Arthur llamo a Nanami como Fisiguro le había indicado. Antes de que el padre del menor llegará Satoru apareció. — Llegué un poco tarde, estaba ocupado con alguien más — dijo el Albino.
— ¡Tío! — pego un grito de felicidad.
— ¿Están asustados? — Arthur se limpios los ojos pues estaba preocupado por Megumi.
— Arthur tiro ese árbol con su mano — Informo Hayato y Saturó lo miro.
— Ya eres un niño grande — levanto el pulgar Saturó y le regaló una sonrisa.
Tomo en brazos a Megumi y le pido a Arthur que le avisará a su papá que iban a casa.
A la mañana siguiente Fisiguro estaba recostado en su habitación en ambos lados de la cama sentía dos pequeños cuerpos descansando. Cuando se incorporó se dió cuenta que eran los niños, sonrió a ver dicha acción y volvio a recostarse, pues aún seguía con dolor corporal.
....
— Buenos días Aki — saludo el pelirrojo. Este solo sonrió y lo observo. — Es nuestro primer día en este colegio. Nos han corrido de 3 por tu culpa. Esto de ser como una persona "normal" es un verdadero fastidio — dijo mientras colocaba su mochila en el pasto del jardín de la secundaria.
— ¿Recuérdame por qué siempre tengo que estar cuidando tu estúpido trasero? — el chico solo lo miro.
— Si quieres puedes irte. Nadie te tiene aquí a la fuerza — sonrió.
— Sabes que si pudiera irme lo haría, pero tengo que soportar los entrenamientos que tu abuelo impone. Ya estoy cansado de esta gente, el estar aparentando ser un inútil. Parece que las personas normales carecen de inteligencia.
— No digas tonterías Aki — lo miro. — Apenas tenemos 11 años, hablas como si tuvieras 30 y estuvieras arto de tu vida. ¿ Crees que en algún lugar allá, personas como nosotros? — pregunto el pelirro.
— No lo sé, hay veces que me preguntó lo mismo. Es difícil lidiar con tanto, pero estoy seguro de que debes de ser un poco más frío de mente, Karter las personas en su totalidad no son buenas. De una u otra manera siempre terminan por decepcionarnos — el chico se recostó en el pasto y coloco su mochila de almohada.
— Espero en algún lugar encontrar alguna persona como nosotros, así no nos sentiríamos tan alejados del mundo. Me gustaría tener amigos — sonrió.
— Nuestro mundo es muy diferente, estos idiotas solo se fijan en apariencias, dinero y poder; no son nada inteligentes y aparte de todo solo tiran maldiciones sin saber el daño que ocasionan.
— Aki, son personas normales a las cuales hay veces que tenemos que proteger, quizás sus miedos sean más fuertes que los nuestros — mencionó. Mientras dejaba que el sol tocará su piel.
— Cuando crezca espero no tener que lidiar con eso. Me voy a retirar en cuanto pueda, no me gusta que las personas dependan de algo que ellos mismos no puedan controlar. Y aparte de todo tenemos que "ayudarlos" — el pelirrojo se incorporó y lo miro.
— Tienes que hacer las cosas con un propósito, lo que somos es para poder ayudar. No seas egoísta Aki.
— Dime ¿cuándo has visto uno de nosotros ser ayudado por uno de ellos? — el pelirrojo lo miro.
— Nunca — le regaló una sonrisa.
— Mi abuelo me dijo que no hay que cuestionar lo que no sabemos.
— Nuestros padres murieron por culpa de ellos.
— Se que si mi papá viviera será muy feliz de poder estar conmigo. Jamás lo ví quejarse por ayudar — el pelirrojo seguia recostado dejando que el sol cubriera su rostro.
— Pero tu madre te abandono por esa misma razón — se sentó de golpe y lo miro.
— Te dije que nunca lo mencionaras. Que arrogancia la tuya, ¿Tu madre que hace por ti? — respondió furioso.
— Mejor me voy. Contigo nunca puedo hablar — tomo su mochila el chico camino hacia los edificios que conformaban el colegio.
Antes de que el pelirrojo se levantará Arthur y Hayato pasaron corriendo, al parecer se habían quedado jugando baloncesto y no se habían percatado de la hora. Una energía detuvo a ambos chicos, los ojos de Artur cambiaron de color, se transformaron en color azul turquesa Hayato lo miro y observo que nadie lo mirara.
— ¿Que está pasando? — cuestiono
— Hay alguien como nosotros aquí, su energía es diferente — Hayato se dió cuenta que alguien se acercaba e inmediatamente le cubrió los ojos con sus manos.
— Nos van a descubrir. Cierra los ojos — murmuró
— Es algo involuntario, disculpa por avergonzarte así — se disculpo.
— Hola — saludo el Pelirrojo.
Hayato miro que emitía una energía que tranquilizaba, le descubrió los ojos a Arthur y dejo que lo mirara.
— ¡Tus ojos cambiaron de color! — grito el chico.
— Guarda silencio — pidió Hayato.
— ¿Ustedes son ... — antes de que Karter pudiera realizar su pregunta los interrumpió un profesor.
— ¿Arthur que hacen ahí? — los llamo un profesor.
— Se nos hizo tarde íbamos camino al salón — explicó.
— Anda tu papá está en la dirección — los están esperando. Y tu Lee ve a tu clase.
Hayato miro a Arthur, bajaron la cabeza.
— Estamos metidos en problemas ¿verdad? — cuestiono Hayato.
— Si, un buen regaño si nos van a dar — levanto los hombros Arthur.
— ¿Que sucedió? — pregunto el pelirrojo.
— Arthur golpeó a unos tipos de tercero por molestar a nuestros compañeros — el Pelirrojo rio.
— Que Rudo, estoy seguro de que alguien que conozco le hubiera interesado ayudarte. Seguro lo merecía — levanto el pulgar y le regaló una sonrisa.
— Luego te vemos, mi papá a de estar furioso — Arthur jalo a Hayato y caminaron a toda prisa a la dirección.
— Tus tenis tienen sangre. Está vez si te pasaste, nunca haces algo así — deja de regañarme, no le peque tan fuerte.
— Nos van a castigar sin mesada — cruzo los brazos Hayato y se quedó quieto en medio del camino.
— ¿Tienes que comprar algo? — le pregunto Arthur tomándolo del brazo.
— Es el cumpleaños de mi abuelito y quería llevarle flores mañana después del colegio — Arthur lo miro y bajo la cabeza.
— Perdóname se olvidó que era mañana, pero yo asumiré todo — lo jalo — anda vamos, vamos — le daba pequeños empujones — ya no te enojes. Sabes que te quiero mucho.
— Deja de decirme esas cosas, van a pensar que somos novios — se zafó.
— Pueden pensar lo que quieran de todos modos no eres mi tipo — le dió otro empujón. Hayato se le quedó mirando y gruño.
—¿Qué tengo de malo? — pregunto. Y Arthur solo pego una carcajada. — ¡Respóndeme! — exigió. Arthur lo analizo y sonrió.
— Por que eres mi hermano, tonto. Ya vámonos que nos está esperando papá.
— Eso no es suficiente, Arthur — Arthur corrió para no seguir con la conversación cuando llegaron a la dirección entraron. Nanami solo los miro sin decir nada.
El director se puso de pie y salió de la dirección para darle privacidad antes de que les diera un castigo.
— ¿Que sucedió? — pregunto Nanami molesto.
— Antes de que digas algo yo tuve la culpa papá, ese chico fue el que golpeaba kou — explico Arthur.
— Hoy por la mañana golpeó a otro de nuestros compañeros y lo mando a la enfermería y el profesor no hizo nada — explico Hayato.
— Y después quiso golpear a una chica que quiso defender a nuestro compañero, Hayato se metió y lo golpeó por la espalda y yo le pegué — Nanami respiro profundo.
— ¿Ustedes no entienden la posición en la que estamos?
— Ellos son los que no entienden. Abusan de los que no pueden defenderse papá — gruñó Arthur.
— Aún así ustedes no pueden meterse en problemas y lo saben. Mandaste a un chico al hospital Arthur, te pueden expulsar del colegio.
— Pero él me pegó primero. Y yo solo le di un golpe, También deberían castigarlo por todo lo que ha hecho.
— Como sea Arthur ¿Saben cuál será el castigo verdad? — Arthur lo miro con los brazos cruzados.
— Solo ponme el castigo a mi. Hayato no tiene nada que ver — Hayato lo miro y nego.Arthur no dijo nada y le dió la espalda molesto a su padre.
— No, yo también me haré responsable después de todo yo también estaba ahí.
El Pelirrojo escuchaba por detrás de la puerta aquella conversación, puesto que aquellos chicos le habían llamado la atención. Uno de ellos emitía la misma energía que Aki, pero de diferente forma, estaba entre lo correcto y lo que no debería hacer. Los 5 minutos terminaron, el director regreso, Karter busco la forma de como escabullirse.
Los habían regresado a casa por lo que restaba del día.
En el auto iban en silencio y Nanami solo limitaba a manejar.
Al llegar a casa paso de largo Arthur sin saludar Gojo se encontraba en el comedor y antes de que pudiera decir algo paso a toda prisa y se dirigió a su habitación. Segundos después entro Hayato acompañado de Nanami y Fisiguro que estaba por entrar a la casa.
— ¿Que sucedió? — pregunto intrigado.
— No que tú lo sabes todo — Respondió Fisiguro. Hayato miro sin decir nada.
— Tuvieron su primer pelea en el colegio — respondió Nanami.
— ¿Y quién ganó? — se dirigió a Hayato y Nanami lo miro molesto.
— Tienen que pagar el médico del chico — respondió Nanami.
— ¿Te recuerda a algo Fisiguro? — lo miro divertido el Albino.
— ¡Cállate! — exigió Fisiguro. — Ese no es buen ejemplo para ellos. — ¿Por qué está tan molesto Arthur?
— Porqué últimamente se la pasan molestandolos y defendió a un compañero y los castigaron.
— Voy a mi habitación — menciono Hayato y se retiró.
— Nunca se habían metido en problemas. Arthur tiene una actitud muy difícil últimamente — Satoru lo miro. — se puso de pie — No vayas a dejar que sus ideas cambien. No quiero que piense que no vale la pena proteger a las personas. No dejes que sus emociones dependan de ese tipo de cosas.
— Tienes miedo que piense igual que ...
— No, Nanami.... — suspiro — Tienes razón. Quizás no los estamos guiando bien — Nanami lo miro. — No quiero que terminen ellos distanciados.
— Él sabe lo que tiene que hacer, de todos modos los dos son mi hijos ¿No? — lo miro — últimamente Arthur me ha estado cuestionando mucho sobre Sumiko. — Fisiguro lo miro.
— No debe saber nada sobre mi hermana — golpeó la mesa.
— Quizás no deba meterme, pero debe saber que sucedió con su mamá. Se que piensas que puede ser un problema para él, pero el es muy inteligente para comprenderlo — Nanami se sentó en el sofá sin decir absolutamente nada.
— No quiero lastimarlo.
— No tienes por qué hablarle de ella — insistió Gojo. — no quiero que Arthur cambie.
— Gojo Sumiko después todo lo protegió al final.
— Arriesgo tu vida — lo miro agresivamente — No regreses el pasado. Te lo pido por favor.
...
— Tienes una enorme cama y prefieres ese sofá — se dejó caer sobre la cama Hayato.
— ¿Por qué estás tan molesto? — lo miro Hayato.
— Es muy injusto que nosotros tengamos que pagar por lo que los demás hacen — gruño sin despegar la mirada del techo.
— No fue muy duró con nosotros, quizás otros papás nos hubieran castigado con más rudeza — lo ánimo.
— Da igual, hay personas que no tienen educación o que sus padres ni siquiera saben que es eso.
— Ya no te enojes. De todos modos la nariz de ese tipo ya no tendrá arreglo — dijo divertido.
— Oye — se incorporó Arthur para mirarlo de frente.
— ¿Qué? — respondió
— Mi papá probablemente esté molesto por otra razón. — bajo la mirada — ayer le pregunté sobre mi mamá.
— ¿ No estás agusto con él? — le pregunto.
— No es eso, pero nunca me ah dicho dónde está, no si está muerta, enferma, en otro país o con alguien más — Hayato lo miro.
— Tienes razón. Se que debe ser muy difícil para ti, aunque ya estamos acostumbrados a estar así, pero yo sé en dónde están mis padres y mi abuelito también, pero tú no sabes nada tu mamá.
— ¿Crees que estoy mal al preguntarle?
— Por supuesto que no Arthur - respondió Fisiguro entrando a la habitación.
— ¿No te han dicho que es de mala educación entrar sin avisar? — lo miro molesto.
— ¿Esa pelea te desacomodo tu cabeza o qué? — se burló.
— No. Estoy muy molesto.
— ¿Y qué ganas con estar enojado? — pregunto.
— Son unos tontos. ¿Por qué dejan que abusen de las personas? ¿Y por qué yo tengo que mirar sin hacer nada?
— Arthur, tranquilízate es parte de que estás creciendo y tienes razón al molesto, pero debes ser más inteligente que ellos y no perder la calma. Que la pierdan ellos y no tu. Acuérdate que hay mil opciones antes de que caigas en el mismo el juego que ellos. Ahora ese chico te va ver con más respeto, pero también los demás te verán como una amenaza y entonces tú ¿ que debes hacer?
— Ignorarlos — Fisiguro solo sonrió.
— Aprendes rápido niño — Hayato lo miro.
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Octubre
FanfictionNunca imaginé que me dolería tanto, perderlo. Nunca me he arrepentido de las decisiones que he tomado en mi vida. La vida me había dado un hermoso regalo y esa misma me arrebato todo lo que más quería.