#14. Los reyes también friegan

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Tras disfrutar de las mayores delicias gastronómicas que he comido en años, observo cómo los demás siguen comiendo, llenando sus estómagos hasta casi reventar

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Tras disfrutar de las mayores delicias gastronómicas que he comido en años, observo cómo los demás siguen comiendo, llenando sus estómagos hasta casi reventar.

—No me entra nada más. ¡Está tan rico! —murmura Usopp mirando un trocito de carne en salsa que lleva clavado en el tenedor. Aunque se contradice a sí mismo cuando se come ese mismo trocito con suma felicidad.

—Amén a eso —dice Zoro mientras abre un nuevo botellín de cerveza.

—Creo que nunca había comido nada tan rico —asegura Yuki, chupándose la salsa de las costillas de cerdo que se le ha quedado en los dedos.

—No comeré nada más en una semana —promete Nami, apoyando la cabeza en el respaldo del asiento.

—¿Pedimos postre? —sugiere Luffy, sin dejar de comer. Es el que más ha comido de todos.

—Yo estoy servido —Zoro levanta su cerveza con alegría, y me mira—. ¿No comes más?

Apoyo la cabeza en su hombro, dejando escapar un suspiro de felicidad y un pequeño bostezo.

—Si como algo más, explotaré.

Zoro deja su mano sobre su pierna, abriéndola, esperando a que ponga la mía sobre ella si quiero. Y claro que quiero. Pongo mi mano en la suya, y él la aprieta suavemente.

—¿Y ese bostezo? —me pregunta en voz baja, para que solo yo pueda oírle.

—Aún estoy cansada de usar mis poderes y comer mucho me da sueño.

Zoro sonríe. No es algo que haga a menudo, pero la más pequeña de las sonrisas es capaz de hacer que se me acelere el pulso.

—Eres como una niña pequeña.

—Oye —giro la cabeza para mirarle, frunciendo el ceño—, no soy una niña.

—Pelirroja, si te quedas ahí dos segundos más, seguro que te duermes como los bebés.

—Cuidado, Zoro. Si juegas con fuego te acabarás quemando —le advierto con tono juguetón, al mismo tiempo que siento como la temperatura de mi mano sube un par de grados.

—Hay personas por las que merece la pena quemarse —susurra, acercándose lentamente a mis labios.

—Eh, que tenéis público —anuncia mi hermana, haciendo que me aparte de Zoro, muerta de vergüenza.

—¡Por cierto, hay que brindar! Venga, vasos arriba —ordena Luffy, dejando de comer por primera vez desde que nos sentamos a la mesa.

—¿Brindamos porque Zoro ha encontrado a alguien que le aguante?

—Amén a eso, Yuki —Nami imita las palabras de Zoro y levanta su copa, guiñándole el ojo a la arquera.

—¡Nami!

Written in my soul - Roronoa Zoro (OPLA) [REVISADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora