Written in my soul - Roronoa Zoro (OPLA) [REVISADO]

#1. La chica de la celda

No debería estar en esta celda.

Sí, es posible que haya desobedecido órdenes directas del Capitán Morgan "Mano de Hacha", pero eso no le daba derecho al capitán a meterme en una celda. Quizá muchos dirían que tenía todo el derecho del mundo a hacerlo. Es la persona que me crió cuando mis padres murieron.

<<Me lo debes, Hana. Te he criado, te he dado de comer, te he vestido y te he dado un techo bajo el que vivir. Ahora es momento de que hagas algo por mí.>>

Esas fueron las palabras que Morgan me susurraba al oído cuando me mandaba a cumplir con mis deberes. Las palabras que me llevaron por un camino tormentoso y denigrante. Cuando le dije que no quería seguir ayudándole, el Capitán Morgan no dudó ni un segundo en meterme en una celda. Tan solo me da de comer y beber una vez al día, torturándome lentamente para que volviera suplicando perdón.

Pero sé que debo seguir resistiéndome. No podía dejar que Morgan se saliera con la suya. Otra vez.

Aunque siempre podía ser peor.

Podía ser ese pobre pirata al que arrastran al poste en mitad del patio, bajo el sol abrasador que le va a dejar en estado de deshidratación en cuestión de horas. La celda no tiene las mejores vistas del mundo, pero soy capaz de ver todo lo que pasa en el patio. Observar cada movimiento de las personas que trabajan allí. En mis dos semanas en el calabozo, he memorizado los horarios en los que los cadetes salen a entrenar en el patio, los cambios de turno e incluso tuve tiempo de idear un plan de fuga perfecto. Solo hay un motivo por el que no haya salido corriendo de este lugar.

La maldita puerta de hierro que me mantiene encerrada solo se puede abrir con llave.

—Pronto saldré de aquí... —me susurraba a mí misma, con miedo de que el guardia que me vigila me escuchara hablar de nuevo. Acabaría negándome la única comida que me daban. Otra vez.

Mi atención volvió al joven atado en el poste. No le puedo ver la cara desde dentro de la celda debido a la posición en la que han colgado al joven, pero su físico indica que no debe tener más de 30 años. Aunque podría tener menos, es imposible saberlo. Pero lo más llamativo es su pelo, corto y verde, que reluce bajo el sol. No es un color de pelo que se vea muy a menudo.

¿Por qué está ahí? ¿Había desobedecido las órdenes del Capitán Morgan al igual que yo? Aunque conociendo a mi tío, es más probable que ese hombre haya golpeado a un marine que estaba haciendo algo que no debía.

—¿Piensas seguir aquí mucho más tiempo? —La voz del Capitán Morgan me saca de mis pensamientos. Estaba tan centrada en el joven de pelo verde que no he escuchado cómo las puertas se abrían, dando paso al líder de la base: mi tío, acompañado de una joven cadete que recuerdo haber visto alguna vez paseando por la base.

—Hasta que me dejes salir —respondo sin darme la vuelta. Si hay algo que mi tío odia es no ser el centro de atención. Y a mí me encanta enfadarle. Es mi pequeña venganza.