#4. Pesadillas

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¡AVISO! Este capítulo trata con temas delicados relacionados con el pasado de Hana: muertes, prostitución, violación, abusos, secuestro, cicatrices... y puede que se me olvide algo.

La banda de los sombreros de paja, o así es como nos llama Luffy, llega a las Islas Gecko en busca de un nuevo barco tras descubrir que el que tenemos se está inundando

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La banda de los sombreros de paja, o así es como nos llama Luffy, llega a las Islas Gecko en busca de un nuevo barco tras descubrir que el que tenemos se está inundando.

Nami culpa a Zoro por "jugar con sus espadas en sitios que no debe", pero lo más probable es que ese pequeño barco no estuviera pensado para realizar largas travesías. Mucho menos para aguantar el largo camino hasta la Grand Line.

Una vez llegamos a Villa Syrup, Nami dice que va a conseguir un barco. Por conseguir, se refiere a robar. Aunque en mi cabeza no apruebo del todo los métodos que la ladrona pretende usar,  ninguno de nosotros tiene dinero suficiente para pagar por un barco, así que las opciones son robar uno o abandonar la búsqueda del One Piece.

Y así es como acabo en medio de una plaza, sentada en un banco de madera, observando a un hombre de mediana edad leer cuentos a niños pequeños. El hombre tiene el pelo corto y oscuro, con las sienes empezando a blanquearse por las canas. Lleva gafas de vista que se le deslizan por el puente de la nariz y se recoloca cada vez que termina de leer una página antes de pasar a la siguiente. Viste ropa clara, camisa y pantalones grises. Quizá lo más valioso que porta consigo son los libros: pequeños, grandes, coloridos, o con páginas sueltas que asoman de la mochila de cuero que yace a sus pies.

El hombre está sentado en un banco ubicado a los pies de un gran roble. Unos seis niños de distintas edades se sientan a su alrededor, fascinados por las historias que el cuentacuentos les narra.

Me recuerda a cómo mi padre se sentaba conmigo por las noches a contarme historias de diferentes lugares del mundo. Lo que daría por contarle a mi padre mis propias historias.

—¿Qué haces, rubita? —pregunta Zoro, sentándose a mi lado. Casi al mismo tiempo, me deslizo hasta el final del banco, dejando espacio entre los dos.

Desde lo que pasó en el circo, no me he separado mucho de Zoro. Ni siquiera hablamos. Solo nos hacemos compañía el uno al otro. En silencio. Sin molestar. Pero siempre dejando cierta distancia.

Me siento más segura con él cerca. Zoro se siente culpable por haberme "obligado" a combatir contra Buggy. No lo ha dicho directamente, pero algo ha dejado caer. Y como el espadachín no sabe qué hacer para enmendarlo, al menos se asegura de que no estoy sola en ningún momento.

—Esperar a Nami, como todos. ¿Dónde está Luffy?

Zoro señala con la cabeza hacia Luffy, que está tirado en el suelo con las piernas apoyadas en la pared. Una postura un tanto peculiar, si lo piensas.

—A veces me pregunto si de pequeño se cayó al mar y tragó mucha agua —dice Zoro, haciéndome reír.

La risa me hace toser. Aún tengo la garganta dañada de la pelea con Buggy.

Written in my soul - Roronoa Zoro (OPLA) [REVISADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora