Tres días pasaron en los que a Yara Elif la estaban trasladando a UCI.
Adhara se olvidó de su merecido descanso y estuvo pendiente de la pequeña.
— ¡Hola! Pequeña Yara Elif, ¿Cómo estamos hoy?
— Mama bonita, estás aquí estoy mucho mejor que antes de ayer, pues tendrán Yara Elif para mucho rato.
— Ese optimismo me agrada mucho mi niña.— Respondió sonriendo.
— Cariño, trata de dormir, estás aún muy delicada, no te fuertes mucho ni te agites hablando, si, regreso al rato.
Adhara Raphaella salió del área de UCI y fue al su consultorio, de camino vio a Aylín Dylara que ya le estaban dando el alta.
— ¿Será que puedo ver a mi hermana?
— Veremos qué dice la doctora.
Emir fue con Adhara, tenía que verla para saber, fue al consultorio y al verla un destello de aquel recuerdo llegó a su mente cuando la vio envuelta en sábanas.La miró y recorrió su rostro, miró sus labios carnosos y rosados naturales. y luego nuevamente miró sus ojos.
Tragó el nudo de su garganta y pudo hablar.
— Tú, ¿tú eres esa loca envuelta en sábanas?
Adhara sintió arder su rostro de lo roja que se puso.
— Me está confundiendo señor Aksoy.
— No hay otra loca en esta vida que se desnude en una dulcería en París.
Adhara parpadeó, tragó grueso, pues ese episodio de locura quería olvidarlo.
— Señor Aksoy.
— Denis, dime Denis.
— Señor Denis, está frente a una profesional, no frente a una loca en calzones.
— Como sea, te buscaron y desapareciste sin dejar rastro, quería pedí disculpas por ese gran error.
— Esta disculpado señor y por favor limitarse a hablar solamente de la salud de su hija, ese mal episodio de mi vida ya no lo recuerdo, y más no es prioridad en mi vida. Y a todo esto, su esposa debería estar aquí para que puedan ya pasar a ver a su hija juntos, eso sería bueno para ella.
— No, Ezra no es mi. — Las palabras de e fueron interceptadas por Kerim.
— Rafi, cariño será que.. ¡Ay perdón! no sabía que estabas con pacientes.
— Dime Kerim, el señor ya se iba. Señor cualquier consulta puede llamar al médico de turno.
Adhara señaló la puerta dando a entender que saliera.
El salió del consultorio de Adhara y fue a la sala de espera de UCI.
— Casi lo echaste de aquí.
— Te llamé con el pensamiento, ¿recuerdas a ese grandísimo imbécil?
— ¿No me digas que es el?
— Si te lo digo.
— No lo creo, el destino es cosa seria, salimos de París casi corriendo aquel día y mira dónde lo vienes a encontrar.
— Así es, ya no puedo seguir huyendo.
Tres días más pasaron y Yara Elif fue pasada a una habitación simple.
Los médicos pasaron revisión y junto a ellos estaba Adhara Raphaella, los ojos de la pequeña Yara Elif se posaron en los de Adhara.
— ¡Mamá! — Expresó Yara con mucho entusiasmo, algo que sorprendió a
Adhara.
— Tranquiliza te, pequeña, no debes alterar te, te hace daño. — Habló Kerim, al ver la confusión en los ojos de su amiga, la pequeña seguía llamando la mamá.
Hicieron el cambio de turno, salieron de la habitación Adhara no comprendía esa actitud de la pequeña.
— ¿Estas bien? ¿Por que esa pequeña te llamó mamá.?
— No lo sé Kerim, desde que la rescaté me dice así y creí que por el susto ella se confundió, en UCI pasó lo mismo creí era la reacción de la intervención, peto ahora veo que no es así
Mientras tanto.
— Papá, volví a ver a esa mamá que me salvó de la ..
— Lo sé hija, yo también la vi, y le agradecí por lo que hizo.
Dos días después
Yara estaba muy ansiosa Adhara no volvió a pasar revisión y fue Kerim quien le fío el alta.
— ¿Ya no veré más a mamá?
— Claro que la verás hija en cualquier momento vendrá a verte.
Emir llevo a las gemelas a la mansión que tenía en Roma, y volvió al hospital en busca de Adhara.
Caminó por los pasillos y fue a su consultorio con la mano puesta en el pomo listo para abrirla y entrar, pero lo detuvo lo que escuchó.
— Por eso no quise verla más, no esta bien que yo cree un vínculo con los pacientes, imagina si hiciera eso con cada uno de ellos, no me los quitaría de encima nunca, y no estoy para eso.
— ¿Ni siquiera con Yara Elif? - Preguntó Kerim
— Ni siquiera con ella. — Respondió sintiendo un estrujón en su corazón sin saber por qué.
Emir apretó tan fuerte los dientes y giró sobre sus talones.
— Imbécil yo, de creí otra cosa. Salió del estacionamiento del hospital como alma que lleva el diablo, llegó a casa fue directo a la oficina, sirvió un vaso de whisky, y lo bebió de un solo.
Ezra lo vio llegar y fue tras de el, al verlo furioso y trató de hablar.
— Hermano, ¿Qué sucedió?
- A mi me pueden rechazar, pero a ellas no, eso no lo permitiré jamás.
— ¿ De que hablas? No entiendo nada.
— Prepara el viaje a Estambul, nos iremos esta noche, a mí regreso ya tienes que tener todo listo voy a salir
Emir salió y volvió al hospital, esperó a que el turno de Adhara terminara para seguirla.
Adhara terminó con la agenda del día preparó sus cosas y salió, fue directo al departamento sin imaginar que era seguida por Aksoy.
Llegó al parqueadero privado tomo el ascensor y fue a su departamento.
Emir subió por otro y miró cada vez para cerciorarse de donde estaría el departamento de Adhara.
Salieron de la caja metálica al mismo tiempo y para sorpresa de Adhara Emir estaba frente a ella.
— ¿Qué se supone que es esto? ¿Una persecución? ¿Me está siguiendo señor Aksoy?
— Necesito hablar contigo.
— Señor, lo.
— No estoy pidiendo hablar con la doctora, si no con la mujer.
Adhara Raphaella hizo un gesto de sorpresa que no fue desapercibida por Emir.
— No le veo el caso señor Aksoy no se qué tengamos que hablar, usted tiene un mal concepto de mi como mujer así que.
— No es a mi a quien le caes bien Adhara, es a mi hija y ella te quiere a su lado.
— No soy un objeto de adorno, ¿Qué te pasa? Ubicarte en tus cabales.
— Irás conmigo por qué no pondría re en riesgo la vida de mi hija Yara te está esperando y le prometí que te llevaría con ella.
— ¿Estás loco? No puedo ir contigo, tengo mi trabajo.
— Te pago el triple.
— No es por dinero.
— ¿ Entonces? Pide lo que quieras pero se la doctora personal de mi hija.
— Busca otro médico, yo no trabajo para nadie en particular
— No me obligues a llevarte a la fuerza.
— ¿Es enserio? En verdad estás loco.
Emir la tomó en el hombro fue al ascensor mientras Adhara Raphaella iba pataleando y tratando de zafarse.
— Suéltame, estás loco te acusaré de secuestro.
— Has lo que quieras, pero en Estambul por qué es allá donde estaremos viviendo.
— Suéltame loco suéltame.
Emir la subió en el auto luego lo hizo él y salieron de ahí.
— Estarás frente a mi hija, y le mostrarás amor cariño y comprensión, por qué de lo contrario.
— ¿Que? ?que harás si no lo hago?
— Tienes una familia muy grande y no querrás que les pase algo ¿Verdad?
— ¿Algo?
— Por ejemplo, tus abuelos Pierre, están en un crucero y muchas personas desaparecen en esos viajes.
— Eres un maldito miserable.
— Por la salud de mi pequeña y su débil corazón soy eso y peor.
— ¿No serás capaz?
— No quiero demostrarte lo.
Adhara sintió doler su corazón, pensar en ese hombre de una forma y verlo comportarse de otra no era nada agradable para ella.
Llegaron a la mansión, Emir bajó del auto y le ordenó hacerlo ella también.
— No esperes a que yo te abra la puerta, sal tu sola y rápido.
— Eres un imbécil .
— No es novedad. Sígueme y más te vale que digas que lo haces por voluntad propia.
— Te detesto.
Adhara caminó tras él y mirando fríamente a todos lados.
Entraron y Ezra la vio y sonrió al verla.
— ¡Hola Adhara!!
Adhara Raphaella la miró y frunció el ceño. ¿Cómo era posible que ella permitiera tales caprichos de su hija? Llamarla mamá, eso no era normal.
— Definitivamente, esta gente está loca.- Pronunció para si misma.
— No murmures y sube.
Adhara Raphaella lo fulminó con la mirada, y siguió con un pensamiento confuso.
" En verdad que esta niña me confunde."
Emir abrió la puerta y una sonriente Yara lo recibió.
— Papi, ¿mamá vino contigo?
— Si mi vida, ven Adhara, por favor.
Adhara Raphaella suspiró profundo y muy despacio se adentró en la habitación de Yara Elif.
— ¡Hola! — Fue lo único que logró decir.
— Mamá, viniste a verme, ven siéntate aquí conmigo.
— Hola cariño, me alegra que estés bien.
— ¿Sabes? Papá y yo te buscamos por mucho tiempo, el quería agradecerte que me ayudaras aquella vez.
— Tranquila mi niña, ya estoy aquí y no me voy a separar de ti. - Dijo mirando con odio al Emir que tiene frente a ella.
— Que bueno, papá está feliz verdad papá.
— Si así es mi princesa.
— Puedo hablar contigo por favor. - Pregunto mirando a Yara y luego a él.
— Claro que si, vamos, ya regresa tu madre para quedarse contigo princesa.
— No tardes por favor.
— No lo haré, será solo un momento.
Adhara y Emir salieron de la habitación y fueron a la oficina.
— ¿Todo bien?
— No, no está bien, escucho hablar a Yara y me da malestar con tu esposa, ?qué clase de persona son? ¿O eres de los que tienen un harén? Por eso ella está tranquila.
— Mira doctora, estás aquí para complacer a mi.. hija, no para entender nada. ¿Estamos? ? entendiste?
— Me dan asco. — Vociferó Adhara muy furiosa y apretando los dientes tanto que dolió.
Emir la cogió de la mano y la llevó a arrastras escalera arriba.
— Estarás con Yara hasta que sea la hora de irnos al aeropuerto y marcharnos a Estambul, y ve que le dirás a tus padres.
Adhara sintió estrujar su corazón, nuevamente separarse de su familia no era algo que tenía en mente.
Una hora y media después, estaban abordando el avión para marcharse lejos de Roma.
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UN TRATO CON EL CEO (5to libro de la saga cielo eterno)
Non-Fiction¿Que pasa cuándo los malos entendidos te llevan a proponer Un trato con el CEO ? Adhara Raphaella, por vengarse del hombre que le destrozó la vida a su hermana, ve en Emir el candidato perfecto para su propósito. Un hombre que no cree en el amor, y...