Dragones.

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- Tuve un sueño de la primer vez que nos visitaste - miro Nanami al Albino - Tengo una duda al respecto - lo miro sobre los obscuros lentes con una sonrisa dibujada.
- Te escucho.
- ¿Qué fue lo que hablaste con Sumiko después de que me pediste que fuera contigo a la escuela? - Satoru bajo la cabeza.
- Te voy a decir lo mismo que le dije a ella. Tenemos que dejar que el transcurso de los hechos sucedan, el que ella decidió no estar aquí para conocer a Arthur, es por ella prefirió que estuviera aquí con nosotros. El futuro no debe cambiar. Lo único que puedo decirte Nanami es que tienes un gran niño como hijo y no me hagas decirte lo que hable con ella por qué en ese caso Arthur es único debería de saberlo. Tu eras lo más importante en su vida y sabias todo acerca de sus miedos, pero no tengas duda que todo lo que eligió fue para tu puedas ser un padre ejemplar - Nanami solo siguió con la mirada puesta en el parabrisas y decidió no seguir cuestionando.

8 meses habían pasado, ambos chicos ya se habían adaptado al convivir con el bebé, se turnaban para que Saturó no tuviera complicaciones con sus misiones, mientras Nanami realizaba su jornada laboral como oficinista. Había rechazado la propuesta que hace un tiempo le había ofrecido Saturó. En unas cuantas opciones aquellos niños que estaban al cuidado de saturó ayudaban con el cuidado del pequeño Arthur y en otras tantas Shoko en el cuidado y en algunas atenciones medicas que llegase a necesitar. Ese pequeño tenía vueltos locos a todos.
Satoru estaba en aquel enorme sofá en dónde solían recostar a Arthur, era muy cómodo y grande a decir verdad. Arthur no quería que lo despegarán de ahí. Y cuando era hora de dormir ambos sabían que ese era el lugar favorito del infante.
- ¡Satoru! - pego un grito el rubio mientras Saturó abría los ojos lentamente para ver lo que sucedía. Se incorporó de golpe y miro por la ventana hacia donde señalaba Nanami.
- ¿Dime qué es producto de mi imaginación? - pregunto Nanami.
Satoru miro al bebé y se veía muy divertido extendiendo las manos hacia lo que veían los ojos de sus protectores.
- Al parecer tenemos un caballero real aquí - aplaudió Gojo.
- ¿Eso es un shikigami? - pregunto asustado Nanami mientras caminaba a toda prisa para tomar en brazos a su pequeño.
- No precisamente, Arthur es muy pequeño para invocar algo de tal grado. Aunque posiblemente sea su poder, ese dragón está afuera de este departamento y no podemos dejar que alguien lo vea - Nanami lo miro y Arthur parecía muy feliz y le tendía sus manitas para que lo acercarán.
- Abre la venta y acercalo a él - pidió el ojiazul.
- ¿Es un Espíritu? - cuestiono nuevamente el Rubio.
- No sabemos que es, al parecer también es muy pequeño y va a tener que crecer con Arthur. - Nanami solo miraba asustado y no sabía a qué se estaba enfrentando. - Kento, si alguien ve a ese dragón allá afuera nos van delatar, sabrán que Arthur tiene poder a su corta edad. Decide que vas a hacer rápido - por su parte Nanami seguía sin comprender lo que ocurría, el bebé seguía tendiendo las manos hacia dicha ventana.
Decidió confiar en aquel instinto se dirigió con Arthur lentamente a la venta, respiro y abrió lentamente la ventana. Los ojos del pequeño Arthur tomaron un color gris claro y los ojos de aquel pequeño ser también tomaron el mismo tono de color. Al tocar aquel pequeño dragón Arthur con su mano apareció un pequeño destello azul, Saturó miraba con asombro lo que estaba ocurriendo, se el dragón se convirtió en un pequeño collar y se coloco en el cuello del pequeño.
- Es algo que en mi vida no había visto. Mi sobrino podría llegar a ser inmortal gracias a un dragón. - dijo mirándolo sorprendido. - Vamos a tener mucho trabajo con él. Este no es lugar para educarlo tendrá que ir a colegios en dónde todo el tiempo este vigilado. Todo el tiempo estará
bajo supervisión ¿Estás de acuerdo?
- Tiene 8 meses Gojo, y ya desarrolla energías - dijo mientras miraba los ojos de su pequeño. - Hace unos días sus ojos eran verdes olivo, antes que durmiera eran azules y ahorita son grises.
- El color de sus ojos va a depender de su estado de ánimo. No lo habías notado por qué siempre estas cansado y lo entiendo, pero debes prestar atención a tu alrededor no tenemos a nuestro cuidado a cualquier niño, es tu hijo y va depender mucho de ti. Ahorita los ojos de Arthur están en su color natural porque está tranquilo y ese es color gris va a ser el misterio que guarda ese collar. El color verde de sus ojos es el reflejo de los tuyos Nanami, fuiste la primer persona que lo sostuvo entre sus brazos con amor y es el primer recuerdo que guarda su corazón. Entonces a lo que voy es que de nosotros va a depender que controle sus estados emocionales. No podemos dejar que nadie vea el cambio radical de su mirada. Tenemos que estar muy pendientes de cuando el collar tome su verdadera forma, para saber cómo poder guiar a Arthur. - explico el Albino. - No sé cómo funcione su habilidad, pero si se que muchos vendrán por él en cuanto se enteren que un dragón es su protector. - Nanami solo miro preocupado a su hijo y este miraba a su padre con tierna sonrisa.

La mudanza comenzó, buscaron un lugar retirado de la ciudad para que Arthur pudiera desarrollarse sin preocupaciones, Satoru era un tío muy consentidor con el pequeño Arthur, y sobre todo por qué con el pequeño niño podía saciar sus gustos con juguetes de Pokémon sin que nadie le cuestionara nada.

- ¿ En qué piensas? - preguntó Shoko llegando a un lado de saturó. El el Albino recargo su cabeza en el pequeño sillón.
- Arthur tuvo un encuentro muy extraño anoche - Ireiri lo miro.
- ¿Bebiste alcohol o algo así? - pregunto divertida.
- ¡No! - respondió. - Es verdad lo que te estoy diciendo. Arthur es muy pequeño y no sé cómo debo tomar lo que sucedió anoche.
- Ya. Enserio ¿Que tomaste? - insiste la chica.
- Ya te dije que nada - se incorporó y se retiró los lentes obscuros que cubrían sus ojos. - Arthur tiene un dragón como mascota - respondió el Albino, ella solo se quedó sorprendida y lo miro sin decir absolutamente nada.
Buscaba entre en sus recuerdos algo relacionado con lo que Saturó le estaba diciendo, salió a toda prisa de la sala de descanso y se dirigió a la biblioteca, el chico salió disparado atrás de ella pasado por alto que Megumi iba a verlo lo dejo con la palabra en la boca y con la mano levantada. Megumi lo siguió con la mirada hasta que desaparecieron ambos del largo pasillo.
- ¿Habrán tenido una discusión? - pregunto a sus espaldas Kiguisaki sin despegar la mirada del celular.
- Quizás el bebé se enfermo - dijo Itadoti. Megumi al escuchar eso saco de inmediato su celular y le llamo a Nanami para asegurarse que todo estuviera bien con el bebé...

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