Written in my soul - Roronoa Zoro (OPLA) [REVISADO]

#19. Otra vez el maldito payaso

Hace treinta segundos estaba en el mismísimo cielo. Ahora tendré suerte si Zoro vuelve a hablarme después de esto.

—Zoro...

—¿Lo sabías y no dijiste nada?

—Confió en mí. ¿Sabes lo difícil que debió ser para Nami? No podía defraudarla —siento las lágrimas en mis ojos, pero no puedo llorar. Todo esto es tan frustrante...

—Me has mentido —Zoro se levanta de la hamaca y camina hasta quedarse de pie frente a mí.

—Dijo el que me prometió cosas que no iba a cumplir porque decidió meterse en una batalla suicida. —En su rostro puedo ver que ha entendido que, por mucho que le quiera y por mucho que me alegra que siga vivo, lo que ha hecho no se me va a olvidar así como así—. Además, no te he mentido. Nami me contó su secreto y no se lo dije a nadie.

—¿Sabes dónde está?

Niego con la cabeza y me siento en la silla, llevándome las manos a la cabeza.

—Nunca dijo dónde estaba la base de Arlong. Y Morgan tampoco supo nunca dónde estaba. Literalmente, no sé nada. Lo siento.

Zoro me acaricia el pelo. Me consuela que a pesar de todo, no se haya alejado de mí. Creo que me he acostumbrado tanto a su presencia que no sabría qué hacer si de repente no está alrededor. Es la única constante que tengo desde que nos embarcamos en esta aventura.

—No te preocupes, la encontraremos.

Cuando levanto la cabeza, veo a Yuki en el marco de la puerta, con el pelo completamente azul.

—Espera un segundo, ¿cuándo has tocado a tu alma gemela? —me acerco a ella y observo su cabello.

—Sanji y Nami me tocaron a la vez.

—¿El camarero? —pregunta Zoro con sorna.

—Sí. —Yuki suspira, y la emoción de su cara es la misma que cuando tienes que ir al médico—. El camarero.

—Cuando os vi a Nami y a ti, lo pensé —confieso, apretándole la mano—. Pero lo de Sanji no me lo esperaba, la verdad.

—La próxima vez que digas que yo soy un pésimo cuñado, pienso recordarte esto —Zoro sale de la habitación. Luffy se va a cubierta con Usopp a preparar el barco y yo me quedo a solas con Yuki.

—Pero no entiendo, ¿cuál de los dos es tu alma gemela?

—¿Quién sabe? Podría ser Nami, Sanji o los dos.

—¿Puedes tener dos almas gemelas? —No me imagino cómo sería mi vida en estos momentos si tuviera que aguantar a dos Zoros. O a Zoro y a alguien más que Zoro probablemente no soporte. Me volvería loca.

—Nadie ha dicho lo contrario nunca, así que supongo que sí. Pero una me ha abandonado después de decirme cosas horribles y el otro intentó ligar con mi hermana —Yuki deja su arco y sus flechas y abre el armario, buscando algo de ropa limpia para cambiarse—. No sé cuál de las dos opciones es peor.