CAPÍTULO. 29

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En el momento en que dejaron a Adhara en el sótano, subieron a la planta alta, Lavinia y Alexey entraron a la habitación, y realizaron la primera llamada.
—  Espero no le avises a la policia, por qué será ella quien pague por cada uno de tus estupideces.
Jugaban con la desesperación de Emir, Lavinia reía, de imaginar la angustia de él, la impotencia de no poder hacer las cosas rápido.
Colgaron y volvieron al sótano donde estaba Adhara.
—  Esta desesperado, en bancarrota, y eso lo enloquece, no tener el dinero para el rescate lo debe estar atormentado.
—  Les quitaste todo, sus garantías y su capital, pero aún les quedan la propiedades.
—  Si, pero nadie hará negocios con ellos, me encargue de cerrar todo tipo de negociación con todos los bancos.
—  ¿Que te hizo para que hagas todo esto?
—  No te importa Alexey, tu solo has lo que te digo.
Caminó y golpeó tan fuerte el rostro de Adhara y su labio sangró.
— Tómale foto y enviarlas, al correo.
Ordenó, las horas pasaron y nuevamente estaban llamando a Emir, lo torturaban enviando fotos y haciendo escuchar sus lamentos.

—  ¡Aló! ¡Aló! Hablen. —  Contestó y solo el silencio el otro lado de la línea.
— Queremos cinco millones de dólares si quieres ver a tu mujercita viva, espera instrucciones.- colgaron la llamada y volvieron a la habitación.
—  Es muy poco veinte millones, son dueños de mucho más.
—  Ya no tienen esa cantidad, las deudas que tienen son muy elevadas, tanto que ni subastado todo podrán cancelar la.
El día de la entrega llegó, Alexey ya tenía su helicóptero listo para trasladarlo al aeropuerto una vez tengan el maletín con el dinero.
Volvió a llamar para dar instrucciones mientras ellos estaban en la azotea de la mansión, y esperando en maletín para escapar.
— Espero no me estés teniendo una trampa, por qué será tu mujer la que vuele en mil pedazos.
—  No por favor, no le hagas daño.
—  Ya te están esperando en el sótano, cuando llegues ahí, dejaras la maleta, en el ascensor y la enviaras a la planta alta, y no te te ocurra seguirnos, diles a todos que no lo hagan por qué entonces te costará muy caro. Harás, todo lo que te diga. dejaras la maleta en el ascensor ahora.
Lavinia estaba afuera en el ascensor esperando mientras Alexey estaba en el helicóptero.
Emir bajó al sótano, y vio a Adhara en la silla casi inconsciente y con la ropa llena de sangre.
—  ¡Amor! Mi vida, responde.
Alexey volvió a llamar, viendo que no llegaba el ascensor.
El celular sonó nuevamente y respondió.
—  Enviaste la maleta. —  Preguntó Alexey.
—  Malditos miserable la han lastimado. —  Respondió Emir al verla llena de sangre.
Lavinia fue a donde estaba Alexy.
—  ¿Que sucede? Diles que envíen rápido el maletín.
—  ¡Envía la maleta! —  Gritó Alexey, su teléfono fue arrebatado de sus manos y habló Lavinia.
—  Emir, mi señor, ¿Recuerdas esas palabras? Soy Genevieve mi señor, soy quien tú quieras.
—  ¿Lavinia? Tu, tu eres .
—  ¡Si! Era yo, fui yo en el club, soy yo ahora, la que complacía tus perturbados instintos, tu enferma obsesión por esa perra de Genevieve que solo te utilizó a su antojo, soy yo, Lavinia Valvonesi, la mujer que estuvo a tu lado todo ese tiempo amándote y tratando de sanar tus heridas, y tú, tu solo me usaste, yo pagué la furia que te desató esa mujer en ti, y me dejaste al borde de la muerte,. Yo te amé Emir, te ame con toda mi alma, y tú mataste ese amor, ¿recuerdas como me llamabas y me decías que yo era tu Genevieve? ¿¡Lo recuerdas!? - Gritó.
Lágrimas rodaban por el rostro de Lavinia, creyó que alguna vez Emir correspondería a sus sentimientos, y fue Adhara quien llegó a su vida con su juventud, como un huracán arrasando todo a su paso.
Por qué fue ella quién despertó en el nuevamente el sentimiento del amor.
Ahora estaba ahí prisionera de una vengativa mujer.
La maleta llegó en el ascensor Lavinia se giró

—  Ahora tu pagarás todo tu desprecio hacia mi, por que esa mujer no vivirá para disfrutarlo. —  Una risa se escuchó. —  Que ironía la de tus mocosos, primero tus gemelas sin madre, y ahora tus mellizos, también se quedarán sin madre.
— Estás loca Lavinia, yo jamás te di esperanza de un amor, estás loca.
— Su estoy loca, loca por ese desprecio tuyo.
—  Ya el dinero está subiendo en el ascensor, por favor libera a mi mujer.

La maleta llegó en el ascensor Lavinia se giró Abrió las puestas metálicas y tomó la maleta y corrió al helicóptero.
—  Ahí queda tu mujercita, si puedes llegar a tiempo y salvarla.
Lavinia tiró el teléfono, subió helicóptero y este se elevó, mientras Emir y la policía buscaba en cada rincón de la mansión, llegaron a la cocina donde vieron una puerta entre abierta, siguieron el camino y los llevo al sótano, y la imagen que tenía frente a él fue devastadora, Adhara con la blusa marcada en la espalda ensangrentada e inconsciente atada a la silla, corrió a ella la desato, la tomó en brazos y salió con ella, la traslado al hospital donde fue atendida,
Lavinia y Alexey llegaron al aeropuerto donde ya la policía de civiles estaban por todos lados, llegaron al helipuerto, bajaron del helicóptero, caminaron a toda prisa por los pasillos que los conducían al hangar donde esperaban por ellos.
—  ¡Lavinia Valvonesi! Queda detenida por secuestro, intento de asesinato y desfalco a las empresas PARLAMAK. S.A. .
Lavinia se giró miró a los agentes frente a ellos, miró a Alexey a quien en un movimiento estratégico le dio un golpe en la parte posterior de sus piernas lanzándolo al suelo y ella sobre el con una pistola apuntando su cien .
—  ¿Te volviste loca? — habló poniendo se de pie.
—  ¡Cállate! confía en mi, saldremos de aquí, solo camina.
Lavinia uso como escudo a Alexey seguían caminando muy despacio.
—  ! Lavinia Valvonesi! Tire el arma.- Ordenó con voz fuerte uno de los agentes.

—  ¡No lo haré! Me dejaran subir a ese avión, o si no haré que todo este lugar vuele en mil. pedazos, hay una bomba y aquí está el botón de activación.
Alexey la miró sorprendido, como era que a esta loca se le ocurría poner una bomba en el aeropuerto.
— ¿No hablaras en serio, verdad?
—  ¿Tu qué crees?
—  Que estás completamente loca.- Respondió Alexey.
Trató de sostener su mano y zafarse de ella, pero el arma se disparó y Alexey cayó con un disparo en el estómago.
Los agentes dispararon en respuesta y Lavinia caía sobre Alexey, herida grave mente. Unos agentes corrieron mientras otros agentes llamaron a los expertos en explosivos, llevaron a Lavinia al hospital donde fue atendida, una de las balas se había alojado en su columna vertebral.
Adhara fue trasladada al hospital donde curaron sus heridas en la espalda, ella en su inconciencia, y como un lejano sueño recordó cada latigazo que Lavinia le dió.
"Suéltame loca, ¿crees que con hacerme daño lograrás que un hombre te ame?
— ¡Cállate! Cállate, ¿Por qué tenías que aparecer tú? Ahora pagarás caro.
—  No me hagas daño, yo no te hice nada, no te quite nada.
—  ¡Claro que me quitaste! Me quitaste a mi amor, pusiste tus ojos en mi hombre.
Y una fuerte bofetada se escuchó en la habitación... Adhara sintió que perdía el sentido por el golpe que recibió y su boca se llenó de sangre.
—  Estás loca ¿Sabías? Muy loca.
Y otro golpe se escuchó, la tiró al suelo atada a la silla, cortó las cuerdas que la mantenían atada a ella, Adhara sentía su corazón salir de su pecho, su cuerpo temblaba como una hoja de arbos al viento.
Lavinia dio otra bofetada dejándola más aturdida, ató sus manos al frente y la volteó, sacó un cable acerado y empezó a ceñirle la espalda a latigazos. El dolor que sentía Adhara era mortal cada latigazo arrancó un grito desgarrador.
—  ¡Basta, no más!
—  Siente eso que alguna vez sentí yo, a mi me lo hicieron y soporté lo que a otra le tocaba soportar, ahora soportarás tu.
Lavinia dio uno, dos, y más latigazos que perdió la cuenta, Adhara perdió el conocimiento, Lavinia como pudo la sentó nuevamente en la silla mientras la sangre corría por su cuerpo."

Ya en el hospital.

Adhara abrió los ojos muy despacio, estaba boca abajo, y con su espalda descubierta, se quejó y fue Emir quien se acercó a ella, se puso de rodillas para estar a su altura, la miró a los ojos, y los suyos se llenaron de lágrimas.
— Mi hermosa, mi Raphaella, perdóname, perdóname mi amor, por favor.
—  Emir, no es tu culpa, esa mujer está loca, mis hijos, ¿Como están mis hijos? —  Habló con voz temblorosa.
—  Nuestros hijos están bien mi amor, no te preocupes por ellos, están con sus hermanas.
Adhara cerró los ojos y durmió nuevamente, Emir la vio dormir y se maldijo así mismo internamente.
"Grandísimo imbécil no puedo ser más, si te hubiera escuchado, no estarías así ahora, es mi culpa.
Cogió el celular y llamó a Kaluh, su amigo cirujano plástico, trataría de sanar esas heridas y no dejar cicatrices.
—  Muy buen Kaluh, confío en tu trabajo.
Una semana después Adhara estaba recuperado se completa mente.

UN TRATO CON EL CEO (5to libro de la saga cielo eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora