CAPÍTULO. 7

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Lavinia llegó a su cita al club cada noche por media, hacía de todo lo que su imaginación le permitía para tener a su hombre deseoso de más.
- Lista mi señor, estoy a su completa disposición. - Expresó con voz seductora y melosa.
Emir, tiró al suelo a su Genevieve, la golpeó con una fusta tan fuerte que ella solo se retorcía del dolor.
- Me has arruinado la vida, y aún lo sigues haciendo, debería matarte maldita mujer, te detesto, te desprecio, te aborrezco.
Con cada palabra Emir daba un fuerte latigazo, estaba sacando su dolor en el cuerpo equivocado.
Lavinia dio un último suspiro y cayó en un profundo desmayo.
Emir sin darse cuenta de quién se trataba, llamó a los guardias.
- Lleva a esta perra al hospital, no quiero volver a saber de ella jamás.
- Emir - Susurró Lavinia al borde de la inconsciencia.
Emir salió del club, y fue directo a su residencia, sonó su celular y era su gemelo Ugür.
- ¿Que pasa hermano? - Respondió Emir.
- Puedes venir a mi departamento, es urgente. por favor.
Emir cambió de dirección y fue hasta donde su hermano.
Ugür ya no podía más con suplantar a su hermano frente a sus hijas, tenía que ponerle fin a esto.
El timbre sonó y era Emir que estaba ya en la puerta.
- ¿Te sucede algo? ¿Cuál es la urgencia?
- Pasa hermano, y si, tengo una urgencia, y es muy grande.
- Pues dime.
Ugür contó lo que Ezra y el planearon para no dejar un vacío en el corazón de sus sobrinas, Emir escuchó muy atentamente sintió pesar en su corazón y se arrepintió de perder todo ese tiempo de sus gemelas.
- Perdón hermano, perdón por ponerte en éstas circunstancias, pero me sentía mi corazón destruido que no me creí que pudiera brindar algo bueno.
- Pero son tus hijas, y ellas te necesitan mucho, ve de viaje con ellas, tómate todo el tiempo que quieras, ve de viaje disfruta de ellas conócelas y deja que ellas lo hagan, yo deseo abrazarlas como mi sobrinas, por qué no quiero robar el afectado del primer abrazo que te brinden como hijas.
- Gracias hermano, gracias por cuidar de ellas, yo soy un egoísta, y trataré de remediar todo este tiempo perdido.
- Bien, ahí están todos los regalos que compré para el regreso de papá, estuviste de viaje todo este tiempo, el poni de Elif lo traen mañana, y Aylín Dylara solo desea tu presencia y abrazarte.
Lágrimas rodaban por las mejillas de Emir, se maldijo mil veces por ser un grandísimo imbécil con sus hijas.
- Por favor, organizarme un viaje de vacaciones con mis hijas, será un viaje largo.
- Con mucho gusto lo haré.
Emir salió del departamento de Ugür y este empezó a organizar el viaje.

Mientras tanto.
Genevieve pagó a uno de los médicos y fingió tener un pie fracturado, era la única forma de conseguir un techo y comida, manipulando así a sus amigas.
En el momento en que Genevieve y Waleska salían del hospital, era ingresada de emergencias Lavinia.
Waleska viendo como iba en ese estado se detuvo a preguntar.
- ¿Que le sucedió, doctor?
- Parece que la asaltaron y la golpearon, alguien llamó reportando su estado. ¿Usted la conoce?
Waleska dudó por un momento y respondió.
- Si, es mi amiga, por favor me informa de cualquier cambio, mientras iré a dejar a otra a casa y vuelvo.
Waleska salió del hospital en completo silencio.
- ¿Que sucedió con esa mujer, la conoces?
- Es Lavinia, la asaltaron y esta mal herida.
- ¿Entonces volverás al hospital?
- Vine por ti, es lógico que vuelva por ella.
Siguieron y llegaron al edificio de dos de vivía Lavinia y Waleska, Genevieve salió del auto con su muleta y fue al ascensor.
- Waleska volvió al hospital.
Genevieve vio irse a Waleska, quitó su envoltura del pié pidió un Uber y fue a la mansión Aksoy.
A lo lejos vio salir a Ezra y decidió seguirla, la vio estacionar el auto y bajó tiempo después vio llegar a Emir y bajar muchos paquetes, y entonces entendió.
- Es aquí donde viven mis hijas, las encontré, y ustedes serán un pasaporte a mi liberación muchachitas, deben servirme para algo.
Bajó del auto, y fue hacia dentro tocó el timbre y las puertas se abrieron.

Emir salió del departamento de Ugür llevando todo lo que habían comprado para sus hijas, llegó a casa Ezra estaba con ellas en la sala y no se esperó la sorpresa.
Escuchó abrir la puerta, y vio entrar a emir cargado de paquetes.
Emir dejó todo en el suelo y se quedó ahí viendo la reacción de sus pequeñas que corrían a su encuentro.
- ¡Papá! - Gritaron al unísono las pequeñas.
Emir se puso a la altura de ellas, abrió sus brazos y las acunó.
- Mis princesas, por fin las puedo abrazar.
Ezra miraba la escena con lágrimas en los ojos, por fin su hermano estaba ahí con sus hijas, valió la pena haber hecho trampa a la vida.
- Gracias mi hermanita, gracias por cuidar de ellas.
Dijo Emir le sentándose con las pequeñas en brazos.
- Que no haría por ti y por estas linduras, Emir. Ellas son inocentes de toda maldad.
El timbre sonó la muchacha del servicio abrió la puerta y como un vendaval estaba ahí Genevieve koslov.
Parada frente a sus hijas después de tres años sin verlas, las miró fijamente, y muy despacio caminó hacia ellas
Emir y Ezra no podían creer lo que veían, Genevieve koslov ente ellos.
Emir entregó a las pequeñas a sus nanas.
- Suban todas las cosas que ya voy yo.- Ordenó sin dejar de mirar a Genevieve.
Todos salieron dejando solos a Emir y Genevieve.
- ¿Que carajo haces aquí Genevieve?
Gritó muy enojado.
- Vine por mis hijas, y tu, no tienes derechos de impedir que las vea, quiero verlas ya.- Exigió
- ¿Con que derecho? Sal de aquí o te arrastro nuevamente, sal de mi presencia mujer.
Habló agarrando la del brazo y arrastrándola hasta los portones y arrojando la a la calle.
- Ahí es a donde perteneces, y no vuelvas a poner un pie en esta casa. Y si ustedes la vuelven a dejar entrar y no respondo ¿Entendieron? - Gritó a los guardias mientras miraba a Genevieve levantarse del suelo.
Fue a dentro llamó a y Ezra, la cuál bajo pronto.
- ¿Que sucede Emir?
- Prepara a mis hijas, viajaré con ellas. - Ordenó marcando el mi eri de Ugür.
- ¿Te irás con ellas? ¿Puedo ir con ustedes, ellas me necesitan.
- No hermana, esta vez será mi turno estar con ellas, quiero aprender de ellas, quiero aprender a ser padre y a conocerlas,
- Pero...
- No hay peros Ezra, es tiempo de que veas por tu vida, ahora me toca a mí.
Dos horas después Emir estaba abordando el avión que lo llevaría a Francia.
Se radicaron en París, y empezó una nueva vida lejos de Genevieve.
Las semanas pasaron convirtiéndose en meses y estos en años.
Cinco años pasaron y estaban recibiendo a la familia para festejar los ocho años de Aylín Dylara y Yara Elif.
Cinco años en los que tuvo paz emocional junto a sus pequeñas. El sonido del teléfono lo distrajo, miró la pantalla y era Ezra.
- Todo está listo hermano, solo faltas tú y el pastel.
- Ya lo llevo, voy en camino.- Respondió y colgó la llamada, estacionó el auto en una de las pastelerías más famosas de París.
Hizo las compras y sin mirar dio la vuelta y el pastel estaba encima de una joven de apenas diecinueve años que buscaba algo perdido en su cartera, para pagar el pastel de su cumpleaños.
"Tu ne vois pas où tu vas ?

- ¿Acaso no ves por donde vas? - Habló ella muy enojada al verse embarrada de crema pastelera.

"Ce n'était pas ma faute, mademoiselle

- No fue mi culpa señorita, le ofrezco una disculpa.

"je vous présente mes excuses.

- ¿Una disculpa? Una disculpa no va a limpiar mi ropa.

"Des excuses? Des excuses ne nettoieront pas mes vêtements.

- Entonces tome mi pañuelo, para que limpie un poco mi desastre. - Expresó apretando los labios para no reír al verle la cara llena de crema.

Aquella chiquilla de ojos marrones intenso, cogió el pañuelo y fue llevada al baño por una de sus amigas acompañante.
- ¡Imbécil! Mira como me dejó. - Adhara Raphaella estaba furiosa.
Emir hizo una nueva compra de pastel, y mientras hizo una llamada que de inmediato fue atendida.
- Por favor tráeme un, no, unos, muchos conjuntos juveniles a esta dirección, y no tarden.
Espero unos momentos y ya estaban llegando los pedidos.
Mientras Adara hacia el mismo pedido para su cambio de ropa.
Emir subió a su auto y se fue, sin olvidar aquellos ojos brillantes que lo miraron con odio.
"Era mejor salir de ahí antes de la bomba explote y sea peor con ella" Se cuestionó mentalmente.




Subió a su auto y esperó con una sonrisa que le llegó al corazón sin siquiera él, darse cuenta, hasta verle la cara a la chica de ojos saltones.
Adhara Raphaella, sorprendida por su pedido que llegó en abundancia, cogió lo primero que le mostraron, unos legins negros y una chaqueta roja a cuadros, se los puso sin mirarse al espejo, busco la tarjeta en su bolso y pidió.
- Cargue los a mi cuenta por favor. - Dijo extendiendo la.
- Ya todo está cancelado señorita.
Eso era algo que le sorprendió a Adhara Raphaella.
- ¿Quien canceló? - Preguntó muy alterada.
- El señor..
- Mira, no me interesa quien, toma tus prendas.
Esa loca del demonio empezó a quitarse la ropa en media pastelería quedando solo en ropa interior.
Emir no creía lo que veía. Todos miraban sorprendidos la escena.
¿Acaso se volvió loca?, bajó de su auto corriendo y quedando su gabardina llegó a ella y la cubrió, la subió a su hombro y caminó con ella a su auto.
- ¡Suéltame idiota! ¿Quien te crees que eres? ¿Pretendes deslumbranme con tu dinero? Pues fíjate que te equivocaste.
- ¿Acaso eres loca? Solo quería reparar el daño que causante con tu distracción.
- ¿Que yo tengo la culpa? Vienes cargando cajas una sobre otra y luego las tiras encima de mí.
Emir no dijo más nada, cada palabra salía peor.
La subió al auto y condujo en completo silencio, mientras Adhara Raphaella parecía una cotorra echando palabras y despotricando en su contra.
Llegó a su residencia, cogió en brazos nuevamente a Adara Raphaella mientras estaba pataleando y gritando, subió y la llevó a su habitación.
Ezra y los demás miraban en completo silencio sin entender ni comprender nada, Demir cogió las cajas con los pasteles y fue directo al jardín.

UN TRATO CON EL CEO (5to libro de la saga cielo eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora