.
Adhara lo miró y sonrió, acunó su rostro entre sus manos y le habló muy cerca de sus labios.
— Ella no sabe que está en casa de papá, y cuando se lo diga, no querrá irse.
Emir abrazó la cintura de Adhara, la envolvió en sus brazos y unió sus labios a los de ella, Adhara lo recibió con todo ese deseo acumulado por mucho tiempo, fue tanta la necesidad de ellos que sin darse cuenta Adhara estaba tirada sobre el escritorio mientras Emir quitaba sus pantys y subía por esas piernas dejado un caminó de besos hasta llegar a su muy húmeda entrada, se abrió paso con su lengua y jugó en su entrada, mientras Adhara se retorcía de placer, succionó cada uno de sus pliegues, y más su punto que la transportó a un mundo de sensaciones que recorría y hacia estremecer cada célula de su ser, mientras jugaba con su lengua sus dedos entraban y salían de ella, Adhara sintió su cuerpo estremecer, sus piernas temblaban y su vientre se contrajo, de ella se apoderó un  electrizante y placentero orgasmo, se corrió en la mano que le provocó ese placentero clímax, mientras Emir liberaba su enorme erección que parecía romper los pantalones, se apuntó en su entrada y de una sola estocada estuvo dentro de ella.
—  ¡Aaaah! Emir, Emir, más, más .
Gemía y susurraba, mientras mordía su labio inferior.
Emir agarró sus caderas para adentrarse más profundo en ella, las embestidas eran fuertes y placenteras.
Abrió su vestido desgarrando lo y liberando sus pechos, los apretó, los amasó y volvió apretar sus pezones.
— ¡Aaaah! Dios, Emir.
— No tienes idea de cuánto desee tenerte así, cada noche te desee tanto, mi vida, te amo.
— Y yo a ti, eres mi vida.
Emir aceleró sus embestidas, y nuevamente Adhara se corrió seguida de Emir. Mordió su labio inferior para no gemir tan fuerte como sentía el orgasmo, quería gritar desesperada mente, y un segundo orgasmo la arrasó, Emir siguió embistiendo y nuevamente juntos llegaron al máximo clímax.
Emir puso su cabeza sobre su regazo, escuchó su agitado corazón, sentía su respiración igual, y poco a poco salió de ella, la tomó en brazos y la llevó a la habitación que estaba a continuación de la oficina.
Se fueron en la ducha, se asesor y salieron a la reunión que los esperaban.
Todos los vienron salir agarrados de la mano.
—  Me alegra que todo esté bien entre ustedes. — Habló Ezra abrazando a Adhara y Emir.
— Gracias por cuidar de mis hijos, y perdón por irme, creí que...
— Tranquila, Ugür nos explicó, todo y ya se fue por Zeynep, que felicidad esta casa estará llena de risas y niños corriendo por ahí.
— Hijos mío, que la bendición de Alah esté sobre ustedes y mis nietos. — Expresó Yagmour orgullo de su nieto mayor, Ahmed Iskender, Todos festejaremos la unión y felicidad de Emir y Adhara.

Mientras
Ugür subió al jets privado que lo llevaría a Londres, luego de un largo vuelo ya estaba aterrizando en el aeropuerto, caminó tan de prisa que sentía que el tiempo se detenía, subió al auto y fue a la dirección que le dio Adhara, llegó a la residencia donde vivía Zeynep, a lo lejos la vio salir junto a su tía y la pequeña Hande Nuray... Su corazón latió tan fuerte que retumbaba en sus oídos, a distancia la siguió hasta que llegaron al parque, se bajaron del auto y caminaron al centro, sin imaginar que eran vigiladas por el.
— Mamá, — Dijo la pequeña jugando con su muñeca,
— No te alejes mucho mi vida, abuela y yo estaremos aquí vigilando te.
Hande Nuray caminó y Ugür muy despacio se acercó a ella y se puso a su altura.
— ¡Hola princesa hermosa! — Hande Nuray lo miró sin expresión alguna, luego a su madre y corrió a donde está Zeynep.
— ¿Que pasa, amor? — Interrogó abrazándose a ella.
— Mamá hombre extraño.— Logró pronunciar,  la pequeña era muy lista para su edad.
Zeynep levantó la mirada muy despacio,  al ver que unos zapatos negros estaban frente a ella.
— ¡Tu! — Pronunció en un susurro.
Ugür bajó de inmediato a su altura, Zeynep estaba sentada y se sentía en el aire de la impresión de tener a Ugür frente a ella.
— Zeynep, mi Zeynep, por fin te encontré.
— ¿Que haces aquí Ugür? Tu y yo no tene...
Sus palabras se silenciaron  cuando unió sus labios a los de ella, y de una se apartó de él.
— ¿ que crees que haces? No estamos solos.— Expresó muy exaltada.
— Aquí frente a tu tía y mi hija te pido que seas mi esposa.
Zeynep se quedó de piedra al escuchar esas palabras.
— ¿Acaso te volviste loco? Te vi con esa mujer, y vienes aquí a como si nada pasó.
— Nada pasó aquella vez mi vida, Emir, Raphaella y tú y yo fuimos victima del engaño de Lavinia.
Ugür contó todo lo que sucedió con Lavinia, Zeynep estaba tan sorprendida de los desastres en que se había convertido todo.
— El señor Emir debe estar en aprietos con los proveedores de piedras y perlas.
— ¿Es lo único que te importa? Mi mujer no le interesa más que la situación de su cuñado, eso dolió. —Expresó llevándose la mano a su corazón, y riendo.
— Tonto, sabes que siempre me preocupé por todos ustedes y les estaré eternamente agradecida por confiar en mí cuando nadie lo hizo por mi inexperiencia, tenía dieciocho años y don Yagmur y el señor Emir confiaron.
— No responderás a mi pregunta?
Ugür miró a su pequeña hija y la tomó en brazos.
— Ya perdimos mucho tiempo, te extrañe todos este tiempo.
— Y yo a ti Ugür, me hiciste mucha falta y a ella.
Ugür puso el anillo de diamantes en su dedo.
— Suegra, usted vendrá con nosotros, se que mi mujer la ve como su madre y no las voy a separar.
Pasaron el resto de la tarde juntos compartiendo como una familia que eran.
— Te amo mi Zeynep, jamás te traicione ni con el pensamiento, vivía añorando nuestro amor.
— Y yo te extrañe tanto, todos los días de mi vida, ni un solo instante dejé de verte en nuestra hija.
— Gracias por la familia tan hermosa que me das.
Unieron sus labios en un profundo beso lleno de amor.

UN TRATO CON EL CEO (5to libro de la saga cielo eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora