CAPÍTULO. 14

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Los días pasaron y una llamada de emergencia llegó al celular de Ugür.
Salió corriendo de la oficina subió a su auto y llegó al ala sur de la mansión, subió en el ascensor y cuando llegó vio al.personal médico de un lado a otro.
— ¿Que está sucediendo? —Preguntó a una de las enfermeras.
—El señor Emir a despertado, y sufrió y para respiratorio.
—¿Que estás diciendo mujer?¿Como está mi hermano?
—Tranquilo señor Aksoy, logramos estabilizarlo. —Respondió una voz ronca del galeno.
—¿Puedo verlo? —Preguntó muy  preocupado.
—Esta en recuperación, mañana, según como pase la noche lo pasamos a una habitación normal.
— Gracias doctor.
Salió a la sala y llamó al resto de la familia, quienes en treinta minutos estuvieron ahí.
— ¿Como está mi hijo? Preguntó Defne.
—Ya despertó, mamá, mañana lo podemos ver.
—Hay que avisarle a Raphaella, y a ....
Sus palabras fueron interrumpidas por un no repentino de Ugür
— ¡No! —Todos lo miraron sin entender.
— ¿Como que no? Ella tiene que saber que tú
— Ella cree que yo soy Emir. — Todos lo miraron no entendiendo nada.
— Será que mejor le expliques bien, por qué no entiende nada y ella lo merece.
—¡Madre! Ahora no.—Respondió tratando de evadir todo.
—Ahora sí Ugür, ¿Como has podido hacer algo así? ¿Que le dirás a Emir cuando despierte? Yo creí que ya le habías dicho la verdad por lo menos a ella, se entiende que Yara está delicada, ¿Pero Adhara?
—No lo hice por el madre, lo hice por ella, mirala, por Yara, lo hice por ella, ¿Acaso no has notado su cambio.
—¡Ugür!
—Esperemos a que mi hermano se levante de esa cama y sea él quien decida. Pero no quiero que le digan nada a Raphaella.
Salió de ahí sintiéndose miserable, por la amenaza a los abuelos, que le hizo creer a ella.
Subió a su auto y fue al ala norte y la vió en el jardín junto a Aylín Dylara y a Yara Elif.
—Raphaella, ¿podemos hablar? —Habló en tono fuerte.
—Estoy con la niñas, no puedo.
Ugür caminó hasta ella donde estaba sentada la agarró del brazo y la llevó casi  arrastrando al auto.
—Te volviste loco, suéltame.
—¿Por qué la tratas así tio.?—Corrió Aylín tras de ellos diciendo esto y de pronto el silencio reinó en el ambiente.
Adhara miró a Aylín Dylara y a ese Emir frente a ella.
— ¿Tío? ¿Como que tío?¿Que broma es esta? ¿Acaso no eres su padre?Explícame por qué no estoy entendiendo nada.
Ugür miró a Adhara, tragó el nudo formado en su garganta, y respondió.
— Esta bien, ven vamos ya no más secretos.
Adhara Raphaella siguió a Ugür en silencio, subió al auto y fueron al ala sur de la mansión.
—¿Por qué me llevas a ese lugar? Esta prohibido para mí.
—Ya sabras la razón por la que te he prohibido ir a esa parte de esta mansión.
Ugür dio la vuelta y llegó a ala sur, la ayudo a bajar la tomó de la brazo y la llevó a la planta alta, todos estaban ahí cuando las puertas del ascensor se abrieron, todos miraron en esa dirección lo miraron a Adhara junto a Ugür, este en silencio camino y la llevó a la habitación, abrió la puerta Adhara estaba en una confusión totalmente desconcertante, jamás se imaginó que Emir tuviera un gemelo y peor aún que este lo suplantara  en todo incluso frente a sus hija.
—¿Que broma es esta?—Habló Adhara mirando a Emir dormido profundamente y luego a Ugür, dos gotas de agua, así como ella y su gemela, con la diferencia de que ella tenía los ojos marrones.
— ¿Acaso ves que en esa cama hay una broma? —Respondió Ugür
— La broma de que uno se haga pasar por el otro, eso es de muy mal gusto.
— No lo hago por qué me divierta, es por mi sobrina.
— Lo entiendo perfectamente, pero
— ¿Acaso no lo hiciste jamás con tu hermana?
— No es lo mismo, esto es más serio, las niñas, ¿Con quién trate yo todo estás veces? ¿Quien fue el hombre en París?
— El. — Respondió sin dudas.
— Deja y te cuento
Ugür contó que a quien ella conoció en la dulcería de París fue a Emir, y en el hospital general Gemelli a él, por las afecciones cardíacas de Yara Elif.
Adhara trató de asimilar todo y comprendió el comportamiento de alejamiento e indiferencia de ese Emir que ella creía.
— Eres un.. son unos..¡Aaaah! Los odio a los dos a ti por, mirá no te me acerques más, no verte sería lo mejor.
Adhara salió de la habitación tomó el ascensor ignorando a Ezra.
— Raphaella..
—Ahora no Ezra, ahora no, yo confiaba en ti, y me engañaste , todos ustedes me engañaron.— Dijo con mucho coraje y se alejó

Las puertas de la caja metálicas, las lágrimas rodaban por sus mejillas, caminó a paso ligero y luego de cinco minutos llegó al ala norte, subió a su habitación agarró las maletas y empezó a preparar todo para irse de ahí. Ya con todo empacado fue a la habitación de Yara Elif y lo que escuchó no le estrujo el corazón.
Aylín Dylara y Yara Elif hablando de ella.
— Yara pero ella no es nuestra madre, si nuestra madre no nos quiso, como nos va a querer otra que está aquí por la fuerza,.
— Eso no es verdad, mamá Raphaella nos ama y ella está aquí por eso, por amor a nosotras,papá también la ama solo que no quiere aceptar lo, recuerda que la buscó por mucho tiempo.
—Eso no es verdad, papá odia a las mujeres por culpa de Genevieve, cree que todas son iguales.
Adhara se volvió a su habitación, cogió la maleta y la guardó nuevamente en el closets, sentada al borde de la cama, sus pensamientos eran un caos.
— ¡Dios! soy víctima de las bromas que le hacíamos a nuestros amigos, pero esto es mucho más serio, ¿Que hago? Acabo de ver al hombre que es dueño de mis pensamientos desde que hace años postrado en una cama, y él me odia, en general a todas. ¿Para que me buscó entonces? Claro para encarcelar me ¡uy! desgraciado. — Su asombro fue tanto que sintió un dolor al creer en su propia teoría.




—¡Ay no! Si odia a las mujeres es por que le, gustan los hombres, Santo Cristo bendito sea Dios, que desperdicio de hombre. Bueno voy a esperar a que se recupere y hablo con él, y  luego me iré, mi niña hermosa debe entender y aceptar a su padre tal y como es. —Adhara se hablaba ella misma. Suspiró profundo cerró los ojos y trato de tranquilizarse, fue a la habitación de Aylín Dylara, pues tenía que explicarle cosas.
— Aylín, ¿Podemos hablar?.—Tocó la puerta y preguntó.
—Estoy haciendo tareas.
— Solo un momento, por favor.
— Adelante.
Adhara pasó, la vio acostada sobre su cama sin libros, solo con los audífonos ya puestos.
— Creí que hacías tareas.
— Es una forma elegante de decir no me molestes.
— Aylín, quiero decirte que..
— ¿Que ya te vas? Pues que bueno, así mi hermana no sigue con esa tonta idea de que están aquí por que la quieres.
—Claro que la quiero, a las dos.
—Mentira, estás aquí por que tío Ugür te trajo a fuerzas.
—¿Siempre supiste que era el?
— Toda la vida, siempre el a suplantado a mi padre cuando estuvo en depresión por las maldades de mi madre.
Adhara sintió doler su corazón, como una mujer podía dañar a una familia así, como madre y como mujer.
— Cariño, ya se la verdad, de mis, .... bueno  Ugür me dijo que puedo irme.
— Y que esperas, no hace falta que te despidas.
— Mi amor, estoy aquí para decirte que no me iré, me quedaré a su lado.
Aylín miró a Adhara a los ojos y está vio en ellos un destello de alegría que trató de ocultar la pequeña.
— ¿Te puedo abrazar?—Preguntó Adhara acariciando sus cabellos.
—No, puedes darle ese abrazo a mi hermana, ella siempre a creído en esa mentira que mi tío Ugür le hizo creer, de que tú la amas como hija y ella se lo creyó. —Adhara tragó el nudo en su garganta, sintió doler su corazón ver que esa pequeña tenía amargura en su corazón, a pesar de su edad, Adhara se acercó más y sin recibir respuesta la abrazó, ese abrazo hizo que unas lágrimas salieran de los ojos de Aylín.
— Aunque no me creas, me quedaré aquí por ustedes, por que las quiero, y no me importa si a tu padre le....— Adhara se quedó en silencio al ver por dónde iba el hilo de sus palabras, ¿Como le podía decir a esa pequeña que la razón de la adversidad de su padre por la mujeres era por que le gustaban los.? No por las maldades de su madre como ella decía.
" Me niego a decirlo, ¡Ay no! Pero si es la verdad" —Se cuestionaba mentalmente.
Aylín Dylara no respondió a ese abrazo, no quería sentirse defraudada, y ser así, indiferente a toda demostración de sentimientos era la forma de proteger su corazón.
Los días pasaron y ya Emir estaba totalmente recuperado, contó a su familia como sucedió lo del accidente. Y se dispuso a tomar nuevamente el control de todo, en el ala norte Adhara Raphaella junto a las niñas en el jardín ayudando con las tareas escolares no se percató de que era vigilada por una mirada intensa, en lo alto de la mansión ya Emir estaba en la terraza de su habitación.
—Raphaella, que hermosa te vez, mi loca. Sacudió sus cabello ante esas palabras involuntarias que salieron producto de la emoción que sintió al verla ahí riendo junto a Yara Elif.
— Chicas, ¿y si vamos a preparar un pastel? Se me antoja uno ¿Les parece?
—¡Siii! Vamos vamos y esperamos a papá con un rico pastel para la cena.
Dejaron todo ahí y fueron a la cocina, ya estaban entre risas preparando cuando Yara empezó a tirar harina sobre ellas, Adhara hizo lo mismo y entre dar vuelta fue a caer junto a Emir, ella lo miró, y luego a las niñas y se alejó, y entonces comprendió, Aylín corrió a los brazos de su padre, cosa que no hacía antes, luego lo hizo Yara Elif, su corazón latió tan fuerte  ahora estaba frente al grandísimo imbécil en el que siempre pensó.
"Es él, ahora es él"  y entonces vio una pequeña marca de nacimiento en lo alto de su quijada, antes no la vio, simple mente por que Ugür no la tiene.
— Disculpa todo el desorden, yo me retiro a.. — Se disculpó Adhara.
Emir sonrió y se acercó a ella.
— ¿Quieres acompañarnos a preparar la cena?.
Preguntó con una sonrisa.

UN TRATO CON EL CEO (5to libro de la saga cielo eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora