CAPÍTULO 27

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Emir vio a lo lejos a Adhara, la vio despedirse de algunas personas y salir. Decidió seguirla a distancia, pues no deseaba encontrarse con que estuviera con otra persona y ser rechazado frente a ese supuesto alguien.
La vio llegar al edificio donde bajó y la vió caminar al ascensor, subió por un momento y pidió el otro, y llegó al piso donde estaba, la vio llegar a la terraza y ver cómo sus hijos corrieron a ella, sus ojos se perdieron en esa imagen.
— ¿Tiene hijos? mi hermosa. — Pronunció en un susurro.
Escuchó abrirse el ascensor y logró esconderse, vio a Daimon sacar las llaves y abrir la puerta del departamento. Emir cerró los ojos y suspiró profundo
— Es Daimon, se fue con el, y esa es la razón.
Emir dio la vuelta entró al ascensor y mientras el ascensor bajaba recibió un mensaje de Lavinia diciendo.
"Me adelanto a Estambul, mientras tú convences a tu esposa yo me voy.
Emir guardó su teléfono subió a su auto y fue al hotel donde se quedaría.
La imagen se reproducía una y otra vez, Adhara con los niños en brazos.
Un vaso con whisky se estrelló contra la pared.
— No lo creí de ti Adhara, no de ti.
Mientras Emir bebía sin reparos, Lavinia y Alexey planeaban como deshacerse de Emir y los hijos de él.
— Él cree que volví a Estambul, está confiando en eso y debemos aprovechar que está con la guardia baja.
— ¿Y que piensas hacer?
— Secuestrar a sus hijos, el se reunirá con ella, le cobrará todo lo que vió en la oficina aquella vez, y yo estaré al descubierto, ya no puedo volver a Estambul, no creí que tuvieran hijo que los una, entonces quedaré expuesta ante él y ante Ugür.
— Dijiste que lo dejarías en la quiebra, que estarías cerca de él para arruinarlo, ¿Que hiciste todo este tiempo a su lado? ¿Enamorarte de el? ¿Creer que se enamoraría de ti? ¿Eso creíste? Déjame decirte que eres una ilusa.
— ¡Cállate! Cállate Alexey, juré vengarme de él, y eso haré. Voy a cobrarme cada cicatriz que dejó en mi espalda, voy a cobrarme cada desprecio, cada insulto, y juro que le dolerá tanto haberse desquitado conmigo del desprecio y engaño de Genevieve.
— ¿Qué tienes en mente?
— Ya tengo parte del dinero de la empresa en las cuentas en Suiza, cuando él se de cuenta estará tan endeudado, que pagar ese dinero no le alcanzará. Y más cuando tenga que pagar por el rescate de sus bastarditos. Los voy a secuestrar, y el tendrá que pagar por ellos.
Alexey entendió todo lo que Lavinia quería hacer, llamó a su gente y empezó a trabajar en el plan. Los siguientes días empezaron a seguir a Adhara, tener control del horario de salida de los niños.
— Alexey, ¿tienes el informe que te pedí? Necesito saber cada detalle.
— Tranquila mi fiera, todo está aquí, el horario de la salida al parque de  los niños  y de ella
— ¿Y se ha encontrado con Emir?
— Si, pero no están juntos.
— ¿Será que aún no se entienden? O ¿será que ella aún no le dice de los niños

Tres días antes, tres días pasó Emir encerrado asimilando el mal entendido, ahora  decidió enfrentar a Adhara, llegó al departamento tocó el timbre y fue atendido por la muchacha del servicio.

— ¡Buenos días señor!
— Por favor, puedes decirle a la señora que deseo vela.
— Ella salió, no está. ¿Quién la busca?
— Necesito hablar con ella, ¿Dónde luego encontrarla?
— En el parque, llevó a los niños.
Emir sin despedirme salió del edificio, caminó en dirección al parque y la vió, se quedó viendo cómo reía al momento de jugar con sus pequeños, caminó a paso lento,  y llegó hasta ella.
Adhara se puso de pié para ver quién se acercó a ella, y frente a él, se quedó estática, jamás pensó en verlo ahí.
— ¡Tu! ¿Qué haces aquí? — Habló con nerviosismo, su corazón dio un vuelco en su pecho que dolió, cerró los ojos para no recordar el por que estaban separados.
— ¡Raphaella! — Susurró, dio un paso más quedando tan cerca de ella.
— ¿Que, que haces aquí?
— Estoy aquí por una explicación Raphaella, te fuiste sin decirme el por qué, ¿Que sucedió? ¿Por que esa decisión tan repentina?
Adhara, tragó el nudo en su garganta y cuando estaba a punto de responder.
— Adi, me lleno a mis niños al auto.
Adhara miró a Daimon luego a Emir. Emir giró a mirar a Daimon y luego a los niños, estos lo miraban, se puso a su altura y le sonrío.
— Entiendo, ahora entiendo el por qué, tenía dudas pero.— Habló Emir con voz apagada, y girando para irse.
— Emir, no es..— Emir no dejó que continuara hablando, levantó su mano y la silenció poniendo un dedo en los labios de ella.
— No hace falta, no digas nada.
Emir dio la vuelta, Adhara o vio irse quiso correr para alcanzarlo pero.
— ¡Mamá! Ven pronto por favor, hace frío.
Ahmed llamó evitando hacerlo, giró a ver a su pequeño y luego a Emir que subió al auto y alejarse.
Ella giró sobre sus talones y fue al auto con sus hijos y marcharse.

Emir subió al auto, siempre hubieron malos entendidos entre ellos  desde un principios, ahora estaban ahí, creyendo en otro mal entendido.
Apretó tan fuerte el volante y aceleró, quería dejar atrás toda esas escenas en su mente.
— ¡Joder! Por qué todo en mi vida es un desastre.— Se lamentó en voz alta.
Llegó al hotel preparó sus pertenencias para volver a Estambul.
Su celular sonó y vio y era Ugür.
— Hermano, ¿Cómo estás, cuando regresas? — saluda y pregunta Ugür escondiendo la preocupación que sentía por todo el desastre en el que se encontraba.
— Mañana vuelvo, haré lo último que tengo pendiente y regreso.
— Que no pase de mañana, algunos documentos necesitan tu firma.
— Tranquilo Ugür, mañana estoy ahí.
Emir sacó la carpeta donde estaban los papeles del divorcio firmados por ella, y salió nuevamente. Fue al departamento de Adhara y nadie respondió, volvió a salir del edificio y logró verla al otro extremo salir en el auto junto a sus pequeños.
La siguió en todo el trayecto, pensó en los momento vividos.
— Te creí diferente Raphaella.
Desvió el auto y paró a un lado de la carretera, sin darse cuenta de que eran seguidos.
Cogió el celular y vio el mensaje recibido.
" Necesito hablarte por favor."
"Te espero en el parque donde nos vimos." — Envió la respuesta subió al auto y volvió al hotel.
Una llamada de Ugür entró nuevamente y respondió.
— ¡Aló! ¿,Sucede algo Ugür?
— Emir, tienes que regresar lo más pronto, no creí que fuera tan grave, pero es más complicado de lo que imaginé.
— ¿Qué sucede Ugür?  Responde.
— No has cancelado a los proveedores desde hace seis meses, que cada mes envías correos pidiendo prórroga, y al personal igualmente, esto es un caos, tienes que venir lo más pronto.
— Eso debe ser un error, Lavinia volvió a Estambul, ella debe..
— ¡Emir! Lavinia no ha regresado, ¿entiendes? ella a cometido un desfalco a nuestra empresa. Ven y resolvemos.
Emir cayó sentado al primer sillón que encontró, llamó a Adhara para adelantar el encuentro.
Salió de ahí como alma que lleva el diablo, llegó al parque y ahí estaban nuevamente Adhara junto a sus hijos. Bajó del auto, y caminó de prisa.
— Raphaella, aquí están los..
— Emir, por favor.
— Raphaella, por favor.
Hablaron al mismo tiempo, y fue Emir quien quitó toda intensión de hablar y aclarar todo mal entendido.
— Raphaella, aquí están los documentos del divorcio, no los firme antes por qué me hice ideas, ahora veo que no hay oportunidad, se feliz con tu familia, me marcho hoy y no volverás a saber de mí.
Tomó sus manos y colocó entre ellas el sobre con los documentos.
Y no dio tiempo a decir una palabra más, subió a su auto y se alejó.
A lo lejos Alexey los miraba, vio a Adhara subir a su auto y la siguió.
Adhara llegó al departamento subió a la habitación se tiró en su cama mientras sus lágrimas rodaban por las cien, cerró los ojos quería dejar de sentir ese dolor en su pecho.
¿Acaso así se terminaría todo?
—Yo estaba dispuesta a decirte de tus hijos y ni de ellos quisiste saber, no me diste la oportunidad de hablar.
Sin darse cuenta y perdida en sus pensamientos se quedó dormida.
Mientras.
Lavinia y Alexey ya tenían todo listo para llevarse a los hijos de Adhara.
— El jets tiene que estar listo para despegar, yo te estaré esperando, y tú irás por ellos.
Al día siguiente  Adhara estaba saliendo del edificio junto a los pequeños y su Nana, sin darse cuenta, eran seguidos muy de cerca por los hombres de Alexey, Adhara Raphaella fue al aeropuerto, salió del auto y se encaminó por los pasillos para llegar al hangar privado donde la esperaba el jets, viajaría nuevamente a Berlín.
Había tomado la decisión después de una larga noche de meditación, había decidido dejar las verdades al destino, ya la vida se encargaría de eso.
Iskender y Deniz eran escoltado por su nana y los guardaespaldas,  se habían adelantado, y esa era la última imagen que vio de ellos, la oscuridad se apoderó de Adhara.
Todos esperando en el avión a que Adhara se uniera a ellos, y jamás subió al ese jets, buscaron y no encontraron rastros de Raphaella. Había sido secuestrada en lugar de sus hijos.

UN TRATO CON EL CEO (5to libro de la saga cielo eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora