CAPÍTULO 11

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La celebración del cumpleaños de las gemelas pasó en completa armonía.
El celular de Emir sonó, y vio un número desconocido, y decidió contestar.
— ¿Si? — Respondió en tono frío.
— Señor Aksoy, en el registro de la reo está este número de contacto, ella lo dio en algún momento.
— No veo la razón de su llamada.— Respondió con indiferencia.
— Le informamos que la señora Genevieve Koslov se quitó la vida.
Emir sintió que su pecho se estrujó del dolor, por qué muy a su pesar y muy dentro de su herido corazón, sintió un gran amor por esa mala mujer que lo único que hizo fue burlarse de él.
— Ella tiene familia, por favor comuníquese con ellos, yo no tengo nada que ver con ella.
Emir cerró ese ciclo en su vida y jamás volvió a pronunciar el nombre de la madre de sus hijas.
Los días pasaron convirtiéndose en meses y era tiempo de volver a Estambul.
— Bien mis amores, nos iremos a vivir a Estambul, allá comenzaremos una nueva vida.
— ¿Ya no volveremos a Francia? — Pregunta una emocionada Yara Elif.
— De vacaciones, de vacaciones volveremos. — Respondió Emir acariciando sus cabellos.
— Primero iremos a Italia papá, lo prometiste, quiero ir al coliseo romano.
— Claro que iremos, nos vamos a Estambul y luego iremos a Roma.
Y así fue, en un mes estaban ya establecidos en Estambul y preparando el viaje a Roma.
— ¿Están felices mis niñas? — Preguntó Ezra acariciando sus cabellos.
— Si tía Ezra, y más por qué nos vamos de vacaciones pronto.
El mes transcurrido fue organizar todo el itinerario de las vacaciones, el último país en visitar era Italia.
El viaje empezó, Emir, Aylín Dylara y Yara Elif salieron de viaje a recorrer el mundo.

En Alemania.
— Chicas, tenemos treinta minutos para llegar al aeropuerto, y Ethan aún no llega. — Habló Toria mirando el reloj.
— Envíale mensaje, que se vaya directamente al aeropuerto. — Fue la solución para no tardar más tiempo esperando, dio la idea Adhara.
Todos se despidieron de Berlín, para ir a su nueva vida, se habían graduado de la universidad los cuatrillizos Pierre D'Alessio, junto a sus amigos. Volverían a Italia y cada uno a vivir lo que la vida les depara.
Adhara Raphaella no se imagina lo que  la vida tiene para ella.
Xander Dominick junto a Stella, Adrián Alonzo junto a Pía, Amaranta Cristea junto a Salvatore y Adhara Raphaella empezará su odisea junto a Denis Emir Aksoy.

***
Ya todos establecidos en Italia, recibieron su regalo de graduación de parte de sus padres, el hospital general Gemelli.
— Buenas días doctora, hoy tiene una cirugía a las dos de la tarde, y aquí estan las historias clínicas de los pacientes de piso.
— Gracias Suley,
Adhara empezaba su día como ya lo hacía desde hacía seis meses. El día pasó entre pacientes y cirugías de urgencias.
— Bien, tomaré mis dos días de merecido descanso, y por favor, así el mundo se caiga no me llamen, estoy en un retiro espiritual.
— Estás faltando a tu juramento querida amiga.— Habló su amigo Ethan
Adhara Raphaella salió del hospital y fue a su departamento, dejó todo en su pequeña oficina y subió a su habitación y se dio en más largo de los baños de tina.
Sumergida en sus pensamientos de años atrás, pues nunca olvidó aquel odioso hombre que quiso deslumbrar la, con toda una tienda de ropa solo para ella.
"Lástima que estés casado, y no me importaría que fueses mayor que yo, pero que estuvieras solo. Es que te veías tan sexy con esos cuantos cabellos platinados."
Cerró los ojos y empezó a imaginar, sus manos acariciando su vientre, pasando sus dedos por la punta de sus pechos, y sintió su cuerpo estremecer,  estrujó sus piernas por el deseo que sintió, y abruptamente abrió sus ojos.
— ¿Pero que carajos estoy pensando y haciendo?  ¿Debo de estar tan necesitada? Creo que estoy loca, tocando me  y pensando en ese imbécil. — Se cuestionó en voz alta. Salió del baño, se puso una bata y se dispuso a descansar.
El sonido de un teléfono le sacó de su tranquilidad.
— ¡Dios! Será posible que no pueda descansar en mis días libres.
Adara Raphaella era despertada por el sonido de su celular, eran las tres de la mañana, y una de sus colegas y mejor amiga le llamaba para que se acerque al hospital, y atender una emergencia.
—  Toria. ¿Ya viste la hora? Son las tres de la mañana. ¿Qué sucede?
— Raphaella Pierre, hiciste un juramento y ahora te quejas. —  Adhara soltó una carcajada al escuchar a su amiga quejarse como siempre.
— Dime qué sucedió para que interrumpas mi dulce sueño.
—  Raphy, es  una emergencia, no es broma, ven pronto, son unas gemelas  y están muy grave, una de ellas te necesita.
— Acaso no hay más médicos ahí, no soy la única.
— Pues creo que sí eres la única especialista que quieren aquí, el médico que está de reemplazo sufrió un desgarro muscular y no puede asistir en la cirugía, solo en atención general está 
Raphaella salió de su cama como impulsada por un rayo, se colocó unos pantalones sueltos y una sudadera, cogió las llaves pidió el ascensor y bajó, salió de la caja metálica subió a su auto y condujo como si cientos de demonios la persiguieran.
Se pasó todas la señales de tránsito y siguió.
Llegó al hospital y corrió a emergencias. Esta área estaba llena de personas heridas, un autobús había colisionado  contra una fila de autos.
—  ¡Dios¡ ¡Que sucedió? —  Preguntó una sorprendida Adhara Raphaella mirando a todos lados.
—  El autobús le fallaron los frenos y chocó contra algunos autos, ese fue el comentario que se escuchó, y en el primer auto estaban dos niñas de unos doce años gemelas están heridas una de ellas no reacciona.
Explicaba Toria  mientras caminaban por los pasillos a revisar a las pacientes de emergencia.
Adhara Raphaella entró a la habitación, se acercó despacio y miró a la pequeña niña rubiecita, con sus ojos cerrados y con una mascarilla de oxígeno.
Adara al verla quedó sorprendida, volvía a ver a la pequeña que una ves salvó de ser secuestrada, miró a Tori. sin revelar lo ocurrido.
—  Que hermosa, ¿Cuál es su estado, Tori?
—  Muy crítico, tiene una lección en su pierna, esperamos que despierte de los sedantes que el médico administró para controlar el dolor.
—  Bien, vamos a requerir de estos exámenes y radiografía para saber su estado.
Adhara dio la orden de lo que necesitaba para poder proceder, fue al siguiente cubículo  donde estaba la otra niña idéntica a la primera que revisó.
— Veamos que tiene ella.
— Tiene una  herida en la frente, tiene tres  puntos de  sutura.
Adhara miró el historial ya realizado y revisó la herida.
Así revisaron cada uno de los pacientes y los iban dando de alta los que no tenían heridas de gravedad, mientras sin darse cuenta la primera gemela era llevada a quirófano por sufrir un paro cardiorrespiratorio.

DOCTORA PIERRE, SE LE SOLICITA EN QUIRÓFANO.
Escuchó su nombre y fue directo a donde se le necesitaban.
Pasó toda el procedimiento y protocolo de desinfección,  entró al quirófano, vió a la pequeña y su corazón se estrujó, empezó con lo que más le gustaba, hacer todo lo humanamente posible para salvar esa pequeña vida.
Las horas pasaron y ya había terminado la intervención.
Adhara salió del quirófano quitándose el protector de su cabeza, a punto de quitar su mascarilla, cuando vio a un hombre sobre la camilla de la segunda gemela rubia.
— Papá, ¿mi hermana está bien? Se salvará ¿Verdad?.
— Claro que si mi amor tú tendrás a tu hermana por mucho tiempo.
A Adhara se le estrujó nuevamente su corazón, sentía que saldría por su boca, estaba frente al hombre que la había encarcelado.
Se puso la mascarilla nuevamente, y se acercó a él sintiendo su cuerpo temblar.
— Señor. — Emir levantó la mirada y posó sus ojos en esos ojos marrones que lo miraban fijamente.
Adhara, dio un paso atrás, al encontrarse con esos ojos de mirada intensa.
— ¡Es el! ¡Dios!  — Cerró los ojos y se acercó a él.
— Doctora, dígame cómo salió la operación de mi hija.
Adhara se aclaró la garganta sin quitar su mascarilla.
— Señor,  venga conmigo por favor.
Emir Aksoy miró a su pequeña, dio un beso en la frente y salió.
— Regreso en un momento mi princesa hermosa.
Emir salió de la habitación y siguió a Adhara Raphaella al consultorio.
Llegaron y ella le hizo señas para que se sentara haciendo ella hizo lo mismo.
Adhara quitó la mascarilla de su rostro y fue un imán para los ojos de Emir.
— ¿Acaso la he visto antes? — Preguntó, haciendo a Adhara tragarse el nudo formado en su garganta. ¿Acaso la había olvidado?
— No lo creo señor. El estado de su hija es muy delicado.
Adhara Raphaella cambió drásticamente la intención de Emir.
— Dígame Doctora¿
Adhara sintió un nudo en su garganta ¿Como le diría a su padre. Como darle una noticia así sin causar dolor, su hija sufrió un infarto y tuvieron que casi revivirla.
— Doctora. ¿Cómo salió mi hija.?
— Señor, el estado de la niña es muy delicado
— Dígame lo que sea doctora.
— Su pequeña durante la intervención sufrió un pre infarto, la niña tiene...
—  Padece de miocardiopatía. — Se adelantó antes de que Adhara continúe.
— ¿Lo sabe?  y me alegra que esté consciente del estado de gravedad de la niña, así los cuidados serán en completo acorde con la prescripción médica.
— Hago todo al pie de la letra con eso doctora.
— Muy bien, la niña estará en observaciones y luego será trasladada a UCI.
— ¿Mi pequeña se pondrá bien?
— Claro que sí, está estable, y pronto la podrá ver.
— Gracias doctora. — Emir cerró los ojos y suspiró profundo, se levantó para irse y luego se volvió para mirarla.
— Juraría que ya la vi antes. — Expresó mirando la. El no tenía idea de que aquella joven que corrió envuelta en sábanas,  en aquel tiempo tenía el cabello teñido de azul.
Emir salió del consultorio de Adhara Raphaella y fue a ver a Aylín Dylara que seguía en observaciones.
— Papi, ¿Qué te dijo la doctora? — Preguntó Aylín por su hermana.
— Pronto la veremos, mi amor, su corazón a pesar de ser débil, sigue luchando para seguir latiendo dentro de tu hermana.
— Quiero tener dos corazones, para darle uno a mi hermana.
Emir acarició el cabello de su hija y sonrió.
— Lo sé mi pequeña, se que todos deseamos lo mismo.

UN TRATO CON EL CEO (5to libro de la saga cielo eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora