CAPÍTULO 18

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Salieron al aeropuerto y todo estaba listo y despejado para abordar  el helicóptero que envió y esperaban por ella.
— Ahí el piloto del helicóptero te llamará al hospital.— Era el mensaje recibido de parte de Mario Luis.
Las horas pasaron, y en el helipuerto del hospital aterrizó el helicóptero.
Mario Luis se presentó y entregó las batas blancas.
—¿Todo está listo, Mario Luis?.
— Todo está listo, ya está en área de quirófano, ahí está un terapeuta su nombre es Xavier, él la tiene, y tendrás que llevarlo a él también, por sé se verá en problemas si se queda.
— Perfecto, vamos. — dijo poniendo su bata blanca, acompañada de Emir.
Logró sacarla y llevarla con ella, subieron al helicóptero que los llevó al aeropuerto y ya estaban de de vuelta a Estambul, donde Amaranta enseguida fue ingresada al hospital.
— Todo está bien mi niña, estarás bien, y vas a superar todo lo que has pasado. — Adhara Raphaella acarició sus cabellos mientras le hablaba a su gemela, y esta solo la miraba con sus ojos llenos de lágrimas.
— Tranquila Adhara, si es fuerte como su gemela, seguro saldrá de este mal momento. — Emir trató de darle tranquilidad.
La vio alejarse, y sus lágrimas contenidas se derramaron por sus mejillas, Emir abrazó a Adhara dándole apoyo, nunca, en el tiempo que tenía tratando la, la vio tan vulnerable, Adhara se rompió en llanto, jamás imaginó que su otra mitad tratara de quitarse la vida.
— No se las razones que tuvo mi hermana para querer atentar contra su vida y la vida de su bebé, pero juro que Salvatore De la Rosa, me las pagará.
— Si puedo ayudarte en algo, sabes que estoy a tu disposición.
— Gracias Emir, pero esto no te incumbe.
Emir la miró. ¿Qué se creía esta engreída? decir que no le incumbe, cuando le pidió ayuda.
— Me incumbe, por que me involucraste.
Adhara lo fulminó con la mirada y respondió.
— Pues míralo como forma de intercambio de favores. — Respondió, y continuó sacando su celular.
— ¿Favores? — Preguntó incrédulo de lo que escuchaba.
— Si, favor yo estoy callando tu verdad, eso es una verdad que no te atreves a revelar.
— ¿Es en serio? ¿De verdad me estás haciendo ese favor.?
Adhara lo miró y se hizo de hombros encogidos.

— Llamaré a mis padres deben estar preocupados.
Les dio la información a su familia, que de inmediato estuvieron ahí en Turquía.
Los meses pasaron,
— Adhara, Salvatore está aquí, mis hombre lo tienen vigilado —  Le dijo Emir en voz baja. Adhara lo miró sorprendida.
— ¿Cómo que Salvatore está aquí en Turquía, como se enteró si cada información de cada uno de nosotros, es borrada de todo sistema? — Expresó Adhara con cierta molestia.
Cogió el teléfono y marcó a Dante, era el CEO de una parte de las empresas de telecomunicaciones de Alessandro.
— Dante. ¿Cómo has dejado filtrar la información de dónde está Amaranta?
— Hermanita, dijiste que lo harías pagar, lo envié a ti para que lo hagas sufrir tanto, o más de lo que está sufriendo nuestra hermanita. Ahí te lo envié, está en tus manos.
Adhara Raphaella colgó y miró a Emir, una idea cruzó por su mente.
— ¿Quieres ayudarme a castigar a ese imbécil?

Emir la miró no tenía idea de lo que le propondría esa mujer que tenía como enfermera de sus consentidas hijas, y además era una loca con ideas extremas,
—Dime. ¿En que puedo ayudarte?
— Ya lo verás, va a llorar lágrimas de sangre. — Respondió apretando sus dientes.
—No entiendo. ¿Qué harás?  Pero si se que de esa loca cabeza no saldrá nada bueno encontra de ese tipo.
— Pues primero quiero que investigues hasta lo que come, donde va, y donde vive, mejor dicho todo.
— Está bien, deja, investigo los lugares que frecuenta. —  Respondió Emir.
Los días pasaron, convirtiéndose en una semana.
— Hermanita, Salvatore está en Estambul. — Amaranta estaba en shock por la noticia.
— No, no quiero que me encuentre, no quiero saber de él. — Pronunció con resentimiento.
— Amaranta se tiene que ir de Turquía. — Propuso Adhara, mirando a todos.
— Si me iré lo más pronto posible. Quiero irme a donde no me encuentre.

Amaranta se marchó de Estambul junto a sus hijos, Adhara y Emir regresaron a casa, sentía dolor en su corazón, pues no tenía idea de cuánto tiempo su hermana estaría lejos.
Todo seguía con normalidad, las niñas a clases, mientras Emir no dejaba de seguirle la pista a Salvatore, no tenía idea de que haría Adhara con esa información, pero cumpliría con su palabra.
Emir tocó la puerta y un adelante lo hizo seguir.
— ¿Cómo te sientes hoy?.
Adhara suspiró profundo y respondió
— Un día a la vez.
— Pues aquí lo prometido, todo los movimientos de Salvatore,
Adhara cogió la carpeta y vio tasa la información.
— Gracias Emir, Salvatore de la Rosa me las pagará buen caro.
— ¿Puedo saber que harás?
— ¿Ves este pin? Ese imbécil se lo dio a ella.
— ¿Y como es que tú lo tienes?
— Ella lo dejo olvidado en Hawái, y yo lo recogí, el va a creer que soy ella.
— ¿Aún no me dice que harás?
— Voy a llamar a Emiliano Stoffer D'Lions.
— ¿Y quien es ese hombre? — Preguntó achicando los ojos.
— Un enamorado de Amaranta.
Emir tragó grueso al imaginar el camino que llevaba la idea de Adhara.
— Pero aún no me dice que es exactamente lo que vas a hacer.
— Voy a salir con él, seremos como novios, y eso le..
— ¿Acaso te volviste loca?
Adhara lo miró sorprendida por la reacción de Emir.
— Aquí el loco eres tú, ¿Por qué reaccionas así?
— Por qué no voy a permitir que salgas con otro y mucho menos que te andes besuqueando con el.
— ¿Y eso a ti qué te importa?
— Me importa y mucho Serás un mal ejemplo para mis hijas.
Adhara lo fulminó con la mirada.
— ¡Ah! con que un mal ejemplo,  pues entonces me largo de esta casa, pero yo tengo que hacer sufrir a ese imbécil, y si con eso doy un mal ejemplo, ¡me voy! —Expuso un poco exaltada.
Emir la agarró del brazo cuando pretendía ir por sus maletas.
— De verdad que eres una loca, espera un momento a dónde crees que vas, tú de aquí no sales.
— Emir Aksoy, tú no tienes ningún derecho a retenerme aquí.

— Pues digamos que trabajas para mi,.
— Pues hoy renunció, y voy a llamar a Emiliano. — Adhara saco el teléfono cuando Emir se lo arrebató y lo tiró al suelo.
— ¿¡Te volviste loco!? ¿Cómo me has dañado el teléfono?
— Pues dices que te vas a vengar del tipo, y justo ahora está en una cafetería a tres cuadras de aquí si vas a llamar a tu amiguito va a tardar una semana en venir, vas a perder el tiempo y vamos a perderle la pista a Salvatore. Vamos ahora.
— ¿Tu me ayudarás?
— ¿Ves a alguien más aquí.?
— Pero tú no me sirves.
— ¿Cómo que no te sirvo?
— Eres gay.
— ¿Y eso que tiene? ?Acaso piensas acostarte con tu amiguito?
— Si, y tú no me sirves.
—  Soy un hombre...no
— ¿Y Kerim?
— Al carajo con él.
— Entonces vamos, pero primero tengo que ir a otro lugar.
Salieron de la mansión, llegaron a una clínica de oftalmología, donde Adhara compro lentes de contacto del color azul intenso, se los colocó se miró al espejo y vio a su gemela en el reflejo.
Sus lágrimas picaban por salir.
—  No voy a llorar, seré fuerte hermanita, tú serás fuerte a través de mí.
Salió del baño y caminó para salir a la sala, miró a Emir y sonrió.
— ¿Dónde está mi loca de ojos marrones?
— Escondida tras los ojos de Amaranta. ¿Seguro que deseas ayudarme en esto? — Preguntó sintiendo su corazón latir a mil, pues escuchar decirle, mi loca de ojos marrones era algo que no se esperó.
" No dejaría que otro hombre bese esos labios que serán míos" — Se dijo mentalmente Emir.
— Si, claro que estoy seguro.
— ¿Y Kerim no se pondrá celoso? Por qué de ser necesario tendré que besarte. — Le dijo "Y como lo disfrutaré" — Pensó.
— No, el comprenderá. — Respondió con sorna, y el alma se le fue al piso a Adhara ante esa respuesta.
— Bien, vamos por ese imbécil

Salieron Emir manejó y en cuanto pasaron cerca de Salvatore, Adhara sonrió feliz, y cuando llegaron al lugar cerca de donde estaba, Emir bajó del auto, dio la vuelta y le abrió la puerta, en el momento en que Adhara salió  se abrazó y besó a Emir, sentía su corazón latir de la emoción, se deleitaba besando a ese hombre. Separó sus labios y se miraron fijamente.
— Seguro que esta escena que ve le romperá el corazón. — Susurró en el oído de el.
— No te quiero como enemiga.— Le respondió el.
— Nunca lo seremos.
— Eso me agrada. — Dijo levantando su barbilla y hablando muy cerca de sus labios, bajó lentamente a punto de besarla, nuevamente y fue un grito fuerte que los saco de su ensoñación.
— ¡Suelta la! Ella es mi mujer.
Adhara lo miró sin inmutarse y se acercó a él.
— ¿Tu mujer? Tritón, no soy tu mujer, te envié la carta de divorcio, y con el contrato has lo que te dé la gana, ya no queda nada que me una a ti, nada Salvatore De la Rosa, sirena en mi, murió, toma te devuelvo el final de tu hilo. — Habló con expresión fría sin gesto de emoción, se quitó el collar y lo lanzó a sus pies, y continuó.
— Me cansé de ir cada año y esperarte en ese lugar donde prometimos volver, yo cumplí, y tú simplemente, lo olvidaste. Y cuando me encontraste me hiciste objetivo de tu venganza, pagar por algo que no tuve culpa.
— Ami Cris, escucha....
— Alejen a este hombre de mi vista.
Sus palabras fueron obedecidas  por los guardaespaldas que no lo dejaron avanzar. Adhara caminó de la mano de Emir y luego la abrazó, y ese acto  molestó mucho a Salvatore.
— ¡Eres mi mujer! ¡Aún estamos casados! ¡Amarantaa! ¡Amaranta escúchame!.
Adhara le dio una fría mirada y volvió a él, se paró frente a mirando sus ojos, e interrumpió sus palabras.
Quería verlo llorar sangre, y sin más le soltó lo inesperado para Emir que quedó en shock, pero lo supo manejar bien.
— No Salvatore, escúchame tu a mí, te envié los papeles de divorcio ya anulado nuestro matrimonio, ahora  te invito a mi boda con este hombre que si me valora y respeta y sobre todo, yo aprenderé a corresponder a su amor, a su devoción, seré su mujer en cuerpo y alma, el es mi verdadero amor.

UN TRATO CON EL CEO (5to libro de la saga cielo eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora