CAPÍTULO 25

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Adhara estaba en la sala de quirófano.
Mientras en la sala estaban esperando por noticias.
El llanto del primer bebé se escuchó, fuerte, fue recibido por el pediatra que lo puso en el pecho de Adhara Raphaella sintiendo su pequeño cuerpecito sobre ella, dos minutos después estaba llorando la pequeña.
Los dos bebés estaban en su pecho, sus lágrimas rodaban, deseó tanto en su corazón que Emir estuviera ahí, pero era algo que no podía ser.
—Mis amores, mis vidas, mis tesoros más preciado, ustedes serán mi motor de vida, tu mi pequeño, tu nombre será Ahmed Iskander y tú mi princesa serás Handan Deniz.
Los entregó al pediatra y los llevaron a neonatología. Los médicos continuaron y una hora después Adhara estaba en la habitación de recuperación.
Yoris, Toria y Daimon estaban junto a ella.
—Nuestro niños son hermosos mi amiga, me volveré caníbal con esos bomboncitos.
Todos rieron, y salieron de la habitación dejando descansar a Adhara.

Mientras en Estambul.
Ocho meses atrás.

Emir se sumergió en el trabajo, sabía que Adhara cuando desaparecía no dejaba rastros para ser seguida.
—Emir, el detective es aquí. —Habló Lavinia quien se quedó en el puesto de Zeynep.
—Hazlo pasar. —respondió sin mirarla,
Selim siguió adelante con poco y nada de la información que tenía para su amigo, Emir lo miró y este hizo un gesto de negación y comprendió.
—Otra vez desaparecida sin dejar rastros alguno. No comprendí que pudo suceder para que tomara esa decisión.
—Que te puedo decir Emir, mis hombres en Italia dicen que no está ahí, todos están tranquilos, es como si no supieran nada y está información la saqué del personal de Gemelli, uno que otro dío poca información.
Emir tiró todo lo que estaba sobre su escritorio al suelo.
—¡Joder! ¿¡Por qué a mí!? Maldita sea. ¡Déjame! ¡déjame solo!. —Gritó, o talvez ordenó.
Tomó su gabardina y salió sin mirar ni decir nada, Lavinia lo vio salir y una malévola sonrisa se formó en sus labios.
"Sufrirás mucho más, es el precio de tu rechazo." Pensó.
Emir llegó al estacionamiento fue al club SÜSLÜ fantasías, fue a la sala VIP, pidió una botella de whisky y bebió hasta perder la razón. Muy entrada la noche, estaba muy ebrio sentía que su mundo daba vueltas, de pronto percibió un aroma muy parecido al de Adhara.
—¿Por qué Raphaella? muy poco fue tu amor por mi, iluso yo, imbécil yo.
En su desvarío se durmió, y fue arrastrado por esa mujer que entrada la noche llego a él.
Lavinia lo había llevado a la habitación de la oficina.
Como pudo lo llevo a la cama y lo dejó ahí, ella se acostó a su lado y durmió junto a el.
Al amanecer se levantó muy despacio y se acostó en el suelo, ahora jugaría a ser la recatada Lavinia.
Cerró los ojos al sentir que Emir despertaba y se levantó.
—¿¡Lavinia!? Por dios mujer ¿Qué haces aquí?
—¡Mmm! ¡Ay! Discúlpame Emir si te molesté, es que anoche me llamaron de un club, no recuerdo el nombre diciendo que estabas muy ebrio, y no sabía dónde llevarte, a tu casa no, por que no quería que las niñas te vieran en ese estado. Por eso te traje aquí, y como era muy tarde y no tengo auto me quedé a dormir aquí en el suelo.
Lo que ella pretendía surtió efectos en el, por que Emir se sintió culpable, la ayudo a levantarse y la acostó en la cama.
—Trata de descansar debió ser incómodo dormir ahí en el suelo.
—Ni te preocupes Emir, yo quería pedirte perdón por mi feo y mal comportamiento del pasado, me sentí tan avergonzada y te agradezco mucho el que me dieras otra oportunidad y no echarme del trabajo.
—Tranquila yo no mezclo lo personal con lo laboral, eres muy eficiente en tu trabajo.
Así pasaron los meses.
—¿Aún no tienes noticias ? —Era la pregunta de Emir todos los meses
—Nada, es como que si se la tragó la tierra, ni rastro y sombra de ella. —Era la respuesta de Selim.
Un año pasó con es pregunta y misma repuesta, Emir y Lavinia habían forjado mucho su amistad, ella se volvió muy cercana a él.
—Emir, la cena con los accionistas es hoy, ya está todo listo, me voy temprano.
—Tienes que venir conmigo. —Ordenó sin mirarla.
—La última vez dijiste que no era necesario. —Respondió fingiendo se dolida por el rechazo.
—Es necesario que tomes nota.
—Está bien, enseguida estera lista.- respondió sonriendo, sin que Emir lo notara, cada día era más cercana a él pero no al punto que ella deseaba.

Un año pasó era la celebración de Ahmed Iskander y Handan Deniz, era una pequeña reunión con los tíos Yoris Toria y Daimon estaban.

—Adi, no crees que es .
—No Toria, no digas lo que estás pensando, Emir debe estar feliz con su Lavinia Valvonesi, y yo no seré quién destruya su felicidad.
Mientras en Londres, también festejaban el cumpleaños de Hande Nuray, junto a su madre y tía.
Emir y Ugür, seguían metidos en sus trabajos, Ugür se dedicó a la administración de las haciendas mientras Emir en las empresas. El tiempo pasaba sin tener rastros de Zeynep y Adhara, y eso era algo con lo que no lograban estar bien.
—¡Selim! No es posible que no des con Raphaella, ¡por Alah! Encuéntrala, dedica te solo a eso.
Selim miró a Emir, frunció el ceño y respondió.
—Emir, ¿crees que no le doy prioridad a tu caso?
—Estoy desesperado Selim, deseo encontrarla ya.
—Te entiendo hermano pero no está en mi no poder encontrarla, no tiene datos públicos en redes sociales. Y en Italia no está.
—La encontraré y me va a explicar por qué se fue sin decirme nada.
Ugür estaba igual de desesperado, no saber nada de Zeynep lo estaba volviendo loco.
Los días pasaron, convirtiéndose en meses y estoy en años. Dos la transcurrieron y ahora era el cumpleaños número tres de las mellizos y de Hande Nuray.
Zeynep había viajado para concretar la compraventa de un nueva cadena de hoteles en Berlín.
Estaba en la reunión de cierre de contrato, en el restaurante exclusivo de la cuidad cuando una voz familiar le llamó la atención.
—No, yo no estoy de acuerdo con ese cambio de turnos, es muy agotador tener guardia de veinticuatro horas.
Dijo Adhara caminando a una de las mesas.
Zeynep se gira y la ve con su grupo de amigas, Zeynep quedó de piedra al verla.
—¡Carajo! Si el señor Emir me ve, le dirá s Ugür. —pensó sintiendo frustración.
Adhara se sentó en la mesa gente a ella y quedó de igual forma.
—¡Rayos! Ugür está aquí. —Igualmente pensó y se cuestionó mentalmente. —Seguro que le dirá a Emir.
Zeynep la miró fijamente y se pusieron de pie.
—Si me disculpan, voy al tocador y vuelvo en un momento.—Se excusó y fue al baño seguida por Zeynep.
—Por favor —Se dijeron al unísono.
- Hola Zeynep, discúlpame. —Se disculpó y dieron un abrazo. —En verdad , discúlpeme, creí que estabas con Ugür.
—¿Acaso no andas con el señor Emir?
—No, Emir y yo terminamos divorciando nos.
—Lo lamento mucho, de verdad creí que andabas con el.
—¿Y Ugür? ¿Por qué no está contigo?
A Zeynep se le hizo un nudo en la garganta y respondió.
—Ugür y yo no tuvimos una relación seria, solo fueron un par de encuentros nada más, y no fue nada especial y terminó así nada más.
—Mira, para ponernos al día nos vemos después, ahora tengo un almuerzo, con ello y me imagino que tú estás en algo serio con ellos.
—Sí estoy cerrando un negocio de compra de una cadena de hoteles para mi tía la cual voy a administrar yo.
—Felicidades Zeynep.
—Gracias Raphaella, ¿que te parece si nos vemos mañana con más tranquilidad y hablamos.?
—Me parece bien.
—Entonces nos vemos mañana almorzamos juntas y nos ponemos al día.
Salieron cada una a su mesa, comieron, pero el ambiente se volvió tenso, no pudieron disfrutar del momento. y luego salieron a sus respectivas residencia.
—¡Mamá! —Habló Ahmed Skender.
—Mi amor, ¿Se portaron bien?
—Shi mami. —Respondió Handan Deniz.
Los llevo a su habitación, y los durmió a cada uno en su cama.
—¡Emir! Emir, como olvidarte si tus hijos me recuerdan a ti a cada instante.
—¿Qué te sucede, Adi? Estás tensa desde que llegastes de la cena. — Interrogó Marta su nana y ahora de los mellizos.
—Nana, vi a Zeynep, la novia de Ugür, y de pronto creí que él estaba con ella, me sentí descubierta.
—No vas a huir toda la vida, hija, en algún momento de tu vida tendrás que enfrentarlo, cuando ellos empiecen a preguntar por qué sus amigos tienen un papá y ellos no.
Una lágrima rebelde rodó por sus mejillas, Adhara sabía que Marta tenía razón, suspiró profundo, los miró y luego acarició sus cabezas.
—Yo sé que ellos no tienen la culpa, Emir me lastimó, me traicionó con esa mujer. —Habló apretando los dientes y los puños.
—Ellos merecen una oportunidad.
Un sollozo se escuchó y Adhara se abrazó a su nana buscando un refugio en ese abrazo. Suspiró profundo y su Nana le dijo.
—Mañana será otro día mi niña, recuerda que cuando más oscura es la noche es por que está próxima a salir la luz del nuevo día.



UN TRATO CON EL CEO (5to libro de la saga cielo eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora