Adhara logró recuperarse, Emir estuvo todo el tiempo pendiente de ella, miraba el celular de ella y veía los mensajes, enviados por el nombre de amor de mi vida.
No decía nada, pero su corazón dolía, Adhara había sido clara con el, diciendo que era solo un trato.
—Emir, no debes perder más tu tiempo aquí, yo estoy bien, ve a trabajar.
—No es perder el tiempo, estoy cuidando a mi esposa.
Su teléfono sonó y ella respondió.
—¡Hola mi amor! Como está el amor de mi vida, el hombre más lindo del mundo.
—Hola tía linda, mujer bonita. Extrañando te mucho, mami dice que estás enferma
—Si cariño, pero pronto estaré bien y entonces no vemos ¿Te parece?
—Siiii, ¿y me llevarás de paseo?
—Donde tú quieras mi vida.
Emir escuchó tanto amor en esas palabras y simplemente salió de la habitación sin decir nada.
Kerim estaba a punto de entrar cuando Emir salió y escuchó parte de lo que Adhara hablaba.
Miró a su amigo, le puso la mano en su hombro y le sugirió aclarar la verdad.
—Habla con ella, dile que la amas.
—No lo haré, ella fue muy clara, este matrimonio es solo un trato, uno que terminará en el momento en que ella decide.
—Pero puedes intentar conquistarla.
—Ella no me ama, tiene al amor de su vida, yo no tengo cabida.
—No hay peor lucha, que la que no se hace, tienes una ventaja, es tu esposa, no importa bajo que condiciones, pero lo es, aprovecha.
Emir miró a Kerim, claro que le haría caso.
Las semanas pasaron Adhara fue dada de alta, Emir no dejó ni un solo momento de cuidarla y consentir la, Adhara cada día se sentía comprometida con el, pero muy dentro de su corazón, sentía que sería reemplazada por Kerim.
—Raphaella, cada día estás mejor pronto podemos darnos unas vacaciones.
—Si, llevaremos a las niñas y festejaremos su cumpleaños, ya casi son unas señoritas.
—Adhara.
—Tranquilo Emir, podemos decirle a Kerim que nos encuentre allá.
Emir la miró y sonrió, suspiró profundo e hizo un gesto de negación.
—Ves, yo siempre adivino tus pensamientos. —Dijo ella con sonrisa triste.
—Si los adivinaras no tendrías esa confusión tan grande.
—¿De que confusión hablas? Yo estoy clara, nuestro matrimonio es un retrato de familia para los demás, tú y yo estamos claros en lo que es esto.
-—Lo sé. —Respondió en un susurro.
Emir no dijo más nada, simplemente hizo lo que el médico indico y salió junto a Adhara del hospital.
—Papá, tenemos que cuidar muy bien de mamá, ella no puede andar muy bien tendrás que cargarla en los brazos.
—No hace falta mi vida, yo tengo que andar sola, si no, no podré hacerlo.
—Entonces contrata a alguien para que te ayude si no deseas que papá lo haga.
—Yo lo haré cariño, no te preocupes.
Adhara miró a Emir, subió al auto con la ayuda de él, luego subió el al auto y salieron en dirección a la mansión.
El trayecto fue entra risas y charlas, cuando llegaron Emir tomó a Adhara en sus brazos y la subió a la habitación.
—Listo, estás en tu habitación, y estarás más cómoda, iré a preparar para que te des un baño.
—Gracias, pero ya hiciste mucho por mí.
—Mi esposa es lo primero y..
El sonido del celular les interrumpió.
—¡Hola cariño mío ¿Cómo estas?
Emir la miró y salió de la habitación y fue a la suya.
—No creo soportar esto, será ahora o nunca.
Salió de la habitación y nuevamente fue a la de Adhara Raphaella, entró con un vendaval arrasando con todo.
—¡Raphaella! Es ahora o nunca.
Adhara lo miró y dejó el teléfono a un lado.
—Te llamo después mi vida adiós, ¿Qué sucede Emir? ¿Qué es ahora o nunca?
—¿Tienes un amante? Por qué si es así, yo..
—Haber ¿explícame de donde sacaste que tengo un amante?
Emir la miró y luego el teléfono.
—Sin medir un poco de respeto hablas con él en mi presencia.
—¿De que carajos me hablas?
—Del hombre con el que hablaste recién.
Adhara soltó una sonora carcajada a ver la confusión de Emir.
Lo miró y luego le extendió la mano para que se sentará a su lado.
—Ven, que te voy a decir todo sobre el amor de mi vida.
—No quiero detalles de tu vida amorosa, solo se un poco más discreta.
Adhara cogió el teléfono y frente a él marcó el número que tenía por nombre amor de mi vida.
—¡Hola amor de mi vida! —Habló y lo puso en alta voz.
—¡Hola mujer bonita! Ya estas libre.
—No mi vida, estoy con el tío Emir, y desea hablar contigo.
Emir sonrió, vio el teléfono y habló.
—¡Hola campeón! ¿Cómo va todo?
—Cuida a mi amor, que pronto voy por ella.
Hablaron por un rato hasta que se despidieron.
—Ves ese es mi amante, Emir, si me casé contigo, aún sabiendo que tú y. — Sus palabras fueron interrumpidas,
Emir no dejó que ha hablara más, acunó su rostro y unió sus labios a los suyos.
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UN TRATO CON EL CEO (5to libro de la saga cielo eterno)
Kurgu Olmayan¿Que pasa cuándo los malos entendidos te llevan a proponer Un trato con el CEO ? Adhara Raphaella, por vengarse del hombre que le destrozó la vida a su hermana, ve en Emir el candidato perfecto para su propósito. Un hombre que no cree en el amor, y...